Cómo enfrentar e ir resolviendo los cisnes blancos

Se ha escrito que los cisnes blancos son los que «normalmente existen», pero que lo imprevisto son los cisnes negros o los verdes.  En esta nota Nouriel Roubini, señala que -según opinión- en las crisis financieras que ha venido analizando «hay ocasiones en la cuales debemos esperar que el sistema alcance un punto de inflexión — el «Momento Minsky» — en el que un boom y una burbuja se convierten en un alza y un caída. Esos acontecimientos no se tratan del «no conocer lo que se desconoce», sino más bien, de «conocer lo que se desconoce», haciendo referencia a los cisnes blancos.

Luego continúa diciendo «más allá de los riesgos económicos y de política usuales por los que se preocupa la mayoría de los analistas financieros, una cantidad de cisnes blancos potencialmente sísmicos son visibles en el horizonte de este año. Cualquiera de ellos podría detonar turbulencias económicas, financieras, políticas y geopolíticas severas, de manera distinta a cualquier otro desde la crisis de 2008. Para los iniciados, Estados Unidos está encerrado en una rivalidad estratégica en escalada con, al menos cuatro potencias revisionistas implícitamente alineadas: China, Rusia, Irán y Corea de Norte. Todos estos países tienen interés en desafiar el orden global liderado por los Estados Unidos, y 2020 podría ser un año crítico para ellos, debido a la elección presidencial y al cambio potencial en las políticas globales que podría seguir Estados Unidos».

A ello le agrega el impacto del brote de COVID-19, además que China «esté viviendo simultáneamente un brote de epidemia de gripe porcina masiva, una severa gripe aviar, un epidemia de coronavirus, inquietud política en Hong Kong​, la reelección del presidente proindependentista de Taiwán, y operaciones navales de EE.UU. intensificadas en los mares del este y sur de China», a lo que se agrega la guerra cibernética y el cambio climático. «Cualquiera de estos desarrollos podría augurar un evento ambiental de cisne blanco, como podrían ser los “puntos de inflexión” climáticos, tales como el colapso de placas de hielo importantes en la Antártida o Groenlandia en los próximos años. Ya sabemos que la actividad volcánica subterránea está en aumento; ¿qué pasa si esa tendencia se traduce en acidificación marina rápida y depleción de las existencias de peces globales de las cuales viven miles de millones de personas?»

Finaliza diciendo que «esta lista es apenas exhaustiva, aunque apunta a lo que se puede esperar razonablemente para 2020. Mientras tanto, los mercados financieros siguen incólumes en la negativa de los riesgos, convencidos de que la calma, sino un feliz año nuevo, le espera a las economía principales y los mercados globales».

Podemos preguntarnos: ¿podemos hacer algo para modificar esta situación? Las respuestas serán diversas: las personas radicalmente escépticas responderán que no se puede hacer nada. Otras personas, como las que escriben en este blog, dirán que debemos hacer lo que esté a nuestro alcance para ir modificando estas situaciones y tratar de ir hacia un mundo mejor. Se puede señalar que es un planteo «ingenuo» (una «candidez que ignora la complejidad»). Al respecto en este video desde el minuto 13,30 en adelante, el filósofo Javier Gomá plantea la ingenuidad como método filosófico, pasando del «yo mismo» a «cómo vivir juntos», que desarrolla en este libro.

«Cómo vivir juntos» conlleva cambiar actitudes, procedimientos y por lo tanto resultados (a ir revisando periódicamente de manera crítica) desde lo personal y lo grupal, así como con cambios culturales e institucionales (políticas públicas adecuadas, en general o -por ejemplo- las vinculadas al cambio climático) en lo local, nacional, regional e internacional. Tal vez nuestro destino ya esté jugado colectivamente (por la poca conciencia y sabiduría humana) hacia un mundo peor, pero ello no obsta a seguir luchando –contra viento y marea– para cambiar esa dirección.