Acerca del altruismo «efectivo»

En un resumen que hace el economista Juan Carlos De Pablo, sobre «la economía del comportamiento«, en la página 87 dice: «la idea es que la gente no es ni autocentrada ni altruista, todo el tiempo. Más bien practica la equidad recíproca: son amables para quienes son amables con ellos, y desconsiderados con quienes los hieren» (1). Aquí se equipara la palabra «amable» con una persona que practica la «reciprocidad del bien o el altruismo.» Tal vez, podríamos decir que este es un promedio general del comportamiento humano, donde en los extremos habrá personas más altruistas derivado de causas como haberse criado y desarrollado en contextos benéficos (saludables, con amor…) e identificados con personas, creencias, prácticas y/o arquetipos de estas características y, en el otro polo, con personas que se criaron y desarrollaron con falta de amor, violencia, rencor, y si pudieron o no ser resilientes frente a ello. Por lo tanto, el ser altruista o no, no es indiferente a estas situaciones existenciales (2).

Al tema del altruismo (y su relación con la felicidad) nos hemos referido en esta nota, y también cuando analizamos la economía del don. En la presente entrada quisiéramos glosar el interesante enfoque de Peter Singer, en base a este video (o en su versión de esta entrevista escrita) que le hace Jorge Fontevecchia. Es la misma se abordan temas muy diversos desde detener el sufrimiento animal (y la práctica del veganismo) hasta la aplicación de la ética en aspectos como las deudas y las políticas públicas. Sin embargo quisiéramos focalizarnos en la temática del «altruismo efectivo», partiendo de «la historia del estanque». A continuación va la pregunta y la respuesta:

Pregunta: En su campo, la ética aplicada, se generalizaron los experimentos mentales. Una de las experiencias más famosas es su “historia del estanque”. ¿Puede explicarnos por qué es valiosa?. Respuesta: Con todo gusto. Es un buen ejemplo, que utilicé hace muchos años en un artículo del que hablo a menudo desde entonces en un intento de ayudar a las personas a comprender las obligaciones que tenemos con los demás, especialmente a las personas que son pobres y que no viven cerca de uno. Se trata de imaginar que caminamos por un parque. En el parque hay un estanque. No es muy profundo, se puede ver niños jugando en él, chapoteo y escuchar unos gritos. Parece que un niño ha caído al agua y puede que se esté ahogando. ¿Qué haces? ¿Acudes a su rescate? Aunque hayas quedado con un amigo y llegues tarde, lo más seguro es que la vida del niño te parezca más importante que ser puntual. El estanque no es muy profundo, pero sí está muy sucio. Si ayudas al niño tus mejores zapatos se estropearán. Pero si no lo haces, no esperes que nadie lo entienda. Estamos hablando de un ser humano. La vida de un niño es mucho más valiosa que un par de zapatos, por caros que sean. Cualquiera que no lo vea así es una especie de monstruo. Realmente no puedo comparar la vida del niño con un nuevo par de zapatos. Y, por supuesto, estoy de acuerdo con eso. Me complace informar que la mayoría de las personas a las que les cuento esta historia, prácticamente todas, están de acuerdo con eso. Pero entonces si estás de acuerdo con eso y sos de clase media, podés pensar en la situación con respecto a la pobreza extrema, particularmente los niños en pobreza extrema, que a menudo mueren por causas relacionadas con la pobreza, ya sea hambre o desnutrición o saneamiento y diarrea deficientes. Al igual que la atención médica, hay muchas causas prevenibles que hacen que muera la gente en situación de pobreza extrema. Existen organizaciones efectivas para ayudar a las personas que más padecen. Si no se ayuda a quien más sufre, seríamos como la persona que prefiere cuidar sus zapatos a la vida de un niño o una niña. Podría estar salvando a un niño a este costo. Y es por eso que sostengo que deberíamos hacerlo. Y mencioné que también es por eso que establecí una organización benéfica llamada «The Life You Can Save» para unir a las personas que pueden salvar vidas y recomendar algunas de las organizaciones más efectivas que están salvando vidas en países del mundo. Entonces, si a sus lectores les gustaría verlo, pueden entrar a www.thelifeyoucansave.org para obtener información sobre las organizaciones benéficas más efectivas disponibles».

Más adelante en el diálogo se vuelve a referir al altruismo efectivo. Pregunta: Una definición del altruismo efectivo es: “Una filosofía y movimiento social que aporta evidencia y razón para determinar las formas más efectivas de mejorar el mundo”. ¿Cuál es la suya?. Respuesta: Uso esa definición. El altruismo efectivo se trata de encontrar las formas más efectivas de mejorar el mundo. Mejorar el mundo implica a todas las personas que lo habitan, no solo a las de nuestro propio país o comunidad. Y tampoco se trata solo de humanos, sino también de estar preocupados por el bienestar de todas las criaturas capaces de sentir dolor o disfrutar de sus vidas. Entonces, el altruismo efectivo consiste en intentar lograrlo, convirtiéndolo en uno de los objetivos de la vida y tratar de hacerlo por los medios más efectivos disponibles. Pregunta: Otra de sus frases es: “Lo mejor que pueden hacer con sus vidas es cambiar las ideas sobre cómo vivir éticamente con un altruismo efectivo”. ¿La falta de altruismo es un problema de ignorancia o de insensibilidad?. Respuesta: Diría que la falta de altruismo es una combinación de ignorancia e insensibilidad. En algunos casos es ignorar lo fácil que es ayudar a otros seres, lo fácil que es hacer el bien de manera efectiva. Sé que muy a menudo, cuando hablo en público o en programas de radio sobre altruismo, la gente dirá que sí, pero no sabe si realmente su donación llegará a las organizaciones adecuadas. Existen formas de conocer el destino de lo que se dona. Hay una cierta ignorancia que se puede superar sobre cómo podemos ayudar activamente a los demás. También hay personas que saben que pueden ayudar a los otros y no lo hacen. No estoy seguro de por qué. Tal vez se remonte a la base evolutiva, a una antigüedad en la que algunas personas estaban más centradas en ellas mismas y en su entorno más cercano. A esas personas hay que ayudarlas y explicarles que ser altruistas genera beneficios. Hay una investigación que demuestra que quienes ayudan a otros tienen una vida mejor que los que se enfocan en sí mismos».

Luego hace referencia al rol de los millennials y de la ciencia, las recomendaciones de Holden Karnofsky sobre tener una «perspectiva universal del altruismo efectivo», la historia de Toby Ord y la organización que él creó «Dando lo que Podamos» (Giving What We Can), también la historia de Julia Wise y su blog Giving Gladly (que podría traducirse como «Dando Gustosamente»), así  como el caso de Célso Vieira de Mello, de Brasil ,y la fundación «La Vida que Podés Salvar» («The Life You Can Save«) ya mencionada más arriba, entre los principales.

Para continuar y finalizar con las preguntas y respuestas mencionamos: Pregunta: «¿Qué función cumple el sitio «80 Mil Horas» creado por Matt Wage?» Respuesta: «Es una organización y un sitio web. Parte de una estimación: la de la cantidad de horas que uno trabaja en la vida, que es aproximadamente ese número. Pero ¿cuánto tiempo se pasa realmente eligiendo ese camino? Para la mayoría, muy poco. En general, sería un 1% de ese tiempo, unas 800 horas. Muy pocas personas pasan ochocientas horas, quizás el tiempo real de reflexión en este aspecto no pasa las 80 horas. Muchos simplemente trabajan o siguen el camino de sus padres, o el que les sugiere algún maestro. Tampoco se piensa demasiado en el bien que podemos hacerle al mundo. ¿Habrá una forma efectiva de hacer del mundo un lugar mejor? El sitio 80 Mil Horas existe para proporcionar ese consejo, para llenar ese vacío. Y para decir que puede haber opciones útiles para el mundo. Y contar cuáles son. Sería bueno para los jóvenes que están pensando qué carrera elegir, qué camino tomar, visitar la página. Es una manera de encontrarse con alternativas que pueden contribuir a un mundo mejor».

(1) Juan Carlos De Pablo. Revista de Economía y Estadística, Cuarta Época, Vol. 43 , No. 1 (2005), pp. 55-98.

(2) De ello se deriva que si queremos que el altruismo florezca en una sociedad es fundamental tener en cuenta estas situaciones «micro» así como los contextos «macro» socioeconómicos, culturales y políticos que los favorezcan.