Cambio para mejor: el aporte de la psicología, y en particular del psicoanálisis

En este blog hemos intentado presentar algunas notas sobre la importancia de la ciencia en la salud en general, en  la salud mental, en la prevención del suicidio…, así como los vinculados con la importancia de los mitos, entre los más importantes.

En este link se expresa que «el descubrimiento freudiano tiene su origen en la oscuridad de la conciencia, en aquellos fenómenos que escaparon por mucho tiempo a la rigurosidad de la ciencia de finales del siglo XIX. “Factores de error” abren la puerta a esa potencia formadora y creadora llamada inconsciente, misma que se manifiesta en lapsus, sueños, chistes, olvidos, actos fallidos. Lo que Freud viene a develar es que los actos del ser humano no encuentran su fundamento en la razón, sino en ese saber no sabido del inconsciente. Frente a la formulación cartesiana: “Pienso luego existo”, el psicoanálisis- con Lacan – señalará: “Pienso donde no soy, soy donde no pienso”. Para profundizar estos aspectos se pueden ver links como este.

Para la redacción de esta reflexión, agradecemos muy especialmente este aporte de Alejandro Razé (1), del cual nos permitimos glosar distintos párrafos relacionados que hacen al tema de esta nota. Para comenzar se expresa «Como a todos los hombres nos tocó un momento difícil, diría Jorge Luis Borges. En cada época a los «sujetos contemporáneos» los atraviesan diferentes demandas y conflictos. Es innegable que el propio éxito cultural del psicoanálisis abrió enormes posibilidades, muchos interrogantes y puso en apuro creencias que se pensaban incuestionables. Desde su emergencia las formulaciones freudianas modelaron la esfera de la vida anímica. Entre muchas consecuencias el psicoanálisis abrió un campo de pensamiento sobre la vida acotando la influencia tanto del Estado como del sistema de producción. En esa franja se fueron extendiendo las posibilidades de autonomía: los psicoanalista se ocuparon de la sexualidad, la crianza, el amor, las pasiones, la creatividad, la guerra , la cultura, y tantos temas humanos que luego fueron tematizados por el resto de las disciplinas de una forma diferente a partir de los aportes de la teoría y práctica psicoanalítica.

A favor o en contra la influencia de Freud se hizo ineludible en todo aquel que haya compartido el estudio de la esfera donde lo biológico y la cultura se atraviesan ¿Hasta los adversarios pueden ser considerados freudianos? Tal vez. Y sin embargo en muchos círculos psicoanalíticos se viven las cuestiones contemporáneas con una añoranza de un pasado más esplendoroso tanto de los sujetos como de la disciplina».

Más adelante continúa diciendo «Durante el año 2015 y 2016 desarrollé una pesquisa junto a la Dra. Paula Sibilia en Brasil y la Argentina. El pensamiento analítico se cruzó en dialogo con las Ciencias Sociales. Se abordaron ciertos cambios que se destacan en la discusión sobre las subjetividades en la sociedad contemporánea. Se centró el foco en divisar las marcas de esas transformaciones tanto en la teoría psicoanalítica como en su práctica terapéutica. Entre múltiples temas se subrayaron la proliferación de «personalidades narcisistas»; nuevas formas de concebir a la alteridad y al lugar del otro en la experiencia individual, la exhibición de la intimidad , el ideal de optimización frente a la antigua normalidad, la relación de la culpa y la vergüenza , así como cierta pérdida de la hegemonía de la interioridad y su relación con el estímulo a la visibilidad. Aquellos interesados en ese trabajo pueden profundizarlo visitando la página.«

Luego en otros párrafos expresa que «el psicoanálisis configuró una forma de dar cuenta de la existencia muy particular. Siempre encarnó esta experiencia en la materialidad del cuerpo y la cruzó con la cultura como parte integrante del psiquismo. La teoría freudiana es esa amalgama sobresaliente. Es innegable que cuerpo y cultura han sufrido importantes modificaciones. Todo el territorio que abre el dominio de lo biológico y sus implicancias en la vida social y las identidades son enormes. También el impacto de la tecnología en la constitución subjetiva, en los mundos que abre y en las alienaciones que modela. Esta irrupción de lo biológico como única fuente de sentido reactiva también la noción de conflicto. Es bastante evidente la cantidad de manifestaciones tanto en la experiencia subjetiva como en los fenómenos sociales del vigor del malestar. Al fin y al cabo la idea freudiana de que la cultura es del orden del síntoma sigue siendo una invitación tentadora. Ante lo fascinante de las ampliaciones que aportan los conocimiento y su potencia sobre las leyes de la materia es muy oportuno seguir insistiendo en enunciar el efecto vano y esterilizante que esta centralidad tiene si expulsa la puja pulsional como fuente de sufrimiento. En ese sentido es posible que encontremos una similitud frente a la situación que conoció el psicoanálisis es su inicio. Esto podría reforzar su actualidad. Es evidentes que los apremios incesantemente que se le imponen a los sujetos quedan desechados por esta invasión que intenta silenciar todo dilema. En esta variación el sufrimiento psíquico se explicita más en las expectativas del rendimiento. La exteriorización se presenta como incompetencia o disfunción con la ilusión de que todo malestar puede ser suprimido y erradicado de la «buena vida». Cualquier emergencia del problema es una evidencia de falencia.

La acumulación de conocimientos basados en la experiencia clínica psicoanalítica fueron muchos y de gran riqueza. Solo mencionar la amplitud de posibilidades que fue extender la concepción a los aportes post freudianos en la relación de objeto con su impacto en la visión intersubjetiva. También las variables que seguramente se juegan en todo análisis en cuanto a las distintas lógicas en juego: lógica de la unidad (del narcisismo), del par (madre-bebe), de lo transicional (de la ilusión y lo potencial), de lo triangular (de la estructura edípica). En sus nuevas formulaciones el psicoanálisis pone de relieve crisis que se producen también por sus propias ampliaciones. Esto es fuente de contrariedades y requiere esfuerzos teóricos y clínicos que como dijimos son los que provocan el vigor de la disciplina. (Green). Todas estas extensiones permiten pensar también a la cultura con un patrimonio mayor… El psicoanálisis está convocado en la medida que el sufrimiento humano incluye (es) siempre un sufrimiento psíquico. Allí nuestra pertinencia y vigencia.»

Deseamos finalizar esta nota con dos últimas referencias importantes en cuanto a aportes. La primera se refiere al viaje de Freud a EEUU. Según este link «Sigmund Freud llegó a América el 27 de agosto de 1909. Pero sus ideas habían viajado mucho antes que él: cuando el barco ancló en el muelle de Nueva York un grupo de personas lo esperaba aplaudiéndolo. Entonces dicen que él dijo: No sé por qué me aplauden, si les traigo la peste. Freud viajó para dictar conferencias sobre su controvertida teoría psicoanalítica. Pero también puso en la valija sus principios: el psicoanálisis tenía que ser una herramienta de la asistencia comunitaria. Habría cumplido uno de sus objetivos centrales, decía Freud, si esta alternativa terapéutica podía servir para tratar a muchos pacientes. ese objetivo comunitario fue el que desarrolló en su clínica durante 16 años. Lo curioso fue que se inauguraron varios centros con ese espíritu en los Estados Unidos, después del paso del maestro. Pero pasaron años hasta que Freud pudo cumplir el sueño de abrir una institución en Europa. Sobre América dijo que era el experimento más grandioso que ha visto el mundo, pero tengo el temor de que no dé resultado. Agregó que los estadounidenses se casaban muy jóvenes y que la dieta americana era terrible. En la Argentina, algunos hospitales, como el Evita, de Lanús, también utilizaron al psicoanálisis como una alternativa de la atención comunitaria en el área de la salud mental».

La segunda y también muy relevante es la correspondencia que tuvo con Einstein acerca de la pregunta de este acerca de «¿Por qué la guerra?». El texto completo se puede visualizar en este link, y se refiere básicamente acerca de la agresividad humana y la importancia de la sublimación para superarla.

(1) Sin el aporte del Dr. Alejandro Razé no hubiera sido posible redactar esta nota. 

 

 

 

 

El enfoque de Constelaciones Familiares como cambio para mejor

En esta nota se explican las principales características del enfoque de Bert Hellinger referido a la teoría y la práctica de las «Constelaciones Familiares». Ello ha sido actualizado por testimonios como este y se expresa en instituciones como esta.

Si bien las corrientes más ortodoxas de la psicología y el psicoanálisis cuestionan su «cientificidad», entendemos (1) que hace un aporte «heterodoxo» a la comprensión y sanación de dolores del alma humana. Por eso creemos que es una contribución a «cambios para mejor».

(1) Quien redactó esta nota hizo una experiencia concreta (invitado por Delfina Linck) y comprobó su aporte positivo.

 

Cambiar el mundo ¿es ilusorio?

Sabemos que el mundo, en tanto universo conocido, viene cambiando o evolucionando desde hace aproximadamente 13.700 millones de años, con sus galaxias, estrellas y planetas, entre los que se encuentra el nuestro. La especie humana también, donde se vienen haciendo descubrimientos de orígenes de millones de años, siendo la más evolucionada desde hace miles de años.

Los genes han seguido evolucionado (así como en la actualidad la biotecnología ya los puede editar y modificar, tomando «el control en sus manos») y la cultura ha tenido un rol protagónico. Sobre la misma sabemos que pasamos de ser recolectores y cazadores nómades, a sedentarios domesticadores de animales y plantas, donde se fue dando un proceso de distribución del trabajo, aparición del excedente, la propiedad, el estado, la familia así como una creciente individuación que se fue modificando (cambios tecnológicos y de relaciones sociales) y sofisticando hasta nuestros días. Por lo tanto el mundo viene cambiando y seguirá cambiando. Hay algunos aspectos que están fuera de nuestro alcance y otros –como los que venimos de mencionar– que dependen de nosotros.

Respecto de estos últimos, lo que queremos con esta nota es preguntarnos si los humanos podemos darle alguna direccionalidad a este cambio, o no. Aquí hay distintos enfoques, entre los que encontramos los siguientes:

  • no podemos darle ninguna direccionalidad: sólo adaptarnos. Sería tomar una parte del enfoque darwinista, y como metáfora una imagen de un animal: el arquetipo sería el camaleón,
  • los seres humanos somos naturalmente malos (Hobbes, Maquiavelo…) y a lo único que podemos aspirar es, a través de la ley y el Estado, a convivir sin matarnos y de la mejor manera posible. Una versión más tenue sería que lo que predomina en nuestros vínculos son los intereses de cada uno y el mercado sería el mejor mecanismo para armonizarlos (aquí también hay variaciones respecto del rol del Estado: desde un encuadre general hasta distintas formas de intervención). La política sería la mejor manera de cambiar (1), y la violencia (al interior de los países o entre países) (2) la peor,
  • los seres humanos somos naturalmente buenos (Rousseau) pero el proceso de división del trabajo, aparición del excedente y la lucha por su apropiación (la cuestión de las relaciones de poder) van a dar origen a la desigualdad. La economía clásica va a entender que la complementariedad de la división del trabajo a través de la economía de mercado y la competencia va a conducir al progreso y a la riqueza de las naciones. Por su parte la economía marxista planteará que esta es una modalidad de  producción de explotación del hombre por el hombre y qué solo se puede resolver por la socialización de los medios de producción, en general a través de un proceso autocrático. Las alternativas socialdemócratas buscarán acotar la desigualdad generando un piso de bienestar y un techo para la concentración del ingreso por vías democráticas,

entre otras. Los últimos dos enfoques plantean la posibilidad de darle un sentido al cambio y a la evolución que depende de nosotros. En algunos casos predominará la articulación entre sabiduría y practicidad (como metáfora se puede plantear la imagen de el erizo y el zorro) y en otros casos la tentación de «ir por todo», con la consiguiente violencia (la aplicación del camastro de Procusto) e inviabilidad a mediano y largo plazo. También estarán los que pueden caer en «un optimismo bobo» (o en meras expresiones de deseo), y por otro lado los escépticos. Estos podrán oscilar entre dudar de todo y no hacer nada, o aquellos que su escepticismo les dará un espíritu crítico para discernir lo que es posible de lo que no lo es (en particular a corto plazo).

Sin duda el cambio personal y cultural será fundamental para expresarlo en las dimensiones macro (políticas, económicas, tecnológicas y sociales). En la imagen de la entrada se muestra a Jane Goodall y su frase acerca de la importancia de la escala de las decisiones éticas para cambiar el mundo. Esto es coincidente con una cultura del compartir y enfoques sapienciales que valoran lo trascendente y el cambio hacia un mundo en paz (3). Ojalá que las distintas corrientes que quieren cambiar el mundo, con humildad y realismo, en un sentido de mejora continua puedan vencer al egoísmo, el individualismo, el pesimismo y la pasividad, y converger en sus prácticas hacia un sentido profundo del mismo.

(1) aquí entrarían todas las formas no violentas de buscar resolver los conflictos, promover y ampliar derechos ciudadanos y vinculados con el medio ambiente, las personas con un enfoque realista, o aquellas que combinan escepticismo con ciertas cuotas de esperanza de poder contribuir en algo a un mundo mejor. También aquí están las principales modalidades de abordaje frente a un capitalismo desigual.

(2) pensadores como Malthus le agregarán a las guerras, la pobreza y el hambre, las enfermedades y las pestes, así como las catástrofes naturales, como modalidades de cambio.

(3) es el caso de San Francisco de Asis con su «oración de la serenidad» donde invoca y ora a «Dios mío, concédeme la serenidad para aceptar las cosas que no puedo cambiar; el valor para cambiar las cosas que puedo cambiar, y la sabiduría para conocer la diferencia. Viviendo un día a la vez, disfrutando un momento a la vez; aceptando las adversidades como un camino hacia la paz…»

Lo dificultoso del cambio y la apelación al instinto de conservación como especie

La imagen de la entrada nos revela una afirmación de Maquiavelo, que expresa una cruda realidad y está en consonancia con su pesimismo sobre la naturaleza humana.

A fin de tender a superar estas restricciones y este pesimismo, en el presente blog hemos tratado de reflexionar sobre el cambio, la importancia de evolucionar -en particular en lo referido a la conciencia– y de canalizar nuestra energía hacia el bien y la vida. También hemos apelado desde los sentimientos y valores (asociados a la educación) hasta el comportamiento de primates «sabios» que ponen en cuestión nuestra condición de «sapiens».

Entre las preguntas que nos podemos hacer, para superar las restricciones que plantea Maquiavelo, están si podremos asumir:

entre los más importantes.

Sabemos que lo anterior necesita de cambios culturales e institucionales (dimos un ejemplo muy particular en esta nota para destacar la necesaria articulación), que los mismos los tenemos que hacer sin fanatismos (sabiendo de nuestras limitaciones e imperfecciones) y seguramente enfatizando que está en juego nuestra supervivencia como especie. ¿Predominará el instinto de conservación o la irracionalidad y la estupidez? Ojalá que sea lo primero, y lo hagamos con premura.

 

 

Casos de cambio exitosos: el aporte de la pedagogía

En este blog se han escrito varias reflexiones vinculadas con la relevancia de la educación. Entre ellas se pueden destacar esta, esta o esta. Aquí sólo nos quisiéramos concentrar en el aporte de la pedagogía, en dos aportes relevantes (1) como han sido el de María Montessori (ver imagen de la entrada) y Reuven Feuerstein.

En el caso de la primera sus aportes a la pedagogía han sido muy relevantes, recibiendo distintas influencias (2), y su enfoque se puede visualizar -entre otros- en este sitio. Su vida ha sido presentada en esta película (para quien no la haya visto, se recomienda verla y en particular el extraordinario resultado que logra con niños que habían sido «depositados» en una especie hospicio).

En el caso de Reuven Feuerstein, según la Wikipedia, «nació el 21 de agosto de 1921 en Botosan, Rumania. Fue uno de nueve hermanos, fue un erudito en estudios judíos e inmigró a Israel en 1944. En vida estuvo casado con Berta Guggenheim Feuerstein y tuvo cuatro hijos. Residió con su familia en Jerusalén, Israel hasta el día de su muerte. Fue en Bucarest, donde Feuerstein asistió a la Escuela para Profesores (Teachers College) durante 1940 y 1941 y a la Universidad de Onesco de 1942 a 1944; sin embargo, tuvo que huir de la invasión nazi antes de obtener su grado en psicología. Cuando se resuelve el Mandato Palestino en 1945, enseñó a niños supervivientes del Holocausto hasta 1948. Al darse cuenta que estos niños que fueron afectados por el Holocausto necesitaban atención, empieza su carrera de atender las necesidades psicológicas y educativas de niños inmigrantes refugiados.

Hacia 1944,1945 dirigió el Seminario de Entrenamiento del Profesor en Jerusalén. En 1949 continuo su formación en Suiza donde se interesó por trabajos y textos de Carl Jaspers, Carl Jung y L. Szondy. En el periodo entre 1950 y 1955 asistió a la Universidad de Ginebra donde Andrey Rey y Jean Piaget, lo dirigieron y así obtuvo el posgrado en psicología general y clínica en 1952 y su licencia para ejercer la psicología en 1954. Fue en 1970 que Feuerstein concluyó su doctorado en Psicología del Desarrollo en la Sorbona. Los campos de estudio más importantes en los que se desarrolló fueron la psicología del desarrollo y la psicología clínica y cognoscitiva, considerándola desde una perspectiva transcultural.

Durante 1970 y hasta 1995, Feuerstein se dedicó a su puesto como profesor de psicología educativa en la Escuela de Educación de la Universidad de Ilan (Ramat Gan en Israel). Fue a partir de 1978 que fue asignado como profesor adjunto en el Colegio Peabody de Educación de la Universidad de Vanderbilt en Nashville, Tennessee, Estados Unidos.» Entre sus muchos aportes está la «teoría de la modificabilidad estructural cognitiva» y la «teoría de la experiencia del aprendizaje mediado«. Hay videos como este (en inglés) o esta entrevista (subtitulada en español) que son valiosos de conocer.

Entendemos que tanto Montessori como Feuerstein (y muchos otros pedagogos), son arquetipos de «casos exitosos» para un mundo mejor.

(1) Hay muchas corrientes y valiosos aportes (como los que se mencionan en el link de la palabra «pedagogía»), entre ellas (y -en especial- para sectores pobres o marginales) ha sido muy importante el enfoque y la práctica de Paulo Freire. También, a medida que se avanza en la edad de aprendizaje, son relevantes el sistema de educación dual (muy vinculado a la formación teórico-práctica profesional), la pedagogía en base a proyectos (también se puede ver este link) o en base a casos. El método de casos tiene ya una larga historia en la enseñanza. Se podría afirmar que los casos siempre se han utilizado en forma de ejemplo o problema práctico. La casuística, típica de la filosofía escolástica medieval, utilizaba casos para resolver problemas morales o religiosos. En 1870 Christopher Columbus Langdell, profesor de la Universidad de Harvard, empezó a enseñar leyes haciendo que los estudiantes leyeran casos en lugar de leer libros de texto. Hacia 1914, el caso se formaliza como método de enseñanza en el programa de Derecho, bajo el término «Case System» en la Universidad de Harvard. El método pretendía que los alumnos buscaran la solución a una historia concreta y la defendieran. Luego se extendió a la economía (macro y micro, en empresas), a la administración, a la resolución de problemas de políticas y gestión pública, etc. y a trabajarlo de manera interdisciplinaria.

(2) «Mientras desarrollaba su labor pedagógica, Montessori descubrió los trabajos de dos médicos franceses, Jean Itard (1774-1838) y Eduardo Séguin (1812-1880). El primero de estos es considerado el «padre» de la nueva pedagogía, que establece la importancia de la observación en los niños y entiende que a los niños no se les puede imponer nada y, el segundo creó ejercicios y materiales para ayudar al niño a desarrollar sus facultades, además de estudiar el caso del denominado niño salvaje de Aveyron. Más tarde, conoció los trabajos del pedagogo suizo Johann Heinrich Pestalozzi (1746-1827). Pestalozzi hacía énfasis en la preparación del maestro, que primero debe lograr un cambio en su persona y debe tener amor a su trabajo. También debe haber amor entre el niño y el maestro.»

Pestalozzi , fundador de la pedagogía moderna

Un salto evolutivo de cambio para mejor en la pedagogía moderna, sin duda lo dio Johann Heinrich Pestalozzi. «Al igual que sus predecesores, Comenius y Rousseau, Pestalozzi creyó que la solución a la pobreza y las contradicciones en la sociedad humana se debía buscar en una buena educación. Creía que a los niños no se les deben proporcionar conocimientos ya construidos, sino la oportunidad de aprender sobre sí mismos mediante la actividad personal. Que los maestros deben estar preparados para lograr un desarrollo integral del alumno más que para implantarles conocimientos, algo que solo constituye una sola parte de la educación: el verdadero objetivo debería ser un «hombre moral» total; este hace el bien y ama, sus acciones se basan en la fe y, en lo posible, deja a un lado su egoísmo. Fundó varias instituciones educativas, tanto en Alemania como en regiones de Suiza de habla francesa, y escribió muchas obras que explican sus principios modernos revolucionarios de la educación. Su lema fue «El aprendizaje por la cabeza, la mano y el corazón». Gracias a Pestalozzi, el analfabetismo suizo del siglo XVIII fue superado hacia 1830 casi por completo».

Un texto relevante a consultar sobre este autor es este. Tuvo una vida muy dura como se refleja en este film sobre su vida.

Ha sido y es una fuente de inspiración para una enseñanza personalizada y para un mundo mejor.

PD: Se desea agradecer a I. Lotersztain por haber inspirado la relevancia de este hombre y su obra. dándole difusión en este blog.

¿Podemos aprender algo de las tragedias? La diferencia entre comprender (para aprender) y justificar (o validar el desenlace)

De acuerdo con esta fuente el término tragedia “procede de la voz griega tragoedia o “canto del macho cabrío” (τραγῳδία, palabra compuesta de τράγος “carnero” y ᾠδή “canción”) y alude a la canción de los griegos atenienses que era entonada procesionalmente en honor del dios Dioniso en sus fiestas Dionisias. El género se define como una obra dramática de asunto terrible y desenlace funesto en la que intervienen personajes ilustres o heroicos, y emplea un estilo de lenguaje sublime o solemne. Aristóteles, en su Poética, dejó la primera definición del término: La tragedia es la imitación de una acción de carácter elevado y completa, dotada de cierta extensión, en un lenguaje agradable, llena de bellezas de una especie particular según sus diversas partes, imitación que ha sido hecha o lo es por personajes en acción y no por medio de una narración, la cual, moviendo a compasión y a temor, obra en el espectador la purificación (catarsis) propia de estos estados emotivos […] Necesariamente hay en toda tragedia seis partes constitutivas, según las cuales cada obra trágica posee su cualidad propia; estas partes son la fábula o trama, los caracteres, la elocución, la manera de pensar o ideología, el espectáculo y el canto”.

Luego continúa expresando que “las tragedias acaban generalmente en la muerte, el exilio o en la destrucción física, moral y económica del personaje principal, quien se enfrenta a un conflicto insoluble que le obliga a cometer un error fatal o hamartia al intentar “hacer lo correcto” en una situación en la que lo correcto simplemente no puede hacerse. El héroe trágico es sacrificado así a esa fuerza que se le impone, y contra la cual se rebela con orgullo insolente o hybris. También existe un tipo de tragedia de sublimación, en las que el personaje principal es mostrado como un héroe que desafía las adversidades con la fuerza de sus virtudes, ganándose de esta manera la admiración del espectador, como es el caso de Antígona de Sófocles“.

En la imagen de la entrada hemos colocado a un célebre escritor (William Shakespeare), que escribió muchas tragedias relacionadas con las distintas pasiones humanas (muchas de ellas llevadas a la enajenación o locura), la ambición de poder desmedida, los resentimientos, envidias y otras. Podríamos preguntarnos si de estas tragedias ¿podemos aprender algo? o aprender -más en general- de “los otros”, o de la literatura y sus representaciones…, ¿es muy difícil, si uno no ha experimentado?. La respuesta está abierta a distintas posibilidades de discernimiento y contextos sociales y personales que pueden ir en diferentes direcciones.

Para finalizar con esta reflexión no tomaremos casos de la literatura, sino de dos acontecimientos que provienen de la historia y de la vida real: el surgimiento del nazismo en Alemania y la dictadura de 1976 en Argentina. En el primer caso se ha escrito mucho y hay consenso que el grave deterioro de las condiciones socioeconómicas producidas por las compensaciones que debía realizar Alemania (Tratado de Versalles) luego de la primera guerra mundial, más errores de política pública, generaron la emergencia de Hitler y sus seguidores, quienes finalmente se hicieron del poder. Esto produjo la Segunda Guerra Mundial donde las estimaciones de muertos van desde un mínimo de 40 a 45 millones de personas a un máximo de algo más de 100 millones de personas. En el caso de la Argentina, tal vez aún no ha pasado mucho tiempo para hacer un análisis desapasionado y lo más objetivo posible de las décadas de los sesenta y los setenta del siglo pasado (y del contexto internacional), el proceso de radicalización política, los conflictos al interior del peronismo, el accionar de la guerrilla que se extendió luego de la vuelta a la democracia (por ejemplo con el asesinato de Rucci), el deterioro socioeconómico (por el llamado “rodrigazo”) y político (la muerte de Perón, el rol de López Rega y de Isabel Perón, la sensación de “inevitabilidad del golpe militar” por parte de sectores medios y de dirigentes como Balbín, el rol activo de sectores económicos liderados por José A. Martinez de Hoz con la cúpula militar para llevar adelante el golpe militar, (entre otros) que llevaron a la tragedia de las desapariciones de miles de personas a partir de marzo de 1976 (1).

Comprender estos procesos no significa o conlleva “justificar” su desenlace (ni quienes lo llevaron a cabo, de manera directa o indirecta) (2), sino  que -además de hacer justicia real y simbólica, así como memoria- es tener la posibilidad de reflexionar y discernir cuales son los “nidos de serpiente” o principales “patrones de comportamiento” y componentes que operan en desencadenar la tragedia. Ello posibilitaría sacar un aprendizaje sabio para no repetir experiencias traumáticas, evitar que nuestras democracias vayan muriendo y generar una serie de acciones de prevención (3). Nos puede posibilitar no caer en un mundo trágico así como visualizar los procesos asociados al mismo, y tratar de realizar cambios para mejor, aunque diste de la “perfección“.

(1) Algo más reciente, vinculado a la política nacional del año 2023, se puede leer en esta nota.

(2) En esta nota de Jaime Correas, entre otros conceptos, destaca esta expresión de Spinoza: «No juzgar, no deplorar, no indignarse, únicamente comprender«. Ello no significa justificar. Paul Valery también ha dicho que no se puede comprender y juzgar al mismo tiempo.

(3) La mejor prevención es promover el diálogo sincero, una buena educación y una buena información, evitando las denominadas “fakes news”, así como promover una activa participación e involucramiento democrático en general, y en expresiones socioeconómicas -por ejemplo- de una economía del bienestar actualizada y sustentable ambientalmente. Sobre el tema más general de la prevención se puede ver esta sección.

Requisitos para el cambio

En este blog hemos publicado una nota sobre lo que entendemos por «cambio«, en cuanto a lo macro y al sentido del mismo, así como en otra nos hemos referido a la cuestión de los principales elementos de un abordaje sistémico, pero no hemos desarrollado los requisitos o los elementos que juegan en un proceso de cambio. Aquí tomaremos algunos ejemplos de las organizaciones y de los cambios en las personas que, con adaptaciones y siendo conscientes de su mayor complejidad, pueden trasladarse a naciones o cuestiones macro.

En lo que se refiere a las organizaciones, según esta nota, «se encuentran en procesos de cambio, al igual que cada uno de nosotros como seres humanos; este aspecto, dentro de la existencia, es una constante. Sin embargo, a pesar de ese conocimiento, los seres humanos relacionamos el cambio con emociones de temor y con pensamientos basados en creencias limitantes (Jung las denominaría la sombra), por cuanto preferimos estados de inercia (Newton), estáticos o de comodidad.. Entre sus componentes transversales están las cuatro estructuras por transformar dentro de un proceso de cambio: estructura mental, estructura emocional, estructura física y estructura de consciencia. Comprendemos el proceso de gestión del cambio como una espiral que se convierte en una autopista o camino ascendente, que pasa por etapas y fases, como describe Kotter, pero que requiere alquimia (fuerza o energía, con sabiduría) para transformar el lado de sombra (Jung), o las fuerzas restrictivas (Kotter) dentro de las cuatro estructuras. Al aplicar energía o fuerzas impulsoras (Lewin) o de velocidad de aceleración (Einstein), materializamos estados diferenciales de cambio, transformación y evolución».

En esta referencia se menciona lo que John Kotter, en su libro «Nuestro témpano se derrite«, plantea ocho pasos para llevar adelante un proceso de cambio:

  1. Crear un sentido de urgencia,
  2. Crear equipos guía
  3. Crear una visión y estrategia
  4. Comunicar la visión
  5. Habilitar/capacitar
  6. Generar éxitos a corto plazo
  7. Consolidar logros/persistencia
  8. Anclar la cultura.

En esta nota de Enric Arola (de donde tomamos la imagen de la entrada *) hace una reflexión sobre los requisitos o el proceso del cambio personal que -como expresamos al comienzo- podrían adaptarse y complejizarse a organizaciones y naciones, y consistirían en:

  1. ¿Dónde estoy? Se trata de una primera fase de descubrimiento personal para tomar realmente conciencia de cómo estoy viviendo mi vida. En esta fase es bueno dedicar tiempo para la reflexión personal, pero también pidiendo la visión de los demás. También ayudan mucho las herramientas de feedback que solemos utilizar en los procesos de desarrollo personal. Y aplicar la teoría del enfoque sistémico.
  1. ¿Qué quiero? En esta fase, y después de mirarme al espejo, estoy preparado para decir que SÍ quiero ver o tener más en mi vida. Es un momento donde todo es posible, donde hay que pensar y desear EN GRANDE. Sólo así mi sueño máximo será más fácilmente realizable.
  1. ¿Qué necesito? Es el momento para reflexionar sobre lo que necesito para ir de donde estoy a donde quiero estar. Se trata de construir el puente necesario para ir a la otra orilla. Tenemos que ser conscientes que un puente está formado por pequeñas y también grandes piezas, por lo que nuestra agenda de necesidades estará formada por retos más asequibles y otros mucho más retadores.
  1. ¿Qué creencias me limitan? En cualquier proceso de cambio personal tenemos que esperar la presencia de una “voz crítica” con lo que estamos intentando cambiar de lo que se venía haciendo hasta ahora. Una voz acusadora y desafiante que nos avisa de los daños que podrían sucederse si se rompe el status quo. Esta voz está en mi interior e intenta cubrir mis necesidades y protegerme, pero también me obstaculiza para que consiga mis deseos más profundos. Conocer mis creencias limitantes, entenderlas y familiarizarse con ellas es algo importante para no frustrar el proceso de cambio a nivel personal.
  1. ¿Qué creencias me dan fuerza? En esta fase se trata de encontrar aquellas creencias (reales y para nada forzadas) que también tengo y que me dan energía para seguir mi proceso de cambio. Se trata de ir sustituyendo progresivamente mis creencias limitantes por estas otras más posibilitadores, ya que el lenguaje que yo consiga tener conmigo mismo va a marcar un antes y un después de lo que pueda llegar a lograr en el vida.
  1. ¿Quiénes deben conocer mis deseos? Una vez sepa hacia donde quiero dirigirme y que debo potenciar más de mi liderazgo personal, es importante hacérselo saber a mi entorno. Es una manera de comprometerme no sólo conmigo, sino con el mundo acerca de cuál es mi intención para vivir una vida más feliz. Además, haciéndolo estoy pidiendo a las personas de mi entorno a que me sostengan e impulsen también en esa dirección. Y más aún, estoy preparándolos a que vean en mi cosas o actitudes distintas que, acertadas o no (estoy aprendiendo nuevos hábitos), responden a una clara intención de conseguir un objetivo mayor.
  1. ¿Quiénes serán mis aliados? De entre estas personas de mi entorno debo también seleccionar algunas para pedirles una cierta involucración activa en relación a mi proceso de cambio personal. Son individuos, cercanos o no a nivel emocional, a los que les iré pidiendo opinión, feedback, o con los que reflexionaré acerca de lo que quiero hacer de forma distinta.
  1. ¿Qué hábitos nuevos pongo en marcha? Este es el momento de la verdad. El momento para echar toda la carne en el asador y empezar a poner en acción estas nuevas acciones o hábitos que pretendo que me acerquen a mis objetivos. Se trata también de ponerle una nueva energía e intención al hacer las cosas y en relacionarme con el mundo; unas maneras que me impulsen a moverme en la dirección correcta. Se trata de una fase para experimentar, como conductor novato de un coche nuevo con prestaciones distintas al anterior, y por consiguiente a entender que no hay acciones frustrantes, sino curiosidad e ilusión por abordar las cosas desde nuevas dimensiones.
  1. ¿Cuál ha sido el impacto? Una vez iniciadas mis nuevas acciones necesito observar como yo mismo y mi entorno responsen a mi versión 2.0. Esto me ayudará a ver si voy en la dirección correcta o debo realizar algunos ajustes. Que mi entorno me muestre sorpresa, e incluso rechazo inicial, no tiene porque significar que he fracasado en el intento. A veces esto es una señal de lo contrario! Es decir, que voy en el buen camino y el entorno está intentando ajustarse a nuevas dimensiones de mi “nuevo yo”. Es aquí, y esta es una de las fases más retadoras, donde debo integrar sistémicamente mi beneficio personal con las necesidades y beneficio de mi entorno, para que mi cambio sea más sostenible y duradero en el futuro. En palabras de Gandhi, ser cada uno de nosotros el cambio que queremos ver en el mundo.
  1. … Y vuelta a la fase 1. El proceso de desarrollo personal es un proceso continuo que, como la vida misma, nos lleva a seguir subiendo peldaños con la esperanza de que, haciéndolo, estemos viviendo cada vez más la vida que queremos vivir, y así entender realmente que la felicidad tiene que ver con el trayecto y no tanto con el destino.»

Pasar de lo personal o grupal a una sociedad y una nación requiere de que todas las personas de buena voluntad, sea cual sea nuestro lugar, nos involucremos en el proceso de cambio de manera veraz y sincera. Allí habrá que consensuar los principales diagnósticos de cómo hemos llegado a esta situación, cuales son las principales cuestiones críticas a encarar, las dificultades (intereses, miedos, desconocimiento de las implicancias, valores y prioridades a consensuar…) que traban el proceso de cambio, hacia donde queremos y podemos ir a mediano y largo plazo (compartiendo una visión y un plan estratégico en el marco de un mundo preocupante) y cuales son los instrumentos y procesos a poner en marcha. Tendrán un rol más importante los intelectuales y científicos de las distintas disciplinas (en particular desde la sociedad civil, las universidades y el estado), quienes forman opinión y valores para promover expresiones culturales relacionadas con la equidad y el amor en todas sus dimensiones (a través de los medios, las redes, los educadores -en particular en escuelas de ciudadanía, de formación para la política y para otras economías-, los diferentes líderes religiosos, sociales y culturales), quienes hacen visible la situación de los más vulnerables, y –fundamentalmentelos líderes políticos representados en el Congreso y el Poder Ejecutivo que tendrán que formalizar, asignar y coordinar recursos para dicho proceso de cambio.

Ojalá que estos enfoques nos permitan tener «herramientas» para poder trabajar, de manera seria y persistente, en los distintos componentes que inciden en los procesos para un cambio sistémico hacia un mundo mejor.

(*) se agradece a Luciano Gerardi la edición y mejora de la imagen para colocarla en este sitio, respetando su fuente y referencia original.

Casos exitosos: los pactos territoriales, en especial el caso de Italia

En este blog se ha destacado la importancia del diálogo para llegar a acuerdos en general, y en particular en lo que se refiere a pactos de gobernabilidad a nivel nacional o internacional (como es el caso de la Unión Europea). En esa misma dirección son importantes los pactos territoriales.

¿Qué son los pactos territoriales? En Colombia se los ha definido así: «son un acuerdo marco de voluntades cuyo propósito es articular políticas, planes y programas orientados a la gestión técnica y financiera de proyectos de alto impacto. Se convierten en una herramienta de planeación regional, subregional y departamental, de la que pueden formar parte las entidades territoriales, esquemas de asociación territorial y subregiones funcionales» y tienen una normativa que los institucionaliza.

En este documento de CEPAL se lo plantea en relación a regiones transfronterizas, también pueden estar circunscriptos a temáticas específicas como el empleo (ver también este link), y hay países como Italia (1) que lo han implementado como una experiencia muy exitosa de gobernanza. Vamos a tratar de sintetizar los aspectos centrales de este caso exitoso, glosando algunos artículos publicados en internet.

En este artículo (que se invita a leer completo) se expresa que «en los últimos años ha habido en la política italiana un fuerte interés por estimular procesos concertados y estratégicos de desarrollo local. Uno de los instrumentos más novedosos para la concreción de estos objetivos son los pactos territoriales, como partes de un sistema de intervención integral que apunta a crear condiciones favorables para el crecimiento económico y la ocupación en una determinada área geográfica. Los pactos territoriales se dirigen fundamentalmente a promover la cooperación entre sujetos públicos y privados de un territorio determinado de modo de estimular el diseño y la realización de proyectos de mejoramiento del contexto local en el sector industrial, servicios y a nivel de infraestructura.

El pacto territorial es un instrumento de concertación de todas las fuerzas económicas y sociales presentes en el ámbito local con el fin de dirigirlas a la realización de objetivos comunes de desarrollo. Con esta herramienta, basada en la programación negociada, los distintos actores individualizan una serie de objetivos, seleccionando los proyectos de intervención compatibles con tales propósitos y concordando un conjunto de medidas para facilitar y sostener la ejecución de los mismos.

En este escenario, el trabajo busca en primer lugar analizar conceptualmente la importancia que asumen en el contexto europeo las nuevas orientaciones de política y governance en el plano territorial. Seguidamente, se consideran las particularidades que asume el marco institucional italiano para el despliegue de este tipo de instrumentos descentralizados y se analizan los principales elementos que caracterizan la actuación y eficacia de los pactos territoriales en términos de cobertura demográfica y territorial, eficiencia financiera, tipo de intervención en el territorio, actividades concluidas, grado de ocupación y niveles de governance desarrollados. Finalmente, se examina la significación que alcanza el fenómeno de los pactos en términos de superar las desventajas localizadas territorialmente y promover procesos genuinos de desarrollo local». Luego desarrolla los distintos puntos en base al análisis de los pactos realizados (generales y los específicos como los relacionados con la agricultura y con los desastres naturales) en los años noventa. Otra fuente que se puede consultar sobre el caso italiano es esta, entre muchas otras.

Ojalá que en el caso argentino podamos construir una cultura de acuerdos basados en una visión de desarrollo de mediano y largo plazo que tenga implicancias operativas en la articulación virtuosa de decisiones, intereses y conocimientos, que nos posibiliten un futuro mejor.

(1) Agradezco la inspiración de este tema, y en particular del caso de Italia, a Pedro Del Piero. Él lo destaca, en el minuto 42,10 de este video (que se sugiere ver), como un caso muy exitoso, y posible de trasladar -con las adaptaciones necesarias- al caso argentino. Destaca la correcta lectura del territorio, la importancia de la programación de la cooperación negociada, con una metodología a través de proyectos, donde están presentes la articulación de decisores, la combinación sobre los intereses y la incorporación de conocimiento. En todos los casos hay unidades operativas (que articulan «el todo y la parte»).

Los puntos críticos de un cambio

Cambiar significa asumir que tenemos problemas, cuestiones no satisfactorias así como desafíos que se nos pueden presentar en el futuro y no estamos bien preparados. El listado de ellos puede ser grande, pero ¿cuales son los más relevantes? ¿cuales son los «puntos críticos»? ¿los principales riesgos y peligros?

El análisis de los peligros y puntos críticos (APPCC, HACCP en inglés -ver imagen de la entrada-) es una metodología que la empezó usando en el año 1959 la compañía Pillsbury junto con la NASA y laboratorios de la Armada de los Estados Unidos, para luego aplicarse en la industria de alimentos y vinculadas a la salud. No es un sistema de gestión de calidad, sino un sistema de gestión de inocuidad alimentaria que se debe definir como premisa para la implantación de un sistema de gestión de calidad, y como requisito legal obligatorio aplicable a todo establecimiento alimentario necesario para la obtención de la certificación.

Si bien este enfoque y esta metodología no es trasladable automáticamente a un proceso de diagnóstico y planificación de un país, tal vez podamos coincidir en que tiene una «lógica» que si lo puede ser.

Pero ¿cuales son los principales riesgos y puntos críticos? Tal vez coincidamos que el primero de ellos, seamos nosotros los seres humanos, nuestra conciencia, actitudes y acciones que nos pueden llevar a un lugar u otro.

En segundo lugar el contexto, la cultura, las restricciones naturales, tecnológicas, económicas, sociales y políticas que tenemos que resolver. Como dijimos en otra nota no sólo debemos aspirar a lo que consideremos lo mejor para el conjunto, sino que es conveniente colocarnos en el peor escenario general  y en especial desde el peor escenario de los más débiles y frágiles (si nuestra conciencia valora la justicia y la solidaridad, y no sólo nuestro propio interés), y ver allí cuales serían los principales riesgos y puntos críticos a resolver.

El liderazgo es otra cuestión vital. En el año 1964 el sociólogo argentino José Luis de Imaz publicó el libro «Los que mandan». En esta nota se analizan sus principales características para el caso argentino, y también posibles modelos a tener en cuenta como el caso de Francia. De manera concomitante es crucial como enfoquemos y practiquemos la cuestión del poder.

Si cada uno de nosotros, a nivel personal, grupal, institucional y global, abordáramos con sinceridad, veracidad, humildad y sabiduría cuales son nuestros principales riesgos como humanidad y los principales puntos críticos a encarar, seguramente podríamos encauzarnos hacia un mundo mejor.