Lo Universal y lo Particular

La inteligencia y la curiosidad humana busca entender los distintos fenómenos de lo universal y lo particular. La creencia en Dios es una expresión de la búsqueda del «Todo» así como la denominada «teoría del todo» en la ciencia (en especial en la física) van en la dirección de lo universal y de allí a entender y correlacionar las imbricaciones de lo diverso y particular. En las distintas disciplinas científicas esto también se reproduce en las diferentes corrientes.

Algunos ejemplos de lo anterior se da en la economía, en especial con la modernidad cuando nace como ciencia. En la nota que escribimos en «otras economías», señalamos que una de sus características es su «carácter universalista y cosmopolita: las leyes económicas se suponen válidas en todo tiempo y lugar y las diferencias de un país a otro son “despreciadas” o consideradas sin importancia». Este paradigma supone, por ejemplo, que fomentar la competencia perfecta es lo ideal para cualquier país y circunstancia. Hoy sabemos que lo «de perfecta» es prácticamente imposible de lograr, que el competir -bajo instituciones claras, no discrecionales y transparentes- es importante (en particular en una economía capitalista), pero se subestima o no valora lo competente que comparte a través de distintas formas de reciprocidad u otras formas de intercambio, ni tampoco muchas veces resuelve -entre tanto- las formas de desigualdad que se van produciendo hasta llegar a ese ideal.

En cuanto a la economía marxista (además de lo que escribimos en una nota) terminó predominando -en particular en la experiencia soviética- un enfoque lineal y universal pasando por el desarrollo industrial para luego llegar al socialismo y al comunismo. Una militante revolucionaria llamada Vera Zasúlich le consulta a Marx sobre la experiencia comunitaria rural del caso ruso, si hay que anularla pasando a la industrialización directamente o puede ser una base para la instauración del socialismo. Marx le contesta el 8/3/1881: «El análisis presentado en El capital no da, pues, razones, en pro ni en contra de la vitalidad de la comuna rural, pero el estudio especial que de ella he hecho, y cuyos materiales he buscado en las fuentes originales, me ha convencido de que esta comuna es el punto de apoyo de la regeneración social en Rusia, mas para que pueda funcionar como tal será preciso eliminar primeramente las influencias deletéreas que la acosan por todas partes y a continuación asegurarle las condiciones normales para un desarrollo espontáneo» (1) Esta carta y este enfoque fue ocultado por los líderes de la revolución bolchevique de 1917.

Un pensador que trató la temática de lo contextual y particular fue el filósofo y antropólogo argentino Rodolfo Kusch, del cual hemos extraído algunas de sus ideas en la imagen de la entrada. Frente a la pregunta: ¿qué es la filosofía?, responde: «es una cultura que ha encontrado su sujeto«. Se centra en la crítica al desfasaje, o a la descontextualización del sujeto que piensa de la del sujeto cultural. Una muy buena síntesis de este pensador la podemos visualizar en este video donde el filósofo Carlos Cullen comenta su enfoque y anécdotas sobre el mismo (también hay textosotros videos complementarios donde se lo relaciona con «la América profunda») (2).

El enfoque de Kusch es muy valioso y significativo, aplicable a lo que venimos de mencionar más arriba (de la corriente principal de la economía o de una perspectiva lineal del marxismo), así como a otras situaciones que -con un ejemplo concreto- vamos a comentar en el párrafo siguiente. Todo ello sin caer en chauvinismos, negación del diálogo intercultural y la evolución, o el camino particular hacia la complejidad que la ciencia va evidenciando, valores universales que aspiramos y vamos construyendo como los derechos humanos, la justicia, la libertad, la solidaridad, el amor en todas sus dimensiones…

El ejemplo concreto que venimos de hacer mención, está relatado en un excelente libro de Osvaldo Peiretti, denominado «Asociativismo y Educación en un Plan de Desarrollo Rural» (Ediciones CGCYM, Buenos Aires, 2017), que analiza la experiencia de «El Proyecto Rio Dulce», en la provincia de Santiago del Estero, de Argentina, en particular como proyecto de desarrollo rural integral. El análisis es amplio pero se centra en un sub-proyecto de colonización y rehabilitación (financiado por el BID: Préstamo No. 136/SF/AR) en la Colonia El Simbolar, llevado a cabo por la Corporación del Rio Dulce, en el período 1970-1991. Sin pretender sintetizar 277 páginas del texto, podemos afirmar que, si bien las intenciones eran muy buenas plasmadas teóricamente en un modelo de aplicación general del BID, en ese contexto histórico institucional la mezcla de colonos con evacuados de inundaciones, las consignas confusas, cambiantes y -a veces- autoritarias a los destinatarios, que los flujos de fondos del préstamo no llegaban para el momento de la siembra y cosecha sino después (por cuestiones burocráticas con los consiguientes efectos desestimulantes), y en definitiva no tener en cuenta estos elementos históricos-territoriales, y no haber podido generar una construcción socioeconómica democrática de abajo hacia arriba con las diversas culturas, mezclados con incentivos -en la práctica- inversos a una construcción asociativa y de economía solidaria, terminó fracasando en estos objetivos.

La sabiduría de la filosofía que nos ayude a discernir sobre la verdad de lo universal y lo particular de cada caso es compleja y difícil, pero necesaria. El Rabino Abraham Skorka en una nota expresa que «la verdad no fue concedida a los hombres. Tenemos que buscar la verdad a través del diálogo, los consensos, firmar contratos sociales; un diálogo real, sincero. En la literatura rabínica hay un pasaje escrito hace 1800 años que es brillante. Dice “que el ángel de la verdad no estaba presente en el momento en que fue creado el hombre. De esto se desprende que -como humanos- con humildad, apertura mental y diálogo entre las personas, contextualizados en distintas culturas, diversas corrientes y enfoques científicos, podemos gradualmente converger hacia un mundo mejor, si aprendemos de nuestras limitaciones y errores.

(1) Una versión más detallada se puede encontrar en este link. Agradezco al Lic. Norberto Crovetto la referencia.

(2) Hay enfoques recientes que analizan la realidad a través de cómo se expresa una identidad compleja del sujeto o persona frente a su contexto. Una versión de ella se encuentra al comienzo de esta nota que luego pasa a abordar cómo enfocan los modelos de integración de las culturas inglesa y francesa la cuestión de la igualdad.

La Verdad

Sabemos que la fuente de la Wikipedia, en oportunidades, debe ser re-chequeada (ella misma lo afirma en ocasiones específicas), pero -en general- ofrece buenas síntesis de distintos puntos de vista. En el caso que nos ocupa (la temática de «la verdad»), dice al comienzo de su explicación en español que, «el término verdad se usa informalmente para significar la coincidencia entre una afirmación y los hechos, o la realidad a la que dicha afirmación se refiere1​ o la fidelidad a una idea. El término se usa en un sentido técnico en diversos campos como la ciencia, la lógica y matemáticas o la filosofía.

El uso de la palabra verdad abarca asimismo la honestidad, la buena fe y la sinceridad humana en general; también el acuerdo de los conocimientos con las cosas que se afirman como realidades: los hechos o la cosa en particular;​ y, finalmente, la relación de los hechos o las cosas en su totalidad en la constitución del Todo, el Universo.​ Las cosas son verdaderas cuando son «fiables», fieles porque cumplen lo que ofrecen.​ El término no tiene una única definición en la que estén de acuerdo la mayoría de los estudiosos y las teorías sobre la verdad continúan siendo ampliamente debatidas».

Ha tomado recientemente una «nueva actualidad» vinculada a la problemática y al debate sobre «las noticias falsas» o «fake news«: ya sea vinculadas a cuestiones de comunicación de Facebook -y las reacciones que ello provocó- o a intencionalidad política (su relación con el concepto de posverdad) y a preguntarnos ¿por qué no cambiamos de opinión aunque nos demuestren que estamos equivocados?. Esto último se lo vincula a limitaciones de la razón, sesgos cognitivos o al concepto freudiano de «desmentida«. En esta línea se puede agregar lo que pone en evidencia este video.

La frase de la entrada del científico Max Planck es muy dura, y podríamos decir que conlleva una visión «pesimista» de este fenómeno. Hay visiones más «optimistas», como es el caso de la expresada en la versión cristiana de la «parábola del sembrador» en el Evangelio. En la versión de Mateo (Capítulo 13) dice: «Aquel día salió Jesús de la casa y se sentó junto al mar. Y se le juntó mucha gente; y entrando él en la barca, se sentó, y toda la gente estaba en la playa. Y les habló muchas cosas por parábolas, diciendo:

He aquí, el sembrador salió a sembrar.
 Y mientras sembraba, parte de la semilla cayó junto al camino; y vinieron las aves y la comieron.
Parte cayó en pedregales, donde no había mucha tierra; y brotó pronto, porque no tenía profundidad de tierra;
 pero salido el sol, se quemó; y porque no tenía raíz, se secó.
 Y parte cayó entre espinos; y los espinos crecieron, y la ahogaron.
Pero parte cayó en buena tierra, y dio fruto, cuál a ciento, cuál a sesenta, y cuál a treinta por uno.
El que tiene oídos para oír, oiga.»

Esta parábola nos hace referencia a que «la verdad, desde el punto de vista cristiano» sólo puede prosperar en «la buena tierra» (Jesús explica al final de la parábola que conlleva esto). Es una invitación sapiencial (del «sembrador») a quienes puedan estar «abiertos a oír«, y por lo tanto excluye cualquier tipo de imposición o violencia de sus mensajeros (1). Para que esta invitación sapiencial fructifique en nosotros, según Grün y Steindl Rast, es necesario diferenciar el ego del “self”, que algunas corrientes llaman el “yo espiritual” o el “yo mismo”. Mientras que el ego se reconoce por su necesidad de mostrarse, el “yo mismo” se manifiesta en “ser uno con el otro”. Y en relación a los miedos que nos habitan, y en una conferencia dada en Argentina, propusieron amigarnos con ellos y a diferenciarlos del temor, una actitud que se resiste hasta convertirse en pánico.

Podríamos agregar que «los mensajeros» de la verdad  (en sus distintas expresiones -como las religiones– y campos desde las ciencias hasta la política) deben ser personas (o instituciones) «fiables» y «mensajeros de la paz» (por lo tanto de las distintas expresiones del amor). Esta es una restricción importante, dada nuestra limitada y débil condición humana (en el caso de las instituciones se complica adicionalmente cuando juega «el poder», y uno de sus recursos como es «el dinero»), y que nos desafía a estar en constante revisión crítica y actitud de humildad tanto en el conocimiento de la misma como en su comunicación eficaz a los distintos públicos.

Sin duda, la búsqueda de la verdad (compleja, que se nos va revelando de a poco, que está relacionada con la sabiduría…) es un requisito indispensable para la búsqueda y construcción de un mundo mejor.

(1) Esto se complementa con la afirmación de que «la verdad os hará libres» y «Yo soy el camino, la verdad y la vida«.