¿Estamos frente a una nueva Edad Media?

Sabemos que establecer analogías y paralelismos entre distintas épocas es difícil, pero hay muchos intelectuales que se lo preguntan y plantean esta posibilidad (como es el caso de la imagen del libro que figura en esta entrada) (1).

Lo ha reseñado muy bien, Fabián Bosoer en esta nota, que nos animamos a transcribir, por si fuera de interés para la reflexión. Aquí va

«La nueva edad media es el título de un libro colectivo publicado en 1974, a partir de un ensayo de Umberto Eco. La idea, compartida también por los otros autores, consistía en el hecho que la sociedad de finales del siglo XX, a causa de sus profundas contradicciones económicas y sociales, entre ellas el deterioro medioambiental, ofrecía los trazos y rasgos de una nueva versión de la época medieval.

En otro libro inquietante, Roberto Vacca anunciaba entonces “una nueva Edad Media en un futuro próximo” y Eco apuntaba “no se asusten, pero eso es lo que ya está ocurriendo”. Las palabras clave eran “crisis” y “caos”.

Las hipótesis prospectivas de una deriva de la civilización hacia una nueva edad media desarrolladas, en aquel libro, buscaban sus causas en la disolución de los vínculos sociales, la privatización del poder y los conflictos entre grupos competidores. Eco destacaba los paralelismos entre la Europa medieval y la sociedad contemporánea de su tiempo: sensación de inseguridad, sectas marginadas, carácter visual de la cultura, el principio de autoridad en cuestión.

Una gran “paz internacional” que había unificado el mundo en cuanto a lengua, costumbres, ideologías, religiones, arte y tecnología, en determinado momento, por su propia complejidad, se torna ingobernable y se derrumba. Y en las “fronteras” -geográficas y culturales- están presionando los “bárbaros”, que traen nuevas costumbres y nuevas visiones del mundo. La asociación entre la “pax romana” de la antigüedad y la “pax americana” del siglo XX era directa.

Furio Colombo describía las concentraciones tecnológicas que comenzaban a disputar al Estado los atributos del poder y adelantaba las características que revestiría la vida en los territorios neo-feudales. Francesco Alberoni examinaba las sombrías perspectivas que aguardaban a los países industrializados en vías de decadencia. Giuseppe Sacco reflexionaba sobre las posibilidades de modificar mediante una adecuada política de organización del territorio las tendencias hacia la ruptura del consenso, la fragmentación social y la multiplicación de identidades culturales y códigos de conducta.

“¿Escenario apocalíptico o exageración de algo que ya existe” se preguntaba Eco. Y así como acaparan audiencias series y producciones cinematográficas como Games of Thrones y sucesos editoriales de literatura fantástica, también llaman la atención los eventos y festivales alusivos a los tiempos medioevales en distintas ciudades del mundo.

También en Buenos Aires, en el barrio de Chacarita, se realizó el pasado domingo 21 de julio una nueva edición de MedievalCon, la Convención de la Edad Media más grande en nuestro país, una feria que reúne a grupos de recreación histórica y artística, la participación de luchadores de “combate medieval”, artesanos, gastronomía, concursos de cosplayers y hasta la recreación de un juicio medieval. «La recreación histórica da el contexto a este mágico tiempo de nuestra historia, a través de estructuras y personajes ataviados de la cultura viva», decía la convocatoria.

Es la ficción que nos distrae de la realidad, que la refleja con imaginación y creatividad, pero que también parece anticiparla en algunos casos: allí parece encontrar su fuente de inspiración la política de nuestro tiempo, con sus personajes, ropajes y argumentos más insólitos. Y eso que aquellos sí eran tiempos de castas, yugos y vasallajes.»

(1) Respecto del término «Edad Media» muchos historiadores cuestionan el mismo, desde la perspectiva de que es un período que se desvaloriza. Así mismo es difícil la comparación con la época actual dadas las grandes diferencias en lo científico-tecnológico, crecimiento económico y mucha mayor esperanza de vida, entre otras. De todos modos vale el análisis que se hace más arriba.