Acerca de “la necesidad” de trascender el enfoque del estado “tapón” o neutral

Se ha escrito mucho y variado sobre las raíces históricas de la relación entre Rusia y Ucrania, las características psicológicas de Putin, su perspectiva “zarista” o con reminiscencias “hitlerianas”, hasta su “largo reclamo” contrario a la expansión de la OTAN hacia el este. Esto último se basa en el enfoque de “la necesidad” de que haya estados “tapones o neutrales” (en cuanto a no tener armas “ofensivas”) en las fronteras de una potencia que se considera hegemónica en su área de influencia, y con proyección mundial.

El drama ocurre, cuando una nación como Ucrania, por temor a su vecino, se ha planteado pertenecer a una poderosa alianza de países liderada por otra potencia hegemónica (EEUU). Lo hace suponiendo que están vigentes los tratados de paz de Westfalia y la carta de Naciones Unidas que la habilitan a tomar decisiones soberanas en su territorio. En esta nota se plantea como “criterio de necesidad del siglo XXI” trascender estos enfoques (1). Ello nos podría llevar a un mundo mejor.

(1) Todo ello más allá de una «sangrienta victoria de corto plazo» de Putin.