El cuidado contra viento y marea

En esta sección, si bien nos hemos enfocado en general a la prevención, también quisiéramos hacer una reflexión vinculada con el cuidado, y en este caso con situaciones difíciles de discernir, y podríamos decir «extremas».

En un video de Alex Rovira comenta la historia del hijo del premio Nobel de Literatura japonés Kenzaburō Ōe, llamado Hikari Ōe (Ōe Hikari, nacido en 1963). Nació con unas discapacidades en su desarrollo con un pronóstico de que lo llevarían a la muerte. Los doctores trataron de convencer a sus padres de dejarlo morir, pero ellos desistieron. Tras una operación, permaneció con discapacidad visual, retraso en el desarrollo, epilepsia y una coordinación física limitada. Tampoco podía hablar mucho. Rovira comenta que Hikari paseaba con sus padres cerca de su casa y oyó el cantar de un pájaro. Hikari lo imitó con gran precisión. Sus padres quedaron fascinados. Le compraron grabaciones de audio con cantares de pájaros, gracias a los cuales aprendió. Así fue como tuvieron la idea de contratar un profesor de música para Hikari. Sus padres contrataron entonces a la profesora de piano Kumiko Tamura para su hijo. En vez de hablar, Hikari comenzó a expresar sus sentimientos a través de la música y mediante composiciones musicales. Con el tiempo, se le enseñó solfeo. Actualmente es un prestigioso compositor musical.

A veces, historias como las mencionadas no tienen un «final feliz». No son fáciles y no estamos exentos de flaquear frente a situaciones tan difíciles. Sin embargo ser constructores de esperanza, contra viento y marea, nos lleva a un mundo donde la lucha por la vida (1) -cueste lo que cueste- converge con lo trascendente y amoroso. Ojalá tengamos la energía y la posibilidad de concretarlo. Esto nos conduce a un mundo mejor.

(1) la lucha por la vida y el dolor por la muerte no es exclusivo de los seres humanos sino también de los animales como lo pone en evidencia esta nota.

PD: Agradezco el video de Alex Rovira al gran amigo Jorge Rodriguez Aparicio.