La Corrupción

La etimología del término corrupción viene del latín corruptĭo, corruptiōnis, a su vez del prefijo de intensidad con- y rumpere ‘romper, hacer pedazos’. De acuerdo al diccionario de la Real Academia Española se utiliza para nombrar al vicio o abuso en un escrito o en las cosas no materiales. Podemos decir que está también relacionada a la cuestión del poder entendido como «impunidad» (expresión de un empresario argentino), a la codicia y que se ha presentado -bajo diferentes modalidades- en distintos sistemas económicos (por ejemplo en variedades de capitalismo y de socialismo).

En la versión francesa de la Wikipedia expresa que la corrupción es la perversión o la malversación de un proceso o de una interacción entre una o más personas, donde hay un diseño (y podríamos agregar «una intencionalidad») del corruptor de obtener ventajas o prerrogativas particulares, y por parte del corrompido de obtener una retribución como contraprestación por su acuerdo o complacencia. Distingue entre corrupción «activa» (por ejemplo proponer dinero para algo que está fuera de la ley) y la corrupción «pasiva» (que consiste en aceptarlo). Esta noción está relacionada con «la frontera del derecho y la moral» que una sociedad, cultura o personas tienen.

Una reciente encuesta de opinión de la sociedad argentina en la región metropolitana de Buenos Aires sobre la corrupción en la Argentina indica que hay un 48% que la considera «inevitable», tal vez por lo que se expresa al final del primer párrafo de esta nota. También se han escrito libros como el de Carlos NinoUn país al margen de la ley«), han habido conferencias como las dadas por José «Pepe» Mujica en el Parlatino (ver desde 1 h, 55 min en adelante de este video), y en Argentina se lo ha vinculado a cuestiones de idiosincracia cultural, se lo ha abordado en el Programa Justicia 2020 y en mesas redondas que han profundizado en las características y detalles de este fenómeno.

Como reflexión de esta nota respecto de las distintas posibles causas e implicancias de la corrupción, aquí van algunas hipótesis:

  • «el fin justifica los medios» para acceder y mantenerse el poder (no sólo en lo político, sino en cualquier organización). Este enfoque se constituye en una «moral paralela»que «habilita a la corrupción». Un caso histórico (mencionado por Nicolas Shumway) se dio con el comercio ilegal en el Virreinato del Rio de la Plata que perjudicaba a Lima y a la Corona. Hernando Hernandarias (“beneméritos” miembros de la sociedad cuasifeudal) logra que en octubre de 1602, el Rey de España dicte una cédula expulsando a los portugueses (“confederados” contrabandistas y funcionarios corruptos de la corona) del Río de la Plata ante el aumento del tráfico de esclavos. Las razones de la expulsión fue “estar esa gobernación llena de gente de esa nación, sospechosos de asunto de fe”. La cédula afectaba la economía del Río de la Plata basada en el comercio ilegal. Estos logran que el obispo de Asunción dictamine que la cédula real fuese “reverenciada pero no cumplida”. En la actualidad esto está más relacionado con el financiamiento de la política (a veces financiada por mafias, narcotráfico o dinero «negro»), el enriquecimiento personal o de un grupo o aparato de poder, si la ley es adecuada, si se cumple o no con ella, y si quienes actúan en política tienen «principios o normas internas» (ética, moral) que siguen o no,
  • «no tengo nada en común con los demás» o «sólo cuento yo y mis intereses»: está vinculado al individualismo extremo, donde «en la práctica» no hay sociedad, nación, ni Estado. Se puede dar como un ejemplo histórico a la observación que hizo Darwin a su visita al Rio de la Plata (*): «…La policía y la justicia son completamente ineficientes. Si un hombre comete un asesinato y debe ser aprehendido, quizá pueda ser encarcelado o incluso fusilado; pero si es rico y tiene amigos en los cuales confiar, nada pasará. Es curioso constatar que las personas más respetables invariablemente ayudan a escapar a un asesino. Parecen creer que el individuo cometió un delito que afecta al gobierno y no a la sociedad. (Un viajero no tiene otra protección que sus armas, y es el hábito constante de llevarlas lo que principalmente impide que haya más robos). Las clases más altas y educadas que viven en las ciudades cometen muchos otros crímenes, pero carecen de las virtudes del carácter del gaucho. Se trata de personas sensuales y disolutas que se mofan de toda religión y practican las corrupciones más groseras; su falta de principios es completa.. En la Sala de Buenos Aires no creo que haya seis hombres cuya honestidad y principios pudiesen ser de confiar. Todo funcionario público es sobornable. El jefe de Correos vende moneda falsificada. El gobernador y el primer ministro saquean abiertamente las arcas públicas. No se puede esperar justicia si hay oro de por medio. Conozco un hombre (tenía buenas razones para hacerlo) que se presentó al juez y dijo: ‘Le doy doscientos pesos si arresta a tal persona ilegalmente; mi abogado me aconsejó dar este paso’. El juez sonrió en asentimiento y agradeció; antes de la noche, el hombre estaba preso. Con esta extrema carencia de principios entre los dirigentes, y con el país plagado de funcionarios violentos y mal pagos, tienen, sin embargo, la esperanza de que el gobierno democrático perdure. En mi opinión, antes de muchos años temblarán bajo la mano férrea de algún dictador.” En esta línea tal vez tenga relación «el cómo» se conformó nuestra nación (ver este diálogo).
  • derivado de lo anterior, la corrupción se da porque «no hay ley» o no se la reconoce tanto en lo «externo» al sujeto ni en «lo interno» como la moral.
  • otra posibilidad es que la ley existe, pero la transgredo porque «va contra mis intereses». Entre los ejemplos está el que se mencionó más arriba referido a los intereses vinculados al contrabando en el Virreinato del Rio de la Plata hasta -en la actualidad- en funcionarios donde hay colisión de intereses (o están de «los dos lados del mostrador»), de los deportistas y artistas famosos en países de Europa que cambian su ciudadanía y/o colocan sus excedentes en paraísos fiscales por considerar un exceso de presión fiscal sobre sus ingresos. En este último caso no se puede aceptar un límite a su ascenso social ni se entiende que la progresividad tributaria busque reducir la desigualdad, Otro enfoque, que no hay que desdeñar, es que se presenta un exceso de normatividad lo que fomenta su no cumplimiento (que es una forma de corrupción).
  • según opiniones, como la de Luis Alberto Romero (en el minuto 38 de este video), está asociada a la existencia del Estado (hace referencia desde el medioevo), y en el caso de Argentina hay periodos donde ha sido sistémica y la palabra corrupción no sirve como explicación sino que hay que utilizar el término cleptocracia,
  • vinculado con lo «sistémico» hay enfoques que lo vinculan al predominio de la codicia y hay autores como Proudhon que lo relacionan con un enfoque moral (muy criticado por Marx que buscaba hacer ciencia) derivado de la existencia de la propiedad (en especial privada). Este último enfoque ha dado pie a algunos sectores de izquierda a considerar que si todo propietario (en particular empresarios) son ladrones, también la política -para combatirlos- puede hacer uso de la corrupción.
  • Lo anterior termina ensuciando la política, así como permeando más en la sociedad y en la economía: los sobrecostos y desviaciones de fondos que no van donde se necesita para el bien común, así como en su salida la importancia de cuidar a las empresas (diferenciando comportamientos corruptos de empresarios, de lo que son las organizaciones que crean valor agregado genuino, y por lo tanto empleo). Este proceso es difícil en lo económico (como lo ha demostrado la caída del producto en Brasil con el «lava jato») y también en lo político (ejemplo de Brasil hasta el momento, y del «mani pulite» en Italia donde luego emergió Berlusconi). Sin embargo -a pesar de sus grandes costos, traspiés y dificultades- es fundamental transitarlo si se quiere ir hacia un cambio profundo.

La lucha contra la corrupción debe darse en diferentes frentes, comenzando por tomar conciencia de sus implicancias en la vida concreta de su ejercicio. Entre ellos hay que incluir también la importancia de construir socialmente y democráticamente consensos mayoritarios que se transformen en leyes de modo de facilitar su posterior cumplimiento y sanción efectiva y rápida, por parte de una justicia honesta, a quienes transgredan las normas. En esta construcción debe trabajarse culturalmente la importancia que tiene una efectiva y real asignación equitativa, eficiente (mínimo costo) y eficaz (cobertura de objetivos y metas) de los recursos en los emprendimientos y en las políticas públicas, así como los mecanismos que faciliten la transparencia, la simplificación aplicativa y el control público y ciudadano. Ello conlleva -como se ha expresado más arriba- en ser conscientes de la relación inversa que existe entre corrupción y pobreza, dado que con los recursos «robados» o desviados se podrían haber construido escuelas, pagado mejores salarios a los docentes, haber hecho más obras de infraestructura, etc. O la relación inversa con el cuidado de las personas evitado accidentes por no contar con los recursos que permitan mantener adecuadamente los bienes o servicios o contar con un adecuado equipamiento de los mismos. Por lo tanto ser conscientes de que la corrupción nos conduce -al conjunto en el que cada uno/a está inserto- a un mundo peor.

PD: Este texto fue escrito en noviembre de 2017 y se lo ha actualizado a septiembre de 2018. Sobre el tema de la relación entre política, dinero y corrupción es interesante este video de José «Pepe» Mujica. Un libro imprescindible sobre esta temática en Argentina es «La raíz (de todos los males) de Hugo Alconada Mon que sintetiza aquí Jorge Fernandez Diaz. También este tema se relaciona con el no pago de impuestos que sirven para financiar bienes y servicios públicos. Es de larga data y aparece -por ejemplo- en la película argentina «Mercado de Abasto«, filmada en 1954 y estrenada en febrero de 1955, donde el personaje «Lorenzo» evade el pago de impuestos, y al tener un infarto tiene que ser atendido en un hospital público.

(*) Extracto de una nota publicada en Ciencia Hoy, Volumen 6, Nº 31. Revista de Divulgación Científica y Tecnológica de la Asociación Ciencia Hoy . Los textos son de ·Charles Darwin‘s Diary of the Voyage of ‘H.M.S. Beagle’. Edited from the MS by Nora Barlow, 1933, Cambridge University Press, pp. 197-200″

 

Los Problemas de esta Globalización

Los europeos, y en particular los franceses, utilizan conceptos como internacionalización o mundialización como diferentes a globalización, entendiendo esta última como una modalidad particular de la primera, difiriendo en el momento de su comienzo

  • … en el Siglo XVI, al iniciarse la expansión capitalista y la modernidad occidental.
  • a mediados del Siglo XX, cuando las innovaciones tecnológicas y las comunicaciones articulan los mercados a escala mundial.
  • hacia finales del Siglo XX, cuando lo anterior se profundiza, estableciéndose mercados planetarios de comunicaciones que se consolidan al desaparecer la Unión Soviética y la división bipolar del mundo.

La literatura anglosajona, y en particular norteamericana, utiliza – en general – el concepto globalización como equivalente a los anteriores en el sentido de “escala”: local, regional, global.

Más recientemente se la ha vinculado con fenómenos como la financiarización de la economía y las crisis derivadas de la misma, y los efectos de la relocalización de la industria en una nueva división internacional del trabajo. Esta última se genera, fundamentalmente luego de la Segunda Guerra Mundial con la reconstrucción de Japón y Alemania, y el cambio de Estados Unidos con China en 1972 y el proceso que se da en este último país (véase la interesante nota de J. Fontevecchia en este link e informaciones a agosto de 2018 sobre el conflicto entre los dos países. A ello debe sumarse el drama de los refugiados de la guerra y los migrantes por situaciones socioeconómicas o de catástrofes climáticas, con sus efectos colaterales sociopolíticos en particular en Europa.

Muchos de los impactos recientes y de algunas propuestas sobre esta globalización están descriptos en un artículo de Dani Rodrik. A ello habría que agregar la nueva presidencia de Estados Unidos, su replanteo de relaciones con países como México, Unión Europa y actualmente con China, y -en general- hacia un planteo de desglobalización (esta nota lo refuerza) En una entrevista del diario Clarín a Charles Powell se expresa:

-De acuerdo al panorama internacional, hoy podríamos decir que la idea del estado como nación estaría en crisis. ¿Considera que es así? -A veces olvidamos lo recientes que son nuestros estados. El estado nación, tal y como entendemos ese fenómeno, nació en el siglo XIX. Tenemos en Europa dos estados muy jóvenes: Italia y Alemania, de 1870 y 1871. Los tres estados fascistas, las tres potencias del eje -Japón, Alemania e Italia- son tres estados nación muy recientes. En el fondo, en la Segunda Guerra Mundial estaban dando expresión a esa nacionalidad recién creada. Dani Rodrik, profesor de Harvard, dice que todo estado moderno tiene que enfrentar cómo hacer compatible la globalización económica, la soberanía nacional y la democracia parlamentaria. Concluye que es casi imposible acomodar los tres fenómenos.

-¿Por qué? -Porque la globalización económica erosiona las otras dos. Por un lado, la globalización salta por encima de nuestras fronteras, erosiona al estado nación. Y, por lo mismo, debilita a la democracia. Por ejemplo, los griegos se dan cuenta de que no importa a quién voten: al final tienen que aceptar políticas económicas diseñadas desde Bruselas.

-Si la globalización jaquea al estado en tanto nación, pareciera no haber futuro para ese sistema de organización política… – La globalización, que se aceleró después de la caída del Muro de Berlín y con la incorporación de los países ex soviéticos al mundo de la economía de mercado, está produciendo una erosión del estado-nación en el sentido convencional. La Unión Europea es nuestra respuesta a este fenómeno. Nuestros pequeños estados-nación son débiles, incapaces de enfrentar estos retos. Nuestra respuesta ha sido la integración económica y política que encarna la Unión Europea¨.

Reconfigurar esta globalización y una nueva división internacional del trabajo tal como la ha encarado Trump con Méjico y la Unión Europea, ¿será posible con China? Es prematuro saberlo (hasta mediados de 2019 parece que no), y el conflicto es muy riesgoso dadas la partes involucradas. Si bien es un re-equilibrio de poder entre los «principales jugadores del sistema», estamos lejos de pasar de lo mercantil a un comercio justo, a terminar con los paraísos fiscales y a generar tasas o impuestos a nivel internacional que permitan terminar con la pobreza y ayudar a revertir el cambio climático, promover una globalización de la solidaridad e ir hacia una autoridad mundial que trascienda los nacionalismos (hoy más fuertes por la crisis del sistema). Tal vez hoy «suene» utópico, pero analizado desde una perspectiva más amplia y sustentable seguramente valdrá la pena tratar de intentarlo para converger hacia un mundo mejor.