La Economía como Ciencia

En otra entrada nos hemos referido al origen de la palabra «economía».  Es con la modernidad donde se la formula como una ciencia y se le adiciona el término «política» (luego a aparecerán otros agregados como «social» y demás, que desarrollaremos en otras entradas). Si bien el término economía “política”, como señala H. W. Spieger («El Desarrollo del Pensamiento Económico», Ediciones Omega, Barcelona, 1991, pág. 119) “apareció por primera vez en 1615 en el título de un libro, por lo demás nada relevante, escrito por un quincallero francés”, y la idea de una “ciencia” económica moderna está presente desde 1768 en un escrito del fisiócrata Pierre Samuel du Pont de Nemours, es recién a partir de Adam Smith (1776), donde la teoría económica finalmente cobra una entidad e independencia que la enmarca como una disciplina aparte. Con su obra sobre la Investigación acerca de la naturaleza y causa de la Riqueza las Naciones, y la repercusión que esta generó, es que la economía deja de ser un apéndice de la filosofía y el derecho natural para emerger como una ciencia teórica expuesta sistemática y coherentemente. Más adelante muchos otros autores (como el caso de A. Marshall) buscarán de reforzar esta caracterización de “científica”.

No es un tema menor que Adam Smith -uno de los principales padres de esta ciencia- haya comenzado como filósofo en un contexto de grandes cambios científicos (en especial Newton, y la posibilidad de expresar la realidad en lenguaje matemático así como su noción de equilibrio), económicos (salida del feudalismo, desarrollo de la propiedad privada, el mercantilismo y gran crecimiento del comercio y manufactura), tecnológicos (el proceso que convergió en la primera revolución industrial y con hitos como el de 1698 con la primera bomba accionada a vapor), culturales (el protestantismo), sociales (emergencia de la burguesía), y políticos (la aparición de las naciones-estado y el liberalismo), entre los principales. Smith, junto a Ricardo, Say, Malthus, Bentham y Mill, estuvieron muy influenciados por pensadores como Descartes, Rousseau, Hobbes, Hume, Locke y Hutcheson, por citar algunos de los más notables.

Si tuviéramos que sintetizar algunos de los rasgos más significativos de esta corriente, podríamos decir:

  • Cuadro Institucional Preciso: Constituido por mercados competitivos en los que se encuentran productores y consumidores movidos por su solo interés personal.
  • Metodología deductiva: El razonamiento es abstracto, se busca formular leyes y por lo tanto no se parte de realidades específicas. Además subyace un enfoque utilitarista.
  • Carácter universalista y cosmopolita: Las leyes económicas (1) se suponen válidas en todo tiempo y lugar y las diferencias de un país a otro son “despreciadas” o consideradas sin importancia.

Esta corriente científica luego tuvo distintas ramificaciones con el pensamiento neoclásico, keynesiano y neokeynesiano, y neoliberal (también se puede ver esta nota, entre otras), entre las principales que no se pueden presentar en esta apretada síntesis y que son materia de estudio en las carreras de economía de las principales universidades del mundo.

Tuvo grandes reacciones iniciales en su contra, entre las que se destacan la Escuela Histórica Alemana (con exponentes como Roscher, Hildebrand, List, Schmoller, Spiethoff, Wagner, Sombart, etc. y la importante influencia de M. Weber;  formándose luego una escuela más amplia) (2), el socialismo y el marxismo (con sus distintas ramas) y la economía social (bajo la forma de cooperativismo y mutualismo), entre las principales.

En cuanto a las prácticas y al sistema, su expresión es la economía de mercado y el sistema capitalista, con sus variedades. Este sistema es el hegemónico en la actualidad, pero dentro de él coexiste una economía plural que busca modalidades alternativas diferentes al denominado «socialismo real» cuya máxima expresión fue la ex Unión Soviética. En este blog se intenta presentar una reflexión que busca trascender o ir más allá del capitalismo, tal vez a un postcapitalismo que supere las deficiencias y limitaciones que tiene el sistema actual, y nos permita converger hacia un mundo mejor. En otras entradas se presentarán algunas de estas «otras economías».

(1) Sobre el tema de las leyes económicas es relevante esta reflexión de Julio H.G. Olivera.

(2) Al respecto puede ser de interés esta imagen:

                                                                    

 

La Economía Cooperativa

En los orígenes de la humanidad la economía tuvo rasgos predominantemente comunitarios. Ello se debía, especialmente, a que era «necesario y útil» para la caza y la recolección de frutos y vegetales frente a una naturaleza cambiante y -por momentos- hostil. Otras interpretaciones le adicionan que, además de adaptarnos y rivalizar por el territorio y los recursos, estamos conformados también para ser solidarios y compartir.

Luego de los orígenes de la humanidad recién mencionados, cabe destacar que en la época premoderna han habido muchísimas experiencias de economía comunitaria. En este link de las páginas 9 en adelante (1) se hace una presentación general del tema y se mencionan muchas de ellas.

En el marco de lo que se viene de mencionar, en la modernidad, si bien muchas experiencias comunitaristas continúan (por ejemplo de pueblos originarios, de origen religioso, etc.) surge el cooperativismo (ver los valores en la imagen de la entrada), el mutualismo y, más en general, la economía social como experiencias concretas. En cuanto a la experiencia cooperativa, si bien no fue la primera, el hito fundante más reconocido fue el de los Pioneros de Rochdale (en 1844, en Inglaterra) (2) por parte de obreros textiles que buscaron resolver la necesidad de abastecerse de alimentos y encarar otros fines sociales (ver este libro con su historia). La economía como «ciencia» no le dió reconocimiento a este enfoque dado que se consideró que estaba asociada a la concepción económica premoderna o una economía normativa (en comparación con lo que la ciencia «positiva» considera «es la realidad» independientemente de un «deber ser» que alguna corriente pregone) (3) . Por otro lado el marxismo -si bien la consideraba valiosa- entendía que terminaba siendo absorbida por el capitalismo.

Han existido numerosos pensadores y corrientes vinculadas -en especial- a variantes del socialismo, y a otras (por ejemplo el socialcristianismo o más relacionadas al liberalismo y afines). Entre ellos podemos destacar a Robert Owen, Charles Fourier, Philippe Buchez, Charles Gide, Louis Blanc, Pierre Joseph Proudhon y muchos otros precursores directos del cooperativismo. Sin duda influyeron en ellos lejanos antecedentes aportados por Platón (428-347 a. C.) -en especial su obra La República- y otros como Tomás Moro (1478-1535), autor de Utopía (1516), Tommaso Campanella (1568-1639), autor de La ciudad del Sol (1623), y Francis Bacon (1561- 1626), autor de La nueva Atlántida (1627) (4).

Hoy en día la Alianza Cooperativa Internacional (ACI) estima en el orden de mil doscientos millones de personas que forman parte de alguna cooperativa en el marco de legislaciones nacionales (ver -por ejemplo- esta nota), sobre las que se han hecho reflexiones y análisis significativos. La definición de ¿qué es una cooperativa?, según el congreso de la ACI, en Manchester en 1995, es la siguiente: “una cooperativa es una asociación autónoma de individuos que se unen voluntariamente para satisfacer sus propias necesidades económicas, sociales y culturales, y las propias aspiraciones, a través de la creación de una sociedad de propiedad común y democráticamente controlada”(5), y ellas tienen principios que respetar y practicar. Sobre el «sistema cooperativo» véase este artículo de Julio H.G. Olivera. Además del cooperativismo se ha desarrollado el mutualismo y nuevas modalidades de economía solidaria que ha sido reflexionada por autores como José Luis Coraggio, Luis Razeto y otros.  En el caso argentino ha tenido un significativo desarrollo con la inmigración y más recientemente vinculado al cooperativismo de trabajo (en especial en empresas recuperadas), a expresiones de la economía popular (que seguramente tomarán más relevancia por los efectos de la pandemia) y de pobreza, así como en situaciones muy difíciles como es la recuperación de emprendimientos de la mafia (ver este caso).

También cabe decir que el universo de las cooperativas es muy heterogéneo en cuanto a escala (hay pequeñas, medianas y grandes) y en cuanto a sectores. Respecto de esto último, y para el caso argentino, se puede consultar esta página del INAES (y poner «seleccione actividad») para ver la gran diversidad de sectores en las que están presentes. Así mismo se puede afirmar que, si bien son organizaciones democráticas, hay también -en la práctica- una gran diversidad de expresiones, liderazgos y modelos de gestión, a pesar del estricto marco normativo.

A diferencia de empresas sociales (no democráticas pero también experiencias «muy valiosas«), las cooperativas tienen una doble dimensión -en lo organizacional y en los liderazgos- que cuidar articular satisfactoriamente: la asociativa democrática interna y la emprendedora (o como empresa) de provisión de bienes y servicios (según corresponda). Los posibles riesgos o peligros (6) en ambas dimensiones se podrían sintetizar en los siguientes:

  • en la asociativa: si se reduce exclusivamente a un «ritual formal» (centrada en una adhesión pasiva pero con poca participación «activa») (7) o si predomina principalmente la deliberación interna (a veces muy centrada en el debate ideológico y de pugna de distintos sectores internos) la cooperativa termina naufragando en un «asambleismo» dentro del sistema económico vigente, lo que puede terminar deteriorando su funcionamiento como empresa.
  • en la emprendedora: a) no haber realizado un buen análisis FODA (Fortalezas, Oportunidades, Debilidades, Amenazas) en un mundo «volátil, incierto, complejo y ambiguo» (y, en particular, en contextos como el de Argentina) que permita una estrategia adecuada y un  comportamiento «prudente que minimice y diversifique riesgos» (por ejemplo guardando reservas o recaudos suficientes) (8);  b) no tener buenos sistemas de gestión y de auditoría (riesgos externos -por ejemplo vinculados con lo informático o al impacto de alta inflación- o internos de «empleados infieles» o poco capacitados y motivados); c) un buen plan y sistema de comercialización y de compras; d) o si sólo predomina principalmente «lo empresarial» y el «gerenciamiento técnico» (9) -desvinculado de los socios- se desnaturaliza su naturaleza democrática y social (además del peligro de que la gerencia no rinda cuentas de manera transparente al Consejo de Administración y a los socios en general, generándose posibles casos de corrupción); entre otros.

Por lo tanto debe cuidarse buenos enfoques y prácticas, así como el equilibrio entre ambas dimensiones, si se quiere desarrollar de manera integral y sustentable manteniendo su identidad (10) y su sostenibilidad en el tiempo. Un aspecto también a tener en cuenta es el rol del Estado (más allá de su rol regulador y fiscalizador): que debiera estar más presente con adecuados instrumentos de apoyo en el sostén de las entidades más frágiles (en especial vinculadas a la economía popular y al cooperativismo de trabajo) y más distante o totalmente independiente en aquellas que son muy sólidas en su viabilidad económica, trayectoria y estructura institucional.

Podemos afirmar que tanto la experiencia práctica como el desarrollo teórico de la economía social demuestran que es factible una alternativa a los emprendimientos que sólo buscan maximizar el lucro (11). Ello le da un carácter más humanista, democrático y equitativo a la generación y distribución del valor agregado por el trabajo, pudiéndolas ubicar dentro de la economía plural (12) y haciendo un aporte muy valioso para converger a un mundo mejor.

Nota al pie: Sobre el pasaje de una empresa recuperada a una cooperativa en Argentina es interesante, entre muchos otros, el caso de Grissinopoli (en la actualidad “Cooperativa La Nueva Esperanza”) cuya película se puede ver en este link.

  1. Se transcriben la Introducción y el Capítulo 1 del Libro La Economía Social en el Norte y en el Sur, de J. Defourny, P. Develtere y B. Fonteneau (compiladores), publicado por Ediciones Corregidor en Buenos Aires en el año 2001 (desde el punto II en adelante de este link). Además existe una numerosa bibliografía al respecto.
  2. Una excelente síntesis de esta experiencia se puede visualizar en el minuto 30 de este video con una exposición del Dr. Dante Cracogna.
  3. Manuel Fernandez Lopez en un trabajo sostiene (analizando el pensamiento de Juan B. Justo, pero extensible a demás referentes del socialismo), que la economía cooperativa es una expresión del enfoque institucionalista o economía institucionalista en el sentido de cómo aborda la propiedad (algo similar dice Karl Polanyi, en su diferenciación de cómo el capital está institucionalizado en el capitalismo y en el socialismo) y la gestión asociada.
  4. Mayores detalles sobre esta temática y sobre el cooperativismo en general se pueden encontrar en el libro «Las Cooperativas. Fundamentos, historia y doctrina», de Alicia Kaplan de Drimer y Bernardo Drimer, edición revisada por Mirta Vuotto (Ed. Intercoop, Bs.As., 2017). también es muy valioso un libro de Ivano Barberini
  5. Cabe destacar que hay variedades de cooperativismo, como la de Alemania, que son modalidades asociativas que no se consideran solidarias (más allá de la responsabilidad de los socios entre ellos y con terceros, como cualquier otra sociedad). «La solidaridad» no forma parte de los principios cooperativos, aunque se la menciona entre los valores. También se puede señalar que entre los principios y valores y la realidad concreta de una organización puede haber una brecha derivada de las características del grupo humano en cuestión, y que es necesaria de abordar de manera sistemática, participativa y profesional. En cuanto a su relación con el sistema capitalista ya hemos mencionado el enfoque del marxismo, el enfoque del «sistema cooperativo» (en el artículo ya citado de J.G.H. Olivera), los relacionados con la economía social y solidaria, y deberíamos agregar los que la colocan con autonomía en el marco de una economía plural (también se puede ver el gráfico de entrada de esta nota).
  6. Existe literatura sobre el fracaso de emprendedores o el fracaso de las naciones, pero hay muy poca literatura (en base a una búsqueda rápida que se ha realizado) sobre las posibles causales del fracaso de las cooperativas, salvo artículos periodísticos como este o de carácter más general como este.
  7. Es un peligro en general, y en especial en la medida que se aumenta la escala de la organización. Es un desafío la implementación de modos de participación (y de «escucha» como pueden ser las de las encuestas on line o presenciales) no sólo en las asambleas y comités de asociados, para detectar si la cooperativa sigue siendo «útil y necesaria» además de «buena» desde el punto de vista de los valores o principios. Ello posibilitará hacer a tiempo los ajustes necesarios para que «lo formal asociativo coincida con lo real participativo».
  8. Posiblemente haya sido el caso de la Cooperativa El Hogar Obrero que se quiso expandir (v.g. compra del Mercado de Abasto) en un contexto hostil, lo que la llevó a la convocatoria de acreedores y nunca más -hasta el momento- pudo rehabilitarse como cooperativa de consumo (sí de vivienda).
  9. Un adecuado gerenciamiento técnico articulado con una adecuada estrategia, que tenga una visión realista del contexto y del futuro es fundamental para la viabilidad económica de la cooperativa. En casos como el de la Cooperativa Sancor, de Argentina, se le ha sumado lo indicado en la llamada anterior  frente a una política gubernamental que no favoreció al sector, las demoras en los pagos de Venezuela y un rol «no inteligente» del sindicato en el cuidado de la empresa (no es el caso de Sancor Seguros ni de Sancor Salud). Un caso muy positivo de estrategia y gerenciamiento es el de la cooperativa española Dcoop que menciona esta nota, así como este manual de buenas prácticas de la Legacoop, o lo que dice este link en la parte de «actuar» (para cualquier organización, y que habría que hacer las adaptaciones necesarias para las empresas cooperativas),  pero el movimiento cooperativo tiene aún -según nuestra modesta opinión- un largo camino que recorrer en cuanto a la generalización y aplicación de estos instrumentos.
  10. Un despliegue territorial de las cooperativas en la Argentina se puede encontrar en la Ruta Argentina de las Cooperativas. En lo institucional podemos destacar principalmente a COOPERAR y CONINAGRO, la CAM (para el Mutualismo) y como organismo del Estado nacional al INAES. Respecto a políticas públicas se puede ver esta nota.
  11. Cabe destacar que según una investigación realizada por H. Kantis, Masahiko Ishida y Masahiko Komori (ver esta publicación, en particular el Gráfico 2-7 “Principales motivaciones para ser empresario”, en la página 26), donde se muestran los resultados de una encuesta a fundadores de empresas de los países seleccionados en el estudio y de allí surge que la mayoría no emprende para «hacerse rico» o maximizar el lucro. Si un mundo mejor no tiene como finalidad la mera maximización del excedente económico, estos emprendedores también forman parte de esta aspiración. Se comenta en esta nota.,
  12. Respecto de forman parte o no del denominado “tercer sector” cabe destacar que, según la Universidad Johns Hopkins, no forman parte debido a que reparten beneficios o una parte de sus excedentes.

 

Economía Ecológica

Si la economía y la ecología están separadas o, en cambio, imbricadas una con otra no es un mero juego de palabras. Depende del enfoque que adoptemos. Intentaremos en esta breve nota delinear las principales características de una «economía ecológica».

Comencemos por decir que, en la antigüedad, tanto en el pensamiento pre-socrático como en el antiguo pueblo judío, había un enfoque o cosmovisión vinculada con la naturaleza. Como ejemplos de este último, se puede mencionar que: «la tierra (la naturaleza) “es de Dios” y “vosotros sois mis huéspedes y residentes de mi propiedad” (Lv 25-23), la importancia de disfrutar y cuidar del Jardín del Edén, así como entre otras normas establece la ley sobre el “reposo de la tierra” (Lv 25, 1-7). Algo similar se presenta en antiguos pueblos americanos como los Mayas, los Guaraníes («Yvy marane’: la “tierra sin mal”) o  los Incas.

Con la modernidad el hombre “domina o explota” la naturaleza, con ayuda de la razón. Para pensadores como Sir Francis Bacon sólo es posible dominar la naturaleza conociendo su estructura y sus leyes. “Hay que ‘torturar’ a la Tierra para que nos entregue todos sus secretos y recursos”. Esto se va a profundizar en el nacimiento y desarrollo del capitalismo, y -lamentablemente- con el socialismo «real» (1)

H. Fazio, en su obra «Economía, Ética y Ambiente (en un mundo finito), Eudeba, 2012, va a plantearse (pág. 10) «¿cómo es posible conciliar un ambiente finito -en cuanto a recursos físicos disponibles y a su capacidad de ser contaminado- con necesidades y deseos humanos ilimitados? Esta pregunta y sus posibles respuestas recorrerán el contenido de la presente obra. El desarrollo histórico de la humanidad se ha desplegado en torno a dos factores que son inherentes a la condición humana: la estrecha de la dependencia de la especie humana con el medio físico que posibilita la vida y del cual forma parte, y la necesidad de pertenencia de los individuos a una realidad que los abarca: la comunidad o sociedad. Este destino común de los seres humanos con el ambiente y la sociedad se ve hoy desdibujado por el ejercicio irrestricto de la racionalidad instrumental económica en que los fines individuales o sectoriales colisionan con los de la humanidad en su conjunto, incluidas las futuras generaciones…». Esta temática ha sido actualizada por Fazio en el libro «Cambio climático, economía y desigualdad. Los límites del crecimiento en el siglo XXI» (Eudeba, 2018).

Es en el contexto de lo que se viene de mencionar es que surge la economía ecológica. La Wikipedia hace una síntesis de quienes fueron los principales economistas «como Nicholas Georgescu-Roegen (19061994), Herman E. Daly, Kenneth Boulding, Karl W. Kapp, Robert Ayres. Fueron influenciados por los trabajos de biólogos como Alfred Lotka (quién introdujo la importante distinción entre uso endosomático y exosomático de la energía), Holling, Eugene y Howard T. Odum. Kapp trató el tema de los costes sociales que incluye las consecuencias negativas y daños que resultan de las actividades productivas y que recaen sobre otras personas o la sociedad pero de las que los empresarios no se consideran responsables. Apropiándose de este modo de una parte del producto nacional mayor de la que les correspondería y reduciendo el precio para los consumidores.

Boulding publicó en 1966 un artículo titulado The economics of the coming spaceship earth que popularizó la metáfora, aplicada a toda la humanidad pero de profunda inspiración norteamericana, de la transición de un mundo sin límites propia del pionero del oeste (cowboy economy) a uno limitado como una nave espacial (spaceship economy) reflejando el necesario tránsito a realizar hacia una economía de equilibrio, no expansiva.

Georgescu-Roegen, que realizó importantes aportaciones a la economía convencional antes de convertirse en un economista disidente, caracteriza el proceso económico, desde un punto de vista físico, como la transformación inevitable de baja entropía o recursos naturales, en alta entropía o residuos. De aquí el recurso a la termodinámica aunque Georgescu-Roegen critica la introducción de la probabilidad en ella (mecánica estadística). El resultado de este proceso sería, o según Naredo debiera ser, el disfrute de la vida. Hay dos fuentes de baja entropía: los limitados stocks (que incluye entre los flujos) de materiales (minerales) de la corteza terrestre y el, inagotable a escala humana, flujo de energía solar.

Frente a la analogía mecánica de la economía convencional Georgescu-Roegen describe el proceso económico como interrelacionado y sujeto a cambio cualitativo. El tiempo se introduce en el proceso productivo mediante su concepto de fondo. Otro aspecto de su obra es el enjuiciamiento de los dogmas energéticos pues afirmó la imposibilidad del reciclaje perpetuo y rechazó una teoría del valor basado en la energía según la cual los precios de las mercancías corresponden a su contenido energético.»

Esta economía ecológica también se la ha definido como «economia verde» o «bioeconomía» (2). También ha surgido, en base a un libro de Gunter Pauli, la denominada «economía azul«. «Cabalgando» entre estos enfoques y el de la economía convencional «con otros valores» apareció la «economía circular» (para mayor detalle ver esta fuente, esta Fundación y este sitio) (3) y la «economía de la cuna a la cuna» (así como otras «emparentadas» como ser la «economía con ecovillas«). La relación entre la economía circular y la economía del bien común la hemos comentado en esta nota. Todo lo anterior ha derivado también en iniciativas de emprendimientos sustentables y programas gubernamentales que buscan apoyarlos (4). A lo anterior habría que agregarle la importancia de la inversión en ciencia y tecnología por parte de agencias del estado así como de promover la inversión privada que abarate sustancialmente las energías limpias de modo que puedan hacer frente a energías altamente contaminantes como el carbón que siguen en ascenso en muchos países según esta nota.

Hay otros referentes: por ejemplo en España José Manuel Naredo, en Argentina Antonio Elio Brailovsky (además del ya citado Horacio Fazio), así como planteos más radicales como los de «ecología política«, el de Naomi Klein o vinculados con el enfoque cristiano la Encíclica «Laudato Si» del Papa Francisco «sobre el cuidado de la casa común».

Sin duda es un tema de la mayor importancia para converger hacia un mundo mejor.

PD: En lo que se refiere a las invenciones vinculadas con lo ecológico es muy interesante la publicación EcoInventos. Respecto a la relación entre prosumidores y agricultura urbana se puede ver esta nota.

(1) Respecto del enfoque de Marx sobre la cuestión ambiental es muy interesante este artículo de H. Fazio y J.M.Naredo.

(2) Recientemente se ha utilizado el concepto de bioeconomía con otro significado: «conjunto de las actividades económicas que obtienen productos y servicios, generando valor económico, utilizando como elementos fundamentales los recursos biológicos. Su objetivo es la producción y comercialización de alimentos, así como productos forestales, bioproductos y bioenergía, obtenidos mediante transformaciones físicas, químicas, bioquímicas o biológicas de la materia orgánica no destinada al consumo humano o animal y que impliquen procesos respetuosos con el medio, así como el desarrollo de los entornos rurales».

(3) Relacionado con el enfoque y práctica de la economía circular es muy interesante esta nota y esta.

(4) También son importantes premios como este.

Economias Paradisíacas

El tema del paraíso (en los términos de la tradición judeocristiana), lamentablemente, está lejano de la economía de este mundo. Se utiliza el término «paraíso fiscal» (*), según la OCDE (1), si la legislación de un país tiene los siguientes cuatro factores claves:

  • Si la legislación no impone tributos o estos son solo nominales. La OCDE reconoce que cada legislación tiene derecho a determinar si imponer impuestos directos. Si no hay impuestos directos pero sí indirectos, se utilizan los otros tres factores para determinar si una legislación configura un paraíso fiscal.
  • Si hay falta de transparencia.
  • Si las leyes o las prácticas administrativas no permiten el intercambio de información para propósitos fiscales con otros países en relación a contribuyentes que se benefician de los bajos impuestos.
  • Si se permite a los no residentes beneficiarse de rebajas impositivas, aun cuando no desarrollen efectivamente una actividad en el país.

En la fuente que se viene de mencionar, diferenciaba entre “paraísos fiscales” y “regímenes fiscales perniciosos”, entendidos, los primeros, como estados que carecen de sistema fiscal y, los segundos, como regímenes especiales dentro de estados con sistemas fiscales desarrollados, y que resultan beneficiosos para los no residentes.

Respecto de estos últimos, dicho documento de la OCDE decía que se caracterizaban por:

  • Nivel de tributación bajo o nulo.
  • Estanqueidad del régimen, bien sea objetiva, es decir, la que se produce cuando elos contribuyentes no residentes y que aplican el régimen privilegiado tienen prohibido el acceso al mercado interno del país; o bien subjetiva, es decir, aquella que existe cuando el régimen privilegiado excluye de su aplicación a los contribuyentes residentes.
  • Falta de transparencia del sistema fiscal a nivel legal, reglamentario y administrativo.
  • Limitación del intercambio de información fiscal al respecto del régimen privilegiado.

Ello dio origen a dos términos diferentes “tax heavens” (paraísos fiscales) y “tax havens” (cuevas o guaridas fiscales). Según este documento, esta última definición se la asocia a una “secrecy jurisdiction”.

En una serie de países se dan simultáneamente las dos situaciones: son paraísos fiscales (baja o nula tributación) y también son cuevas o guaridas fiscales (los últimos tres requisitos del documento de la OCDE). Ya sea en una u otra se establecen sociedades offshore. Según el Dr. Antonio H. Figueroa  (2) de cada “100 dólares colocados off shore el 65% pertenece a evasores de impuestos, el 32% a narcoterrorismo, etc. y el 3% a corrupción según informó en su oportunidad Tax & Justice Network. Del referido 67% la parte más importante, siempre así se lo estimó, corresponde a corporaciones, el resto a personas “humanas”.

Según este documento ”la postura de la OCDE al respecto de los requisitos para la consideración de un país o territorio como paraíso fiscal se verá modificada. Este cambio fue liderado por los Estados Unidos y se plasmó en el Informe “The OECD ́s Project on Harmful Tax Practices: the 2001 Progress Report”. La modificación supuso un cambio de los criterios, dándosele importancia en mayor medida a la opacidad de los regímenes y no a su bajo nivel de tributación, es decir, el criterio fundamental pasó a ser el del nivel de intercambio de información. Se consideró que lo que dotaba de carácter pernicioso a un sistema fiscal no era el hecho de que tuviera un bajo o nulo nivel de tributación o que no se exigiera la realización de actividad industrial, ya que estos aspectos son simples elementos de competencia; sino que lo verdaderamente perjudicial es la opacidad de dicho régimen. Como consecuencia de este cambio de criterio la OCDE comenzó a considerar paraísos fiscales a aquellos territorios con sistemas fiscales de baja o nula tributación y sin instrumentos internacionales de intercambio de información fiscal.

Tras las modificaciones introducidas por el informe del 2001, la inicial lista de paraísos fiscales redactada conforme a los criterios del informe de 1998, que incluía 35 jurisdicciones consideradas paraísos fiscales, se dividió en dos listas. Una de ellas incluía a los paraísos fiscales cooperativos, es decir, aquellos que habían cumplido con las exigencias de la OCDE sobre el intercambio de información fiscal, consistentes fundamentalmente en la firma de Acuerdos de Intercambio de Información o Convenios para evitar la Doble Imposición con una cláusula de intercambio de información. La otra lista incluía por contra a los paraísos fiscales no cooperativos, es decir, a aquellos que no habían cumplido las exigencias sobre intercambio de información de la OCDE anteriormente citadas”.

Paralelamente al incremento de la economía criminal en el mundo (narcotráfico, terrorismo, etc.), el crecimiento de este tipo de estados (en particular donde hay guaridas fiscales) se vio estimulado por el flujo de información digital, que permite trasladar dinero y conocimiento fácil y económicamente, en tiempo real.

El economista Vito Tanzi, las ha caracterizado como “termitas que forman parte de la evolución del ‘ecosistema’ de la globalización, y aún está por verse si en definitiva socavarán el edificio fiscal”. Cabe destacar que un dato histórico relevante a tener en cuenta en el ecosistema de la globalización, es la absolutización de la soberanía estatal que se generó con las reglas establecidas en el «Tratado de Utrecht«, entre 1713 y 1715,  que al decir del abad Saint-Pierre, se configuró en torno a estados unitarios o “nacionales”.

A nivel mundial vienen trabajando sobre esta cuestión la Alianza Global para la Justicia Fiscal y la Tax and Justice Networken América Latina la Red de Justicia Fiscal y en Argentina economistas como Jorge Gaggero.

Según este último economista, y en un artículo con Juan Valerdi, para un próximo artículo para “Voces en el Fénix”, señalan que “las amenazas de “volar con dinamita” las guaridas fiscales del presidente Sarkozy de Francia (apoyado por Ángela Merkel y el entonces titular del FMI Strauss Kahn) se toparon con la férrea defensa de la “hermandad anglosajona” (EEUU y el Reino Unido). Ese intento radical resultó, a través de la aceptación del G20, en un curso de acción mucho más moderado y mucho menos eficaz: el Proyecto BEPS (Base Erosion and ProfitShifting; Erosión de las Bases Tributarias y Fuga de Beneficios), cuyo diseño e implementación está a cargo del “club de los países ricos”, la OECD.

Ni la propuesta de Tanzi, ni la opción más moderada –como construcción institucional- que los países en desarrollo presentaron en Addis Abeba (Conferencia Internacional de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo, Julio de 2015) logró ser aprobada. Ella apuntaba a mejorar y potenciar el  Comité de Expertos sobre Cooperación Internacional en Cuestiones de Tributación” de la ONU. Los países ricos, en especial la “hermandad anglosajona”, se opusieron. Para peor, el pasado mes de junio la OECD dio a conocer una lista vacía de paraísos fiscales. Vale decir, para este organismo todas las jurisdicciones del globo serían “colaboradoras” en materia de información tributaria. En otras palabras, la OECD acaba de renovar las «patentes de corso» de las guaridas fiscales del mundo con un doble efecto: la continuidad de la piratería económica global (favoreciendo a grandes bancos y corporaciones multinacionales) y la promoción de la vida «carnavalesca» de los ricos globales”.

Los paraísos fiscales –y muy especialmente las guaridas fiscales- tienen como función esencial la protección de los “beneficiarios finales” (propietarios efectivos) de los activos (en particular de “ricos globales”). Es importante aclarar que para los países del «sur del mundo», la fuga de capitales (además de la evasión tributaria, cuando los fondos no están declarados) es el daño más relevante que resulta de la expansión continua del «mundo offshore». En cambio para los países centrales lo es el incumplimiento fiscal de los millonarios y las multinacionales (muchos de ellos, en especial UK y USA, son beneficiarios de la fuga de capitales del «sur»). Todo ello contribuye a incrementar la desigualdad a escala mundial. Se ha estimado que el monto de fondos mantenidos por individuos es estos lugares es aproximadamente de 11.5 trillones de dólares americanos. Usando esta estimación, de hace unos años, se calcula que la recaudación impositiva mundial pierde del ingreso proveniente de estos activos 255 billones de dólares cada año. Una mayor información se puede visualizar en este artículo de la revista Finanzas y Desarrollo del FMI.

Han habido avances internacionales para generar mayor blanqueo de capitales, derivados de la preocupación por los movimientos de fondos originados en el terrorismo y el narcotráfico. En el marco de la OCDE se han puesto en marcha de acuerdos para realizar intercambios automáticos de información financiera y tributaria con más de 100 países, que permitirán obtener información sobre cuentas bancarias de sus ciudadanos en países como Francia, Alemania, España, Italia, el Reino Unido, Luxemburgo y las islas Seychelles. A partir de 2018 y 2019 también deberán brindar información otros países famosos por ser paraísos fiscales, como Suiza y Panamá (sobre este último país ver el film «La lavandería» en Netflix).

En línea con estos acuerdos sería muy deseable seguir avanzando en aspectos como los siguientes:

  • que se desarrollen instituciones regionales y a nivel global que establezcan reglas que atiendan al bien común (en especial en los terrenos de la equidad y el medio ambiente), dado que sino no habrá cambios relevantes,
  • que las sociedades y personas que tienen fondos en paraísos fiscales, los tengan declarados en sus países, de modo que tributen en los mismos,
  • que todos los paraísos fiscales pasen a ser “cooperativos” eliminando el “secretismo” y la opacidad, y si no lo hacen tengan severas sanciones,
  • que se aplique la denominada «Tasa Tobin«, a nivel mundial, de modo de desestimular el movimiento especulativo de capitales, y los fondos recaudados se apliquen a los Objetivos de Desarrollo Sostenible ligados al combate de la pobreza y a la mitigación y reversión del cambio climático.
  • que los fondos de los denominados paraísos fiscales que se inviertan en los fines recién mencionados, y a desarrollo productivo de países emergentes, tengan un reembolso de dicha tasa Tobin como estímulo a que se canalicen de esta manera.

Sin duda lo anterior no es fácil, requiere de trabajosos acuerdos internacionales y superar intereses muy poderosos. Pero la movilización de las distintas fuerzas sociales y culturales de los distintos países, así como de diversas fuerzas políticas, nos pueden ayudar a converger a un mundo mejor en esta materia.

(1) Comité de Asuntos Fiscales de la OCDE: “Informe sobre el progreso realizado en la identificación y eliminación de las Prácticas Fiscales Perjudiciales”, Foro de Competencia Fiscal Perjudicial, junio del 2000.

(2) La referencia del Dr. Antonio H. Figueroa, surge de su trabajo: «El plan de acción OCDE contra la erosión de la base imponible y el traslado de los beneficios». BEPS (base erosion and profit shifting), Publicado el 7/10/2014 por Thomson&Reuters y Revista Impuestos. Editorial La Ley. 2014, donde cita a HENRY, James. Tax&Justice. The Price of Offshore Revisited. Democracy Now. Entrevista en programa de TV en USA del 31/07/2012 conducido por A. Goodman.

(*) Esta nota fue actualizada de su texto original en base a los aportes recibidos por Horacio Boneo (diferencia entre “tax heavens” y “tax havens” que se menciona en el primer comentario de más abajo), a una mención del Dr. Antonio H. Figueroa y a Jorge Gaggero (con distintas referencias y comentarios adicionales). Agradezco muy especialmente a ellos sus conocimientos y aportes que han permitido darle mayor precisión a lo que fue redactado originalmente. Luego de publicada se dió a conocer un documento del Vaticano sobre la economía mundial, donde se hace referencia a las finanzas off shore.

Prevención del Abuso y el Maltrato

El abuso, como desmesura, se puede dar en distintos campos y manifestaciones. Más allá de trabajar culturalmente la cuestión de la desmesura, en esta nota hacemos una breve reflexión referida a una desviación o perversión de la sexualidad como es el abuso en este campo, y también sobre el abuso en el tratamiento cruel de personas vulnerables como adultos mayores, menores y personas con discapacidad, además de la violencia de género (y en particular el maltrato u homicidio a mujeres, que también lo hemos tratado en esta nota).

Según este informe de la OMS:

  • Una cuarta parte de todos los adultos manifiestan haber sufrido maltratos físicos de niños.
  • Una de cada 5 mujeres y 1 de cada 13 hombres declaran haber sufrido abusos sexuales en la infancia.
  • El maltrato infantil causa alteraciones en la salud mental y física que perduran toda la vida, y sus consecuencias a nivel socioprofesional pueden, en última instancia, ralentizar el desarrollo económico y social de un país.
  • Es posible prevenir el maltrato infantil antes de que se produzca, y para ello es necesario un enfoque multisectorial.
  • Los programas preventivos eficaces prestan apoyo a los padres y les aportan conocimientos y técnicas positivas para criar a sus hijos.
  • La atención continua a los niños y a las familias puede reducir el riesgo de repetición del maltrato y minimizar sus consecuencias.

En el caso de la Argentina, si bien el fenómeno no es nuevo, en los primeros meses de 2018, se pusieron en evidencias graves situaciones de abuso a menores que residen en instituciones deportivas y educativas. En este programa de LN+ (en la segunda parte, del minuto 37 en adelante), participaron un representante de AVIVI y un especialista –Jorge Rocco– quien señaló que hay una mayor propensión (aunque sean cuestiones puntuales y no se pueda generalizar) al abuso en instituciones cerradas o con enclaustramiento como ser:

  • liceos militares
  • cárceles (se pueden agregar hogares de menores)
  • instituciones educativas o deportivas con internados o situaciones de aislamiento, acceso a los baños (por ej. de mujeres, en recreos, por parte de varones) y posibilidad de presentarse situaciones de abuso o violación,
  • hospitales (en particular psiquiátricos, pero no sólo),
  • conventos u otras modalidades de enclaustramiento religioso,
  • entre otros (al respecto es interesante esta nota de Silvia Fesquet sobre «Neverland queda a la vuelta de la esquina»).

Sobre el tema de instituciones educativas y conventos es interesante el protocolo que ha implementado en la Iglesia Católica un arzobispo de Argentina así como en lo propuesto a fines de febrero de 2019 en Roma. Esto debería ser extendido también a otras instituciones, como es el caso de las que venimos de mencionar. Referido a la cuestión de los protocolos cabe preguntarse sobre la responsabilidad directa del Estado en sus áreas específicas, así como la responsabilidad indirecta en cuanto a legislación y control de instituciones sociales y privadas que tengan características como las señaladas más arriba. Ello debería estar acompañado de una cultura del cuidado y la prevención en la vida familiar y social en general, así como en lo educacional (en especial en lo emocional, sexual y cuidado en la exposición personal en las redes sociales), junto a la asistencia adecuada en lo psicológico. Seguramente todo ello puede contribuir a converger hacia un mundo mejor.

PD: Un libro de referencia sobre este tema es «Con mi hijo No» que ha sido reseñado en el Suplemento Domingo del diario Perfil del 8/4/2018. Una experiencia muy interesante para combatir la violencia sexual contra niñas se ha dado en una ciudad de Kenya de acuerdo con este link. La educación jugó un rol central. En este video se plantea la posibilidad de la utilización de la inteligencia artificial para defender a niños/as del abuso sexual.

El Club de Budapest

El Club de Budapest es una asociación informal internacional de personas creativas en diferentes campos del arte, la literatura y la espiritualidad que promueven un cambio en nosotros mismos, si queremos cambiar el mundo. Su fundador es Ervin Laszlo, quien plantea la importancia de estos campos en la evolución de los valores humanos en dirección hacia un humanismo, la ética y una sostenibilidad integral del mundo en el que vivimos.

Lo anterior nos puede alejar de la degradación, la polarización y el desastre, si desarrollamos una consciencia cultural global.

Sin duda pensadores como Lazslo (imagen de la entrada), y quienes lo acompañan en el Club de Budapest, tienen una visión holística, plantean nuevos paradigmas de la ciencia y la consciencia, y la importancia de construir comunidad. Son una parte muy significativa de quienes aportan su testimonio, conocimientos e ideas para converger a un mundo mejor.