La sustancia y la forma: el caso del lenguaje inclusivo
Sabemos que «somos lenguaje» como lo demuestra el descubrimiento, secuenciación y edición del ADN, así como sabemos que hay un lenguaje que nos permite descifrar -por ahora parcialmente- el Universo. Respecto de esto último, entre los primeros que lo han logrado, han estado Galileo Galilei e Isaac Newton que comenzaron a explicar -a través del lenguaje matemático- a la Naturaleza.
Por lo tanto el lenguaje es constitutivo de todo ser vivo y por ende una cuestión muy relevante. ¿Qué expresa, además de su complejidad, el lenguaje?. Sólo nos atrevemos a hacer una breve reflexión respecto del lenguaje oral y escrito, y en particular sobre el denominado «lenguaje inclusivo».
Este lenguaje -oral y escrito- es expresión de culturas que han ido evolucionando con la humanidad, y ello ha estado «teñido» -en general, aunque no siempre- de «lo masculino» respecto de «lo femenino» o de «lo diverso» en cuestiones de género. Es bueno reconocerlo y debería haber un discernimiento respetuoso de esta temática, a las personas que lo practican, así como cuando nos referimos a ellas o a grupos concretos muy diferentes.
La cuestión es, si el denominado «lenguaje inclusivo», más allá de cambiar las «o» por «e», «x», «@»…., debe ser «obligatorio» o de práctica «coercitiva» por parte de los estados hacia las personas.
Comencemos por decir que la Real Academia Española ha hecho un informe sobre el particular. Ello ha sido comentado en notas como esta o esta, entre muchas otras. Esta cuestión también se ha presentado en otras lenguas, como es la francesa, donde -oficialmente- está prohibido.
En la Argentina, el actual gobierno nacional lo ha impulsado (1), y en algunos casos como en comunicaciones oficiales, lo ha constituido como obligatorio. Sobre el tema de la obligatoriedad se han expresado figuras femeninas relevantes de la literatura como Ivonne Bordelois (lo considera «un disparate») y Beatriz Sarlo. Esta última señala que «las relaciones entre lengua y realidad son inestables. El uso de la lengua a través del habla patenta la modificación semántica u ortográfica, pero no siempre es así. En ocasiones hay una imposición verticalista del uso de la lengua. Por ejemplo, recuerda Sarlo, cuando hace cien o cincuenta años atrás, se enseñaba a utilizar el tú en vez del vos a los chicos de las escuela. El debate sobre el voseo argentino que tanto desveló a Jorge Luis Borges en El lenguaje de los argentinos, asume una explicación política y tal vez triste, pero sin duda una realidad. Dijo Sarlo en el Congreso: “A nosotros nos tocó el voseo porque éramos una zona arcaica del imperio español; las regiones que tuvieron cortes virreinales siguen con el tuteo, hasta hoy, como los colombianos, los peruanos…” Sin embargo, el intento del Estado por imponer el uso del tú en la escuela no prosperó. De aquí que Sarlo sostenga que si el lenguaje inclusivo es impuesto tampoco podría prosperar. Porque por más que haya una intención democrática y de justicia en la intención, seguiría la matriz de lo que han hecho los dictadores a lo largo de la historia del mundo en cuanto a prohibir o fomentar el uso de determinada lengua, léxico, frases, etc. A la larga, la gente se rebela contra esas imposiciones». Hay otros que plantean que la simplificación del lenguaje está asociada a la pérdida del pensamiento complejo.
Por otra parte, hay expresiones, como esta, que consideran que manipular el idioma por parte de los gobiernos es una característica de los regímenes totalitarios.
Tal vez lo más grave no sea lo que venimos de mencionar en los últimos párrafos, sino que no se abordan cuestiones sustantivas como la prevención de los femicidios, que -en el caso argentino- no dejan de aumentar. Claro, es más fácil cambiar una «o» por una «e» o por una «x» que abordar temas de fondo y complejos como este.
Ojalá vaya predominando la sabiduría y pasemos de ocuparnos del debate sobre las formas lingüísticas a cuestiones sustanciales como las muertes y daños que sufren las mujeres y otros géneros diversos al masculino heterosexual. Ello nos podría conducir a un mundo mejor.
PD: Agradezco a Alberto Kaminker los intercambios e informaciones sobre esta temática.
(1) En esta nota se lista que varios organismos usan ese lenguaje en sus comunicaciones: el BCRA, ANSeS, PAMI, IOMA, etc., el DNI no binario, el Ministerio de Trabajo anunció la creación del “CUIL no binario”. Ya no se usará el inicio de 27 para mujeres y 20 para hombres, y se determinará por azar; el Ministerio de Obras Públicas creó el programa “para la transversalización de las políticas de genero y diversidad”, el INAES creó una Comisión Técnica Asesora de Géneros y Diversidad, la Sindicatura General de la Nación creó un Observatorio de Políticas de Género. el Ministerio de Turismo y Deportes tiene una Dirección Nacional de Gestión Federal y Políticas de Género, el Ministerio de Desarrollo Territorial y Hábitat creó el programa “Habitar Igualdad” para “promover políticas habitacionales con perspectiva de género”, el Ministerio de Transporte armó un plan estratégico para incluir la perspectiva de género en el transporte, el Ministerio de Economía creó la Mesa Federal de Políticas Económicas con Perspectiva de Género, en la Cámara de Diputados, desde marzo de 2020 hasta hoy se presentaron 566 proyectos -vinculados al género, entre otras iniciativas.