El fin de un periodo en Bolivia y el comienzo de otro

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Hace un tiempo destacamos en esta nota la buena gestión económico-social que hizo el Gobierno de Evo Morales. Lamentablemente quiso eternizarse en el poder, buscando evadir la limitación que le dió un referéndum adverso de 2016 de ser nuevamente electo para un cuarto mandato, e insistió en presentarse nuevamente (contra la opinión de su Vicepresidente, que luego -finalmente- lo acompañó). Una auditoría oficial de la OEA calificó de viciadas de nulidad a las elecciones (1), y las reacciones fueron primero insistir en que el resultado era legítimo, aceptando tardíamente llamar nuevamente a elecciones pero el descontrol social y político ya era muy grande (al momento de escribir esta nota lo sigue siendo), y –a sugerencia del Ejército y la Policía– presentó su renuncia y se asiló en Méjico (planteando que volverá a Bolivia con más fuerza y energía).

Para quienes interpretan que no se aceptara el nuevo llamado a elecciones, consideran que -en el fondo- «la sugerencia» de las fuerzas armadas de que renuncie antes de que finalice «formalmente» su mandato, conllevan un golpe de estado. Para otros Evo Morales fue llevando el proceso político -muy centrado en su persona- a un derrotero donde «tensó demasiado la cuerda» de lo establecido institucionalmente e iba a terminar -lamentablemente- mal (2). A fines de diciembre se abrió una nueva etapa, que se consolidó en octubre de 2020 (3).

Luego de un periodo de transición hubo elecciones en Bolivia y ganó la formula Arce – Choquehuanca. Arce fue Ministro de Economía de Evo Morales he hizo una excelente gestión. Sus declaraciones así como el discurso del nuevo Vicepresidente son auspiciosos. Lamentablemente hacia 2024 esto se ha ido desvaneciendo (4).

(1) Un Informe del Frente de Todos considera que tiene elementos para destacar que hubo falta de objetividad en esta auditoria.

(2) Jorge Castro dice que lo sucedido en Bolivia es un proceso de insurrección generalizada, y no un golpe de estado (en el sentido tradicional de la palabra). Aquí hay que decir que una «insurrección generalizada» es una manifestación «no democrática», y que las fuerzas armadas «no pueden sugerir a un presidente constitucional» que renuncie. Por su parte el Embajador argentino comparó el caso con la caída de Fernando de la Rúa en 2001 (aunque en Argentina no hubo «sugerencias» de las Fuerzas Armadas). Acerca de la complejidad del tema se puede ver el análisis de Carlos Pagni o este video. También está quienes plantean la hipótesis del autogolpe.

(3) Finalmente el MAS aceptó las nuevas reglas y ha elegido sus candidatos. Ello ha permitido abrir un nuevo ciclo político en octubre de 2020 con la elección de la fórmula ganadora.

(4) En 2023 se ha desvanecido el llamado «milagro económico» de Bolivia como expresa esta nota, y se reafirma en esta de 2024.

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