¿Cómo sigue el ciclo?

Sabemos que la vida tiene ciclos: la naturaleza, nosotros como personas, nuestras instituciones, países….y dentro ellos están los ciclos económicos como los que se muestran en la imagen de la entrada (faltan acentos en palabras). Trataremos de focalizarnos en los ciclos económicos, con especial énfasis en el caso argentino.

A nivel global, si bien la economía mundial -en promedio crece al 3,1%– se presenta un escenario futuro incierto. Ello se da debido, además de la crisis económica de Turquía, principalmente a que estamos en los inicios de una guerra comercial entre Estados Unidos y China, tal como se describe en esta nota. El escenario optimista es que las medidas tomadas hasta ahora por cada uno terminen finalmente en una negociación donde no se incremente este conflicto o se llegue a un acuerdo (como es el caso de EEUU y UE al 26/7/18). El escenario pesimista es que termine en una crisis peor (v.g. no acuerdo con China) que la de 1929/30, y conocemos lo que vino después…

En el caso de la economía argentina la evolución de producto interno bruto (o riqueza generada) per cápita se parece -aproximadamente- a una especie de montaña rusa (con tendencia decreciente), en la cual estamos entrando (a mediados de 2018) en una fase recesiva. Entre las preguntas que nos hacemos es ¿cómo sigue?: si va a adoptar la forma de continuar en una pendiente negativa (lo más probable), o de «v», de «L», de «u»…. A continuación glosaremos distintas opiniones.

Hay opiniones pesimistas como las de Walter Graziano respecto de que el acuerdo con el FMI pone en riesgo la solvencia pública, así como la de Joseph Stiglitz, otras optimistas como las de Mario Blejer en el programa «Terapia de Noticias», así como la de Marina Dal Poggetto en esta nota donde plantea la complejidad, riesgos y posibilidades del camino que estamos transitando. A comienzos de septiembre de 2018, en el contexto de un dólar que estuvo rondando en los $ 40 (luego cayó por la nueva política monetaria), se anunció un conjunto de medidas y la renegociación de un nuevo acuerdo con el FMI. Un informe del Ministerio de Economía (considerado como un «borrador de trabajo») señala que se espera una inflación del 42% y una caída de la economía en 2,4%.

El ciclo se da en un contexto histórico (o ciclo «más largo») que tiene tendencia «a la baja» (tanto en caída de pbi y de incremento de pobreza) y que hemos planteado -en términos generales- en este artículo. En el mismo hemos esbozado algunos lineamientos de cuestiones estratégicas que entendemos habría que encarar. Ojalá que los aportes serios, tanto de diagnóstico como de caminos a seguir, sean realizados de buena fe, compartiendo esfuerzos en las acciones, con un «piso» de medidas para los más débiles y tratando de que nos conduzcan a un futuro mejor.

PD: luego de escribir esta reflexión apareció la opinión de Pablo Gerchunoff en Clarín con el título de «la crisis económica actual es una más en medio de una Argentina sin brújula», que se relaciona con la idea de un ciclo que no encuentra un sentido superador de sus problemas. Del mismo modo, es interesante la opinión de Eduardo Levy Yeyati, a mediados de agosto de 2018, en este video, y esta nota de Guillermo Rozenwurcel y Ramiro Albreu del 21/11/18.

 

¿Economías en Guerra Comercial y en Lucha por la Hegemonía?

En una nota publicada el 1/6/2018 por Paula Lugones, se expresa, entre otras cosas que: «El presidente estadounidense Donald Trump encendió este jueves la mecha de una posible guerra comercial global descontrolada: Estados Unidos decidió finalmente imponer tarifas a las importaciones de acero y aluminio de la Unión Europea, México y Canadá, una decisión que fue repudiada por los países afectados, que inmediatamente lanzaron fuertes medidas de represalia. A tono con la política proteccionista del “America first”, el secretario de Comercio, Wilbur Ross, anunció que, a partir del 1° de junio, se aplicará un 25% de aranceles al acero y un 10% al aluminio importado desde esos destinos. Horas después del anuncio de la medida, Trump tuiteó en mayúsculas: “¡COMERCIO JUSTO!” En pocos minutos, Europa, México y Canadá reaccionaron con el anuncio de tarifas similares sobre miles de productos provenientes de Estados Unidos, en una escalada alarmante que también afectará sin dudas a los productores del interior, que verán cerrarse sus mercados internacionales»

Más adelante dice: «México respondió con tarifas sobre productos estadounidenses como aceros planos, lámparas, piernas y paletas de cerdo, embutidos y preparaciones alimenticias, manzanas, uvas, arándanos y quesos. Canadá anunció que se gravarán desde acero y aluminio estadounidense hasta jarabe de arce y bolígrafos, por un valor de 12.800 millones de dólares. El economista Douglas Irwin, experto en historia del comercio estadounidense desde 1763, dijo a The Washington Post: “Es más que altamente inusual. No tiene precedentes que hayan avanzado de esta manera con tantos aliados de EE.UU. y socios comerciales, enloqueciéndolos y forzándolos a tomar represalias”. Agregó que “es difícil ver cómo Estados Unidos puede salir bien de esto”.  Actualizando esta información a octubre 2018 sabemos que se ha llegado a un nuevo acuerdo entre EE.UU., México y Canadá, y previamente -en julio- un acuerdo entre EE.UU. y la Unión Europea.

Por lo tanto la principal «guerra comercial» en curso es la de EE.UU. y China, que no sabemos cuanto va a durar y qué efectos terminará teniendo. El 1/12/18 acordaron una tregua en Buenos Aires y el 15/01/2019 lograron un primer acuerdo llamado de «Fase 1» (países como Argentina podrían verse afectados). El trasfondo es una lucha por la hegemonía mundial (donde juega un rol central lo tecnológico, según describe esta nota) entre estas dos grandes potencias (1) Entre otros elementos. es el resultado de un largo proceso de desplazamiento de la industria de Inglaterra a Estados Unidos, y luego gradualmente de este hacia la reconstrucción europea luego de la Segunda Guerra Mundial Alemania, Francia, Italia…, Japón, Corea del Sur, México (2) y finalmente -hasta el momento- hacia Asia con un rol relevante de China (y la «asiatización» de la economía mundial). Sí sabemos, que las guerras no nos conducen a un mundo mejor, y que habría que reformular la globalización (3) de modo de evitar estas situaciones. A comienzos de diciembre de 2019 se ha llegado a un acuerdo parcial. De todos modos, según Joschka Fischer, este escenario es el «fin del mundo que conocimos«. Esta reflexión apela a lograr un acuerdo entre las grandes naciones, pero advierte que «la última vez se necesitó una Depresión, una Guerra Mundial y una superpotencia para que el mundo entrara en razones. ¿Esta vez podrá ser diferente?».

Respecto de este conflicto en el marco de la pandemia del COVID-19 es muy interesante esta nota de Marcelo Cantelmi, haciendo referencia a «una carrera en silla de ruedas por la hegemonía mundial». Realmente «patético».

El nuevo presidente de EEUU, Joe Biden, y respecto a las relaciones con China hay opiniones como esta.

(1) EE.UU. ha definido a China y Rusia como rivales estratégicos según esta nota.

(2) Brasil, Argentina (que había hecho un atisbo con la crisis del 30 y se aceleró con la emergencia del peronismo y el frondizismo), y muchos otros países del mundo. Una cuestión aparte -pero relevante- ha sido el desarrollo de la industria bélica.

(3) Por ahora la reformulación va por el lado de volver a un «mercantilismo aggiornado» y no a resolver cuestiones de fondo como una mayor equidad y abordar el cambio climático.