El desafío de encontrar un camino virtuoso para las cuatro argentinas

En un interesante artículo de Jorge Katz (1), publicado en junio de 2018, sobre «las cuatro argentinas que conviven…pero no conversan«, las caracteriza de la siguiente manera:

  • la Argentina moderna, vinculada a la economía del conocimiento y las industrias más dinámicas,
  • la Argentina atrasada. Al respecto afirma que «pese a que sin duda existen excepciones, éste es el panorama que enfrentamos en la industria del calzado, la producción textil y otras donde el mix de productos fabricados, las tecnologías de proceso y el equipamiento de las plantas fabriles ha ido envejeciendo y perdiendo competitividad en relación al mundo»,
  • la Argentina de los recursos naturales, como la minería y las energías no convencionales,
  • la Argentina excluida, vinculada a la pobreza (en el artículo hace especial mención al conturbano bonaerense»(2).

En la parte final del artículo  («repensando el futuro»), sostiene que hay que partir de una «una buena macro», «si lo que se busca es evitar la volatilidad de los grandes precios de la economía pero al mismo tiempo avanzar hacia un mix de actividades de mayor contenido tecnológico, cerrar la brecha relativa de productividad con el mundo desarrollado y, simultáneamente, mejorar la equidad y la inclusión social? Pensamos que una buena macro en este caso debería ser aquélla que partiendo de la necesidad de mantener el balance estructural de largo plazo de las cuentas agregadas se preocupe también por generar recursos fiscales suficientes como para apoyar el desarrollo de nuevas capacidades productivas y mercados, la generación de tecnología y la formación de recursos humanos calificados, y la provisión de bienes públicos necesarios para mejorar la equidad e inclusión social».

Luego, más adelante dice, «vistas las cosas desde esta perspectiva lleva a pensar que el manejo macroeconómico del país debiera transitar desde un planteo que no solo piense en el equilibrio financiero de corto plazo como objetivo dominante de la política económica, sino que también otorgue prioridad a temas de la economía real como son los de diversificar y modernizar la matriz productiva, inducir la apertura del mix de exportaciones hacia actividades de mayor valor agregado doméstico, –particularmente en el mundo PYME– plantear la recalificación de la mano de obra en la necesaria transición al mundo digital que está gradualmente avanzando a escala planetaria y dar señales aceptables en materia de equidad y disminución de la indigencia. En otros términos, pensar la economía desde lo productivo y lo social, y no solo desde lo financiero, implica abandonar los moldes tradicionales que ha adoptado el pensamiento mayoritario de la profesión en décadas recientes. Contrarrestar la volatilidad de la macro y sostener un tipo de cambio real competitivo debe verse como parte inseparable de avanzar hacia el incremento de exportaciones de mayor valor agregado doméstico, gastar más en Ciencia y Tecnología, replantear el tema de la formación de recursos humanos calificados y entregar más bienes públicos en la economía»… «Son muchos los países del mundo que habiendo comprendido esta cuestión han desarrollado modelos de capitalismo concertado que les han permitido llevar adelante estrategias macro/micro capaces de asegurar un adecuado manejo de los fundamentos macro combinados con intervenciones sectoriales y con la construcción de nuevas instituciones y mercados que busquen fortalecer su inserción competitiva en los mercados mundiales y mejoren la equidad» (3).

Al momento de escribir esta nota no ha ocurrido aún la primera vuelta de las elecciones presidenciales, pero luego de las PASO el Frente de Todos ha tomado una ventaja difícil de revertir para Juntos por el Cambio (así como para otras fuerzas). Según Jorge Giacobbe, en este programa de Terapia de Noticias, se ha comenzado a asociar la figura de Alberto Fernández con «la esperanza» (en particular, en la perspectiva de un cambio socioeconómico positivo para el conjunto de  la población). En caso de ganar las elecciones se espera que tenga éxito en poder articular virtuosamente la cuatro argentinas, como las que señala Jorge Katz, y ello se haga con acuerdos de los principales actores económico-sociales y políticos, en el marco de una democracia republicana.

(1) Se agradece la referencia a Alejandro Katz. El artículo de Jorge Katz tiene similitudes con esta reflexión.

(2) Lo hemos abordado en esta nota.

(3) Una institucionalidad como la que plantea J.Katz supone un estado de calidad, con una dimensión y productividad adecuada a brindar servicios eficaces, eficientes y transparentes a la ciudadanía de las cuatro argentinas integradas, con especial énfasis en la resolución de la Argentina excluida. Por razones de espacio no se ha abordado la Argentina del cuidado (vinculado -en gran parte- con el rol femenino) ni la Argentina de los adultos mayores, entre otros temas relevantes (como el rol de los jóvenes).