Religiones e Integrismo: el caso de algunas corrientes del Islam

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El integrismo es una forma de fanatismo o fundamentalismo. Según la definición del Diccionario de Ciencias Sociales y Políticas, editado por Torcuato S. Di Tella (Puntosur, Bs.As., 1989), «la palabra fue utilizada por primera vez por un partido político español, que surgió hacia 1890, inspirado en el Syllabus, Fue un catálogo publicado por el papa Pio IX, en 1864 donde se condenaban «los errores modernos» y a los católicos que buscaban componer con la sociedad de la época. Ellos mismos se identificaban como integristas en sus posturas sociales, políticas y religiosas, y el término pasó del castellano a los demás idiomas.»

Según esta fuente «si bien el ideario integrista fue dominante durante períodos de la Edad Media y la Antigüedad, su primera sistematización moderna se dio en 1885 con la encíclica Immortale Dei del Papa León XIII, en la que se expresaba en contra de la secularización y reafirmaba la importancia de un Estado que reconociera a la Iglesia como la autoridad suprema en su territorio4​. Las bases históricas de la doctrina integrista pueden verse en documentos papales como la encíclica Famuli vestrae pietatis del papa San Gelasio I, en la doctrina política del Antiguo Testamento y en la política de los reyes medievales como San Luis IX. A pesar de entenderse como renovador en lugar de conservador o reaccionario, el integrismo suele tener una valoración positiva del mundo medieval. Aunque existen movimientos integristas autodefinidos de izquierda​, el integrismo suele situarse dentro de la tercera posición por su rechazo tanto al capitalismo como al socialismo y su negación del régimen liberal

En cuanto a su expresión en el Islam (en particular en la actualidad), en esta entrevista (1) realizada por el diario francés Le Figaro a la islamóloga Razika Adnani, expresa -entre otros conceptos- que «los actos de violencia que han tenido lugar en Francia en los últimos días revelan el deseo de someter a los musulmanes del país a la sharia, en nombre de la norma de la ley islámica conocida como «ordenar lo decente y denunciar lo censurable». Se trata de una norma que se aplica más a los musulmanes que a los no musulmanes, aunque los clérigos la hayan extendido a los no musulmanes basándose en el concepto de yihad.

Quien pretende imponer la sharia pretende imponer el islam, y quien quiere imponer el islam impone la sharia. En nombre del islam se impone la sharia, que es la norma legislativa del islam. En el Corán hay versículos que tienen un alcance jurídico. Es la «sharia coránica » en la que se basaron los juristas para establecer, entre los siglos VIII y X, la «sharia de los libros de derecho».

Para los musulmanes, el islam no puede disociarse de la sharia, es decir, de su dimensión jurídica. Así, desde los primeros siglos del Islam, decidieron, tras largos debates sobre la naturaleza del Islam: ¿es sólo una religión o una religión y una organización social, como explico en mi libro Islam: quel problème? Los retos de la reforma. Imponer la sharia siempre ha sido el objetivo de los musulmanes practicantes y tradicionales. Incluso hoy, la inmensa mayoría de los países musulmanes aplican la sharia en diversos grados.»

Hacia el final de la entrevista se le pregunta: «¿Cómo se puede ser musulmán y partidario del laicismo en la Francia actual?. Y la respuesta es la siguiente: «En el islam, ser musulmán depende de hacer una profesión de fe. Usted declara que cree que Dios existe y que es único, que Mahoma es su mensajero y, por consiguiente, que el Corán es su palabra. Así pues, nada impide ser musulmán y partidario del laicismo, porque lo que sí lo impide es la sharia como sistema jurídico. Sin embargo, desde los primeros siglos, los musulmanes decidieron que ser musulmán era tener fe pero también someterse a las normas de la sharia.

En ese caso, para ser musulmán y partidario del laicismo hoy en día, hay que prescindir de la sharia en favor de la ley derivada de la razón. Es lo que ya hacen muchos musulmanes franceses y lo que empezaron a hacer algunos países musulmanes en la primera mitad del siglo XX, pero que se vio frenado por el fracaso de la nahda. También existen hoy partidarios musulmanes del laicismo en Azerbaiyán, por ejemplo, que, con cerca de un 92% de musulmanes, declaró en su constitución en 2002 que era laica.

Lo que plantea un problema para el laicismo, en Francia y en otros lugares, es el auge del islamismo y el fenómeno del retorno a la práctica conservadora del islam. Sin embargo, el abandono de la sharia no es una solución duradera si no va acompañado de un trabajo dentro del islam, es decir, de su reforma.

Algunos musulmanes que no rechazan el laicismo se presentan como musulmanes no practicantes. Esto implica que ser musulmán practicante significa respetar la sharia, lo que demuestra que siguen teniendo una concepción del islam inseparable de su dimensión jurídica. Por eso, al explicar el fracaso de la nahda , insisto en que la causa es que los modernistas fueron incapaces de reformar el islam.»

(1)  Agradezco la referencia de la fuente y la traducción a Enrique Bianchi.

 

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