La frase de la imagen de la entrada sintetiza bien la importancia de las emociones en los seres humanos.
Un aspecto particular es su impacto en la política. Ello ha sido profundamente analizado por Martha Nussbaum, en su libro «Emociones Políticas. ¿Por qué el amor es más importante que la justicia?», entre otros autores. Esto ha sido retomado por encuestadores políticos, en general y en particular en el caso argentino, en este evento. También ha sido abordado en esta nota por Manuel Castells (1). Son cuestiones importantes para meditar.
(1) Allí expresa -entre otras cuestiones- que en «el 2004 un libro impactó en la politología en Estados Unidos: What’s the matter with Kansas (Qué pasa con Kansas) de Thomas Frank. Explicaba la paradoja de por qué un estado con tradición contestataria y con mayoría de familias trabajadoras modestas votaba sistemáticamente a la derecha, en contra de sus intereses económicos y sociales.
La respuesta, rigurosamente documentada, era sencilla: el comportamiento humano es predominantemente emocional y la derecha siempre ha sabido, en Kansas y en el mundo, hurgar en los sentimientos básicos, en el miedo, en el rechazo al diferente, en la permanencia de valores supuestamente inmutables como la familia patriarcal, la creencia en nuestro Dios y el nacionalismo como frontera de comunidad. Cualquier otro factor, como la marcha de la economía o la protección social, es filtrado primero por su coherencia con estos valores».