La Economía del Don
Según este sitio «la economía del don o economía de regalo —del Inglés gift economy— es un modo de intercambio en el que los objetos de valor no se comercializan o venden, sino que se entregan sin un acuerdo explícito de recompensas inmediatas o futuras. Las normas y costumbres sociales rigen una economía de regalo, los obsequisos no se otorgan en un intercambio explícito de bienes o servicios por dinero, o alguna otra mercancia o servicio. Esto contrasta con una economía de trueque, o una economía de mecado, donde los bienes y servicios que se intercambian principalmente de manera explícita por el valor recibido.
La naturaleza de las economías de regalo forma parte de un debate fundamental en antropología. La investigación antropológica en las economías de regalo comenzó con la descripción de Bronisław Malinowski del intercambio Kula en las Islas Trobriand durante la Primera Guerra Mundial. El comercio de Kula parecía ser un regalo, ya que los trobriandeses viajaban grandes distancias sobre mares peligros para dar lo que consideraban objetos valiosos sin ninguna garantía de retorno. El debate Manlinowski con el antropólogo francés Marcel Mauss estableció rápidamente la complejidad del “intercambio de regalos” e introdujo una serie de términos técnicos como reciprocidad, posesiones inalienables y presentación para distinguir entre las diferentes formas de intercambio». Mauss es autor del «Ensayo sobre el don» que se muestra en la imagen de la entrada.
Según el enlace que venimos de colocar «el ensayo de Mauss trata la manera en que el intercambio de objetos entre los grupos articula y construye las relaciones entre ellos. Sostuvo que donar o dar un objeto (don) hace grande al donante y crea una obligación inherente en el receptor por la que tiene que devolver el regalo. La serie resultante de los intercambios que se dan entre los individuos de un grupo -y entre otros grupos distintos- establece una de las primeras formas de economía social y solidaridad social utilizada por los seres humanos. El don establece fuertes relaciones de correspondencia, hospitalidad, protección y asistencia mutuas…
El ensayo está construido con una amplia gama de estudios sobre grupos etnográficos. Mauss aprovechó la experiencia y los datos de estudio de Bronisław Malinowski sobre el Intercambio kula de los pobladores de las Islas Trobriand, la institución del Potlatch en los indios de la costa del Pacífico noroeste de Norteamérica y otros estudios etnográficos sobre pobladores de la Polinesia que demuestran la generalización de la práctica de los regalos o dones en sociedades no europeas. En las secciones posteriores del libro se examina la historia de la India, y se sugiere que los rastros de intercambio de regalos se puede encontrar también en sociedades más desarrollados. En las conclusiones del libro Marcel Mauss sugiere que las sociedades seculares industrializadas, podrían beneficiarse si reconociesen la práctica del don (intercambio de regalos). Marcel Mauss fue el inspirador de toda una parte de la reflexión sobre la antropología y de manera especial sobre la antropología económica, al mostrar que el don es agonista, ya que el vínculo no mercantil (cambios no remunerados ni inmediatamente correspondidos), a la vez que crea un vínculo social «obliga» a quien lo recibe, que sólo se puede liberar por medio de un «contradon»). Para Mauss, el don es esencial en la sociedad humana«. Está emparentado con el enfoque y la práctica de la reciprocidad (Karl Polanyi lo considera un aspecto sustantivo de los modos de integración o sistemas, junto con la redistribución y el intercambio).
En línea con la afirmación de Mauss, de que «el don es esencial en la sociedad humana», podemos afirmar que la mayoría de los seres humanos lo practicamos con nuestros seres queridos, con quienes consideramos «prójimo», frente a situaciones de emergencias y catástrofes, a la extrema necesidad y fragilidad de quienes sufren… y se expresa a través de personas humanas sensibles y de «buena voluntad» con diversas creencias o ideologías que buscan reparar situaciones de injusticia (1) o de falta de equidad que lo hacen de manera individual, agrupadas informalmente o formalmente a través de organizaciones o economía del llamado «tercer sector«, Iglesias, ordenes y congregaciones religiosas, ongs (sólo, a titulo de ejemplo, mencionamos esta), entre otras modalidades. Según este artículo, autores como Luigino Bruni, Stefano Zamagni y Annouk Grevin han planteado incorporar la dimensión del don en la economía y en la empresa.
Respecto de la perspectiva cristiana, en la misa del 24/12/19 el Papa Francisco criticó «la lógica de dar para tener… Mientras que aquí en la tierra todo parece responder a la lógica de dar para tener, Dios llega gratis ….» relacionándolo con el mensaje cristiano planteó «acojamos el don que es Jesús, para luego transformarnos en don como Jesús. Convertirse en don es dar sentido a la vida y es la mejor manera de cambiar el mundo: cambiamos nosotros, cambia la Iglesia, cambia la historia cuando comenzamos a no querer cambiar a los otros, sino a nosotros mismos, haciendo de nuestra vida un don. No esperó a que fuéramos buenos para amarnos, sino que se dio a nosotros gratuitamente. Tampoco nosotros podemos esperar que el prójimo cambie para hacerle el bien, que la Iglesia sea perfecta para amarla, que los demás nos tengan consideración para servirlos», planteó el Papa. «Empecemos nosotros», convocó en esa dirección, acompañado por 40 cardenales, 25 obispos y más de 250 sacerdotes que concelebraron la misa con él».
Sin duda es una experiencia difícil de vivir y practicar en grandes grupos humanos, y además ser criticada desde la perspectiva de que puede ser considerada como que «no tiene costo» o es «sin esfuerzo» para el que lo ofrece y el que lo recibe, así como favorecer la pasividad del receptor del regalo (generando relaciones asimétricas, «clientelares» y de «vivir de arriba»). Requiere de un contexto cultural -como los mencionados por Mauss y Malinowski- que posibilite un adecuado discernimiento (por ejemplo, en línea con la radicalidad del mensaje cristiano en el dar y compartir), a fin de evitar situaciones como las que se vienen de describir. En ese caso nos puede conducir a un mundo mejor. Si no existe ese contexto, discernimiento y sabiduría nos puede conducir a un mundo peor (donde la gratuidad es un camuflaje de relaciones mercantiles).
(1) En general hay coincidencia de que la implementación de la justicia «social» la sociedad la debe hacer prioritariamente a través de normas y de organismos del Estado, pero -coincidiremos- que de manera «complementaria» (como son las modalidades de economía solidaria) y a veces -lamentablemente- de manera «supletoria», la sociedad lo hace a través de canales directos informales o formales.
PD: en notas de divulgación como esta se dan ejemplos recientes en países como la India, o de ongs como la mencionada en este link o esta. También se puede mencionar el caso del software libre o trabajos colaborativos como los que se realizan en sitios como Wikipedia (en algunos casos hay motivaciones relacionadas con intereses políticos, socioeconómicos o ideológicos) o algunas modalidades (no todas) de economía colaborativa.