Partiendo del peor escenario

La construcción de escenarios posibles de una política pública no sólo deben partir de un diagnóstico lo más certero posible y del análisis de tendencias, sino también de ejercicios de simulación prospectiva.

En la imagen de la entrada se presentan, de manera simplificada, cuales serían las denominaciones de los principales escenarios. Se supone que aspiramos o deseamos un escenario optimista, o si las cosas marchan bien seguir la tendencia actual. Pero es bueno plantearse -como ejercicio- un abanico más grande de posibilidades. En el Programa «La Trama del Poder», de Laura Di Marco en La Nación+ de Argentina, del minuto 33 de este video entrevista a Eduardo Levy Yeyati, quien expresa -en el minuto 43- que el enfoque más adecuado para hacer políticas públicas es el de colocarse -imaginariamente- en el «peor escenario«. Desde allí visualizar sus posibles características y riesgos, así como planear las medidas que deberíamos adoptar desde ahora para evitarlo o morigerar sus eventuales consecuencias. Si el mismo no se da, será mejor para todos, y podremos disfrutar de una mejor situación.

El comentario anterior de Levy Yeyati lo hace en función de lo que no hizo el gobierno argentino que asumió en diciembre de 2015, lo que fue generando la situación que fue emergiendo desde el 28/12/17 y se hizo crítica de mediados del año 2018. Algo similar se puede decir de otros gobiernos, como el caso de Estados Unidos vinculado con el cambio climático. Priorizó la reactivación a corto plazo de la economía, que -hasta ahora- logró, aunque no se saben las consecuencias que se pueden generar con la guerra comercial que ha desatado (por el momento -al 26/7/18- con un primer acuerdo entre EEUU y UE, pero no con China donde se ha agravado el conflicto), y sí se sabe el enorme daño al medio ambiente global.

Estar preparado para «lo peor» nos puede llevar a generar medidas preventivas de ese posible escenario, y «un piso» del cual partir y proceder para construir escenarios positivos que nos lleven a un mundo mejor.

El trabajo orientado al cuidado del medio ambiente

Hemos afirmado en esta entrada que el trabajo tiene distintas acepciones y significados. Uno de ellos es el de nuestro sustento, y puede expresarse en distintas aplicaciones. Aquí deseamos hacer una reflexión sobre su aplicación al cuidado del medio ambiente.

Es una temática amplia. Se puede comenzar por el trabajo personal no remunerado que podemos hacer separando -y eventualmente- reciclando nuestros desechos, hasta cambiar luces y aparatos que consuman menos energía, realizando trabajo voluntario forestando o haciendo docencia sobre el particular.

En lo que se refiere a emprendimientos caben mencionar aquellos relacionados, por ejemplo, con la economía circular (ver casos en Argentina), con la economía verde, la economía azul o la alianza cleantech. En la Argentina existen programas interesantes (como el PROESUS) que alientan la sustentabilidad de los emprendimientos (hay ejemplo similares entre países como España y Portugal) y también experiencias de economía social en el campo del reciclaje, la energía fotovoltaica, la energía eólica (en especial en la Patagonia argentina) y otros países, de paneles solares, calefones solares y de reciclado. Uruguay ha tenido logros relevantes en energía eólica, solar y en general en energías renovables. En otros países, como Estados Unidos (a pesar de la posición de su Presidencia) se pueden destacar los autos eléctricos o los techos de casas en forma de paneles solares fabricados por la empresa Tesla, calefones solares o implementación de biodigestores que generen electricidad, el fomento del auto consumo, la recuperación de agua contaminada, por citar sólo algunos ejemplos. También hay ejemplos de nexos entre esta temática y la economía social y la pobreza. Existen portales como «cuéntame algo bueno» que tienen secciones dedicadas a esta temática  y a iniciativas sobre energías renovables, En esta dirección van iniciativas en España sobre energía verde, Dinamarca, Israel, China, los trabajos «verdes» que se están creando en California (Estados Unidos), entre muchos otros. Es auspicioso que esto vaya acompañado de mayor financiamiento.

También hay muchas iniciativas en el mundo para mitigar, y en muchos casos, remediar cuestiones de pasivos ambientales (así como restauración de paisajes) producto de un extractivismo y capitalismo salvaje que ha dañado (y lamentablemente continúa en una gran cantidad de localizaciones) dañando el medio ambiente. Entre las iniciativas se pueden destacar la recuperación de residuos  A ello puede adicionarse la agricultura urbana con experiencias ya en curso, la recuperación de tierras semidesérticas o desérticas (por nuevas tecnologías de riego, siembra y forestación), de tierras inundadas (realizando las obras correspondientes) o la plantación en terrazas en las laderas de las montañas que evitan desmoronamientos o deslaves y además proveen alimentos como hacía la cultura incaica o las europeas que no podían o pueden plantar en valles.

Lo anterior genera importantes oportunidades de trabajo que van desde la mitigación y la remediación ambiental hasta la generación de nuevos espacios verdes (rurales y urbanos) así como la fabricación, colocación y mantenimiento de dispositivos para el cuidado del medio ambiente. Todo ello nos permite converger hacia a un mundo mejor.

El Manual del Buen Capitalista

En este blog nos hemos referido al concepto de sistema económico y su evolución histórica. Cabe destacar que, en cada tiempo y espacio, los sistemas no se han presentado de manera homogénea, sino que han habido variedades. Ello ha sucedido también con el capitalismo (como se menciona en la imagen de la entrada) que es un sistema fruto de una larga evolución que viene desde la aparición del excedente (su generación y apropiación), la distribución del trabajo (y subyacentemente cómo se valora lo que cada uno aportalas relaciones de poder asociadas), la propiedad, el proceso de individuación y el incremento del comercio y el capital hasta nuestros días. La búsqueda del lucro y la propiedad privada de los medios de producción son sus características generales, pero sus particularidades difieren en cada contexto.

Sobre esto último tomamos el enfoque de Karl Polanyi que señala (1) que la economía humana está encastrada y englobada en instituciones económicas y no económicas. El estudio del desplazamiento de la economía en la sociedad no es nada más que el estudio de la forma en que el proceso es institucionalizado en diferentes épocas y en diversos lugares. Este autor llama a los sistemas «modelos de integración», donde los principales modelos son la reciprocidad, la redistribución y el intercambio. La reciprocidad supone movimientos entre puntos de correlación de grupos simétricos; la redistribución designa movimientos de apropiación  en dirección a un centro, y luego de este hacia el exterior. El intercambio se refiere a los movimientos de “va y viene” tales como los cambios de “manos” en un sistema mercantil. En los últimos de algo más de 200 años este intercambio ha tomado la forma de «mercado» en un sistema capitalista. Será distinto como se expresa en Haití, en Suecia, en Estados Unidos, en Argentina… de acuerdo a cómo se ha dado su evolución histórica (ver caso argentino) y formas de «encastramiento» -como dice Polanyi- con esa cultura, sociedad y sistema político-institucional.

Por lo tanto, si bien el capitalismo tiene rasgos comunes, no se lo puede uniformar en una sola expresión histórica. Pensar en un estereotipo único y sin variación en el tiempo y en el espacio es una ingenuidad conceptual o idealización. De alguna manera es esto a lo que se refiere el sociólogo Ernesto Fidanza cuando habla del “manual del buen capitalista” -del que hemos tomado el título de esta nota- (ver este video del minuto 10,35 en adelante) respecto del enfoque de quienes lideran el gobierno argentino desde fines de 2015, seguramente como forma de polarización y diferenciación del gobierno anterior (2)

Suponen un “capitalismo de mercado” donde el sistema funciona de una manera “orgánica” y racional, y se si liberan todas las restricciones las inversiones (en particular externas) fluirán y el progreso será generalizado, disminuyendo la pobreza. La realidad es más complicada que eso, donde también no se dialoga entre los que usan manuales o enfoques monetaristas y los que utilizan manuales o enfoques estructuralistas, faltando mediaciones y diálogo profesional (buscando acordar frente a una realidad compleja) entre ambos. El resultado de ello deriva en la situación económica de fines de agosto de 2018 de Argentina, donde se genera también un problema político.

Ojalá se pueda ejercer un verdadero discernimiento y se encuentren soluciones urgentes para el corto plazo y un sendero de desarrollo sustentable para el mediano y largo plazo (3).

(1) «The Economy as an Instituted Process» en Trade and Market in the Early Empires. Economies in History Theory, The Free Press, New York, 1957.

(2) Una actualización de este tema a junio de 2019 se puede ver esta nota frente a los desafíos de un nuevo gobierno.

(3) En este blog hemos planteado un enfoque más ambicioso de cambio profundo y de ir convergiendo hacia un postcapitalismo.

Para reducir la desigualdad

En este artículo se hace referencia a los modos virtuosos de lograr la igualdad, tomando como ejemplos la educación y las regulaciones sobre el sector de los servicios, entre otras consideraciones.

Referido a la cuestión de la desigualdad, en esta nota no solamente describimos las que serían sus principales causas sino también enfoques sobre políticas y medidas posibles de tomar para su reducción. De todos modos aquí quisiéramos puntualizar más los distintos instrumentos. Comenzaremos por el lado de los impuestos y su relación con la desigualdad. Comenzaremos glosando una nota del diario La Nación de Rubén Guillemí del 26/08/2018. Entre sus consideraciones iniciales señala que la desigualdad “lejos de ser considerado un logro, los especialistas ven el fenómeno de la acumulación exorbitante y el incremento de la desigualdad como una de las más riesgosas debilidades del capitalismo”.

Sobre el caso de Japón la nota dice: “la distribución del ingreso era muy desigual en Japón antes de la Segunda Guerra y la economía estaba dominada por los zaibatsu [camarilla financiera]”, explicó a LA NACION el economista japonés Tatsuo Hatta, presidente del Asian Growth Research Institute. Sin embargo, las fuerzas de ocupación norteamericana vieron en los zaibatsu una amenaza al resurgimiento militar imperial y ordenaron al gobierno japonés una amplia reforma agraria y un sistema de impuestos a los altos ingresos y a la riqueza.Para una fortuna superior a los 500 millones de dólares el impuesto a la herencia llegó en los años 80 al 70%”, recordó Hatta. En los años 90, se redujeron las tasas y tanto el impuesto a los altos ingresos como el de la herencia son hoy del 55%. Para el economista argentino Luis Argüero, de la Universidad Torcuato Di Tella, que vivió y se graduó en la Universidad de Hiroshima, además hay un “factor cultural”. Los japoneses aman el equilibrio. La búsqueda del equilibrio es una tendencia muy fuerte tanto en la vida privada como en la sociedad y la economía. Además, para la mayoría de los japoneses el lujo no pasa por tener una pileta en el jardín de la casa, sino por la posibilidad de hacer sentir cómodo y bien recibido al otro”, señaló Argüero. Para el especialista, la raíz de esta filosofía del equilibrio está en las características de haber sido siempre “un país con recursos naturales muy limitados, lo que transformó en prioritario el uso eficiente y balanceado de sus escasos bienes”.

Más abajo continúa diciendo que “Japón y las naciones escandinavas, por ejemplo, aplican un severo sistema de impuestos a los altos ingresos y a la herencia. En otros países, factores culturales hacen que la ostentación esté mal vista, mientras que gobiernos como el de Islandia y el de Eslovenia tienen una lucha frontal contra la corrupción y la acumulación excesiva. En Estados Unidos, incluso, 400 multimillonarios escribieron, en noviembre, una carta a Trump para que frenara la reforma que les concedería una rebaja en sus impuestos.. Además de los 400 multimillonarios que pidieron a Trump que no les rebajaran los impuestos e invirtiera “en el pueblo norteamericano”, el propio Bill Gates se quejó de que paga pocos impuestos. En febrero pasado, el magnate dijo que el sistema impositivo de Estados Unidos -donde viven siete de los diez hombres más ricos del mundo- es demasiado benévolo con él. Yo pagué 10.000 millones de dólares en impuestos, más que ninguna otra persona en Estados Unidos. Pero el gobierno debería exigir que la gente como yo pague impuestos significativamente más altos”, dijo Gates.” Relacionado con el tema de la filantropía y los impuestos, recién mencionado, es interesante este video (1) y, más en general, este video relacionado con la postpandemia y Argentina.

En cuanto a la medición de las diferencias de ingresos y la experiencia de Dinamarca se menciona que “hay un sistema de medición salarial, llamado en inglés CEO-to-worker, que compara cuánto gana el CEO de una empresa en relación con el trabajador promedio de la misma compañía. En Estados Unidos, por ejemplo, un director ejecutivo gana en general 354 veces más que su empleado promedio, mientras que en Japón la tasa es de 67 a 1, y en un país escandinavo como Dinamarca es de 48 a 1. Coincidentemente, Dinamarca es una de las naciones que suelen encabezar el listado de las más felices del mundo. Cuando uno visita una empresa danesa, no se puede distinguir al CEO del empleado de oficina. Para ellos, vivir como una persona más rica entre gente pobre sería muy estresante”, comentó a LA NACION Michael Booth, autor del libro The Almost Nearly Perfect People: The Truth about the Nordic Miracle (El pueblo casi perfecto: la verdad detrás del milagro nórdico). Lo particular de Dinamarca es que hasta las primeras décadas del siglo XX tenía una sólida clase aristocrática”, agregó Booth. El 1% de la población concentraba el 25% de la riqueza en 1919. Pero la implementación de un “sistema de bienestar” mediante una drástica transferencia de recursos desde los sectores más altos hacia los de menores ingresos hizo que hoy ese 1% concentre apenas un 4% de la riqueza. Dinamarca tiene además un impuesto del 55% a los altos ingresos y del 36% a la herencia.” En el caso de EEUU, Inglaterra y otros países desarrollados es interesante esta nota.

A lo anterior debemos agregar que:

  • la desigualdad tiene un profundo impacto en el deterioro de las sociedades, y en especial en erosionar al sistema democrático, como vemos en muchos países del mundo.
  • el impuesto a las grandes fortunas debe estar bien diseñado a fin de no gravar el capital productivo. Lamentablemente, con el «Aporte Solidario y Extraordinario para ayudar a morigerar los efectos de la pandemia» legislado en Argentina, no ha sido el caso porque no distingue entre activos y patrimonio neto como menciona esta nota. El impuesto a los Bienes Personales (que ya existe y se podría haber aumentado) está mejor diseñado, porque desgrava inversiones y ahorros; no se paga sobre bienes que son para producir (campos, maquinaria) ni sobre los plazos fijos y los bonos, que financian el crédito privado y al Estado. Quienes han analizado el caso de Canadá (ver este artículo) sostienen que, en lugar de este impuesto, es mejor mantener el impuesto a la herencia (que muchos países tienden a abandonar) junto con un impuesto sobre la renta del capital.
  • sobre el caso argentino tal vez sería mucho mejor seguir este sendero.
  • a nivel internacional, tal vez, habrá que insistir con instrumentos como la «tasa Tobin«, muy resistida por el sector financiero de países como EEUU, Inglaterra y algunos de la UE. Si el G20 lo aprobara, podría ser administrado por el Fondo Monetario Internacional con criterios de equidad aprobados por los países miembros, y aplicado a mitigar los efectos de la pandemia, la investigación y desarrollo de vacunas contra el Covid-19 y otros en curso (o potenciales), eliminación de la pobreza extrema y revertir el proceso de cambio climático, entre los principales objetivos.
  • los impuestos recaudados se deben asignar sin corrupción, con eficiencia (mínimo costo para un buen standard o nivel de calidad), equidad y eficacia (en cuanto al logro de los objetivos y las metas),
  • dado el cambio científico-tecnológico y otros fenómenos como las pandemias, hay que implementar instrumentos como el salario universal, renta básica o similares (como un buen seguro de desempleo),
  • es bueno potenciar el comercio justo en lo relativo a intercambios,
  • un importante un reparto del excedente más equitativo en las empresas como es la participación en las ganancias, las esop o las cooperativas.

entre las principales.

Poder incorporar políticas públicas que reduzcan la desigualdad, como las mencionadas más arriba, nos pueden ayudar a converger hacia un mundo mejor.

(1) Agradezco al Lic. José Bekinschtein la referencia.PD: También una  fuente importante es este seminario y boletín (aportada en el foro del Club Político Argentino). Cabe aclarar que la imagen de la entrada ha continuado empeorando hasta la actualidad, agravada por los efectos de la pandemia. En especial se han visto muy beneficiados los propietarios de las empresas tecnológicas, dado el mayor uso de estas plataformas (agradezco al Lic. Alejandro Gerardi el aporte de la fuente de la BBC).

Y el contexto institucional

Las acciones espontáneas, individuales y las movidas por la necesidad, los sentimientos, la razón y los valores forman parte del amplio campo de la cultura. Sin embargo en la historia tanto personal como colectiva de la humanidad, y en particular para grandes grupos humanos, ha sido necesario pasar por la ley y su expresión en distintas reglas y organizaciones, sin las cuales la vida en sociedad es imposible. Distintas corrientes o enfoques como el denominado «institucionalismo» (ver imagen de la entrada), así lo testimonian. Las políticas públicas se concretan a través de señales, estímulos y desestímulos, que generan un cuadro institucional que puede ser o no adecuado, para el crecimiento o el desarrollo de un sistema socioeconómico. Por lo tanto es fundamental su análisis.

Para referirnos a esta temática glosaremos un texto de Eugenio Diaz Bonilla (*), denominado «Instituciones, Crecimiento y Desarrollo Económico en Argentina» (publicado por la Provincia de Tucumán para el Bicentenario).

A modo introductorio diremos que, entre las clasificaciones sobre el rol de las instituciones en las políticas públicas, están el de las instituciones extractivas que son aquellas que están diseñadas para extirpar las riquezas de un sector de la sociedad para beneficiar a una élite privilegiada. Por otro lado están las instituciones económicas inclusivas que crean los incentivos y oportunidades necesarias para promover la energía, creatividad y el espíritu emprendedor en la sociedad. Hacen respetar el derecho de propiedad. En otras palabras, son las que brindan previsibilidad y reglas claras. Reparten el poder de forma plural y no permiten que se viole el estado de derecho.

Diaz Bonilla plantea que «un ejemplo conocido sobre el enfoque institucional es el libro de Acemoglu y Robinson (2012), quienes argumentan que un país con instituciones que ellos llaman “extractivas,” no va a desarrollarse, mientras que los países desarrollados son aquéllos que tienen instituciones “inclusivas.” Una crítica, al menos para ese libro que es más de divulgación,[1]es que el argumento parece circular: casi por definición los países que son desarrollados en la actualidad habrían tenido instituciones inclusivas, mientras que los países no desarrollados habrían tenido instituciones extractivas. Otro punto débil, y quizás más de fondo, es que, en mi opinión, tampoco explican cómo surgen las instituciones.

No obstante estas críticas, Acemoglu y Robinson presentan un ángulo interesante para la discusión del desarrollo de Argentina cuando comentan, sin referirse necesariamente a nuestro país y casi al pasar, que las instituciones inclusivas si por alguna razón se convierten en “excesivamente” tales (aunque no está definido que sería excesivo) también pueden ser negativas para el desarrollo, al llevar a la parálisis en el sistema de toma de decisiones o a choques violentos entre diferentes grupos. Cualquier lectura rápida de la literatura sobre la Argentina muestra una serie de autores que han planteado la hipótesis que la falta de desarrollo en nuestro país se debe a la importancia de conflictos internos y la presencia de “empates hegemónicos” donde diferentes grupos impiden o vetan lo que otros pueden hacer, en alternancias sucesivas en el poder (ver por ejemplo, Smith, 1974; Díaz-Alejandro, 1970; Mallon y Sourrouille, 1975; Portantiero, 1973)….

También voy a tratar de desarrollar la otra pregunta que me parece más relevante y que Acemoglu y Robinson, en mi opinión, no responden apropiadamente: ¿de dónde surgen las instituciones? Hay trabajos muy interesantes en este tema tales como el de Jared Diamond (1997), que tiene cobertura global y los de Engerman y Sokoloff (1994, 2002) y Sokoloff and Engerman (2000), que se focalizan en las Américas. Esos autores muestran cómo la dotación de recursos naturales, el clima, y la geografía son importantes factores que definen la estructura productiva (y en particular el sector agropecuario), y, a partir de ahí, son también elementos determinantes de las instituciones (Diamond también cubre otros aspectos tales como el lenguaje, la tecnología, la salud, etc).

En particular Engerman y Sokoloff argumentan que en Latinoamérica o en las Américas se habrían desarrollado tres tipos de sociedades. Dos de ellas han estado basadas en grandes inequidades y han llevado a instituciones que, por esas desigualdades, no generan desarrollo: una de ellas es la basada en productos tropicales (como el azúcar) explotados con mano de obra esclava (ejemplos serían Haití o Brasil), mientras que la otra tiene una estructura centrada en la explotación de recursos minerales (o naturales en general) con el uso de mano de obra semi-esclava de las poblaciones indígenas (con ejemplos como México y Perú). El tercer tipo de sociedad (que Engerman y Sokoloff identifican con los Estados Unidos) tiene una base agraria basada en el desarrollo de pequeñas familias productoras, que ha llevado a la expansión del mercado interno, y al desarrollo de sistemas más participativos y democráticos.  Temas similares han sido desarrollados por Barrington Moore (1966), por el lado socio-político, y por David Landes (1998), por el lado económico.

Es interesante que Engerman y Sokoloff se muestran ambivalentes con Argentina: no la ubican con los dos primeros tipos, pero tampoco la colocan en el tercero. Muy brevemente especulan que quizás las restricciones de inmigración de España y un desarrollo productivo basado en la ganadería hayan tenido algo que ver con el carácter ambiguo de la Argentina en su tipología, pero no profundizan el tema….

Finalmente, otro grupo de estudios sobre las instituciones que vale la pena considerar para el análisis de Argentina son los trabajos de Spiller y Tomassi (2003 y 2008), BID (2006); y Stein y Tomassi (eds) with Spiller and Scartascini (2008). El foco de estos trabajos es sobre la influencia de las instituciones en la “calidad” de políticas.

En particular esa literatura argumenta: a) que hay ciertas características de las políticas públicas (su “calidad) que pueden ser tan importantes para alcanzar los objetivos de desarrollo como su contenido específico; b) que esas características incluyen seis rasgos:

1) estabilidad, 2) adaptabilidad, 3) coherencia y coordinación, 4) efectiva implementación, 5) orientación hacia el interés público y 6) eficiencia;

y c) que el proceso por medio del cual se debaten, aprueban y ejecutan las medidas de política (las instituciones del proceso de toma de decisiones de políticas) tiene un fuerte impacto en esas dimensiones de la calidad de la políticas públicas.

En ese análisis, las políticas públicas en Argentina no tendrían suficiente calidad debido al funcionamiento de las instituciones políticas: dichas políticas públicas serían o muy rígidas o muy volátiles, debido a que resultan de una especie de juego no cooperativo con horizontes de corto plazo; con pocas interacciones continuadas que ayuden a dar confianza y estabilidad; con una alta tasa de descuento en el tiempo; con carencia de marcos institucionales donde poder armar acuerdos; y con muchos “jugadores” o agentes.

Yo añado que, con horizontes tan cortos, hay una fuerte tendencia a que el “ganador se queda con todo” (“winner takes all”). Esos horizontes cortos también llevan a políticas que tratan de expandir el consumo en el corto plazo, generando lo que se ha llamado el ciclo “stop and go.”  Además, si el gobernante tiene poco tiempo en la función pública, puede aparecer la tentación de aprovechar el momento de estar en el gobierno para hacerse rico o para juntar fondos para seguir haciendo política una vez que haya sido desplazado del poder, etc. Es decir, la corrupción también puede estar en parte ligada a este juego político de corto plazo con horizontes muy cortos y/o altas tasas de descuento en el tiempo.

Volviendo al comentario al pasar de Acemoglu y Robinson, el problema de la Argentina no es la caracterización que estos autores hacen de una sociedad con instituciones extractivas, sino que Argentina ha sido una sociedad conflictiva dada la lucha por la democratización y la participación, con una base económica más débil que la de EEUU (pero con más población que Australia, cuyo aislamiento geográfico y políticas restrictivas de inmigración sostuvieron una alta relación de recursos naturales per cápita).

El resultado en Argentina ha sido un sistema político de partido afectados por proscripciones y persecuciones, con poco tiempo para forjar visiones de mediano y largo plazo, con poca experiencia y espacios institucionales de diálogos y consenso, con una persistencia de la tendencia a que “el ganador se lleva todo”. Las idas y venidas entre facciones antagónicas, generó horizontes de muy corto plazo para las políticas públicas (uno de los aspectos marcados por Spiller y Tomassi, 2008) y una tendencia a la acción directa y al uso de la violencia. Además, como dije antes, la corrupción también puede estar en parte ligada a un juego político de corto plazo con horizontes muy cortos y altas tasas de descuento en el tiempo, donde el gobernante percibe que tiene poco tiempo en su función, y que los cambios son siempre violentos y del tipo “winner-takes-all.” Esas fracturas y conflictos sociales se agudizaron desde la mitad de los 1970″.

Al final de su texto Diaz Bonilla hace una serie de propuestas institucionales vinculadas a la necesidad de consensos que se sintetizan en:

  1. Ayudaría a extender los horizontes que el gobierno actual articulara una visión de mediano y largo plazo, explicando mejor los beneficios y costos de conjunto para poder tener una estructura más equilibrada de pay-offs para los diferentes actores en el esquema de negociaciones que es el proceso político
  2. Conviene  considerar el punto 9 del trabajo de Spiller y Tomassi (2008), sobre los diferentes problemas institucionales sobre Argentina, que señala que los grupos empresariales y de trabajadores no tienen espacios institucionales para el intercambio sobre políticas públicas, y entonces siguen estrategias de corto plazo.
  3. Organizar una comisión como la del “Nunca más” para la represión de Estado, pero ahora para la corrupción de funcionarios públicos de alto nivel. Esto ha sido planteado por algunas fuerzas políticas, y debería ser considerado.

Concluye que «la primera propuesta ayudaría a generar una visión de mediano plazo (alargando en parte el horizonte para la negociación y articulación de políticas), y la segunda generaría espacios institucionales adicionales donde se pueden discutir políticas públicas (que de todas maneras deben obviamente respetar la instancia legislativa del Congreso), la tercera procura asegurar castigos para los que se desvían de los esfuerzos cooperativos que llevarían a políticas públicas de mayor calidad.»

[1]Los artículos técnicos de Acemoglu y Robinson son más cuidadosos.
(*) agradecemos a Eugenio que nos enviara su texto, y esperamos haber sido fieles en su síntesis, para más detalle puede verse en este link.

Para quienes estén interesados en profundizar la bibliografía se detalla a continuación la preparada por Diaz Bonilla:
Acemoglu D. y J. Robinson. 2012. Why Nations Fail. The origins of power, prosperity, and poverty. Crown Publishing Group.
Beattie A. 2009. Argentina: The superpower that never was. Financial Times. May 22, 2009.
BID, 2006 La política de las políticas públicas Progreso económico y social en América Latina. Informe 2006. Ernesto Stein, Mariano Tommasi, Koldo Echebarría, Eduardo Lora, Mark Payne Coordinadores. Banco Interamericano de Desarrollo. David Rockefeller Center for Latin American Studies. Harvard University. Editorial Planeta
Braun O. y L. Joy. 1968. A Model of Economic Stagnation–A Case Study of the Argentine Economy. The Economic Journal. Vol. 78, No. 312 (Dec., 1968), pp. 868-887.
Devlin R. y G. Moguillansky. 2011. Breeding Latin American Tigers. Operational Principles For Rehabilitating Industrial Policies. 2011 United Nations Economic Commission for Latin America and the Caribbean (ECLAC)
Diamond J. 1997. Guns, Germs, and Steel. The Fates of Human Societies. W.W.Norton and Company, Inc.
Díaz-Alejandro, Diaz, Carlos F. 1970. Essays on the Economic History of the Argentine Republic. New Haven: Yale University Press, 1970.
Díaz-Bonilla, E. 2009. USA, Argentina and Alan Beattie: Wrong Starting Point. August 11, 2009. http://www.economonitor.com/blog/2009/08/usa-argentina-and-alan-beattie-wrong-starting-point/
Díaz-Bonilla, E. 2014. Argentina: The Myth of a Century of Decline. February 27, 2014. http://www.economonitor.com/blog/2014/02/argentina-the-myth-of-a-century-of-decline/
Engerman S y K. Sokoloff. 1994.Factor Endowments: Institutions, and Differential Paths of Growth Among New World Economies: A View from Economic Historians of the United States. NBER Historical Working Paper No. 66. National Bureau of Economic Research. 1050 Massachusetts Avenue. Cambridge, MA 02138. December 1994
Engerman S y K. Sokoloff. 2002. Factor Endowments, Inequality, and Paths of Development Among New World Economies. NBER Working Paper 9259. National Bureau of Economic Research. 1050 Massachusetts Avenue. Cambridge, MA 02138. October 2002
Gerchunoff P. y P. Fajgelbaum, 2002. “Por qué Argentina no fue Australia? (Colección Mínima). Editorial Siglo XXI.
Landes D. 1998. The Wealth and Poverty Of Nations. Why Some Are So Rich and Some So Poor. W. W. Norton & Company, Inc.
Mallon R. y J.V. Sourrouille, 1975. Economic Policymaking in a Conflict Society: The Argentine Case. Harvard University Press, 1975
Moore, B. 1966. Social Origins of Dictatorship and Democracy: Lord and Peasant in the Making of the Modern World. Boston, MA: Beacon Press
Portantiero, J. C. (1973). “Clases dominantes y crisis política en la Argentina actual. El capitalismo argentino en crisis” en “Clases dominantes y crisis política en la Argentina actual,” en Braun, Oscar (Compilador) El capitalismo argentino en crisis, Buenos Aires, Siglo XXI editores, 1973, p.73-117.
Smith, P. H. 1974. Argentina and the Failure of Democracy: Conflict among Political Elites, 1904–1955.: Madison: The University of Wisconsin Press, 215 pp.
Sokoloff K. and S. L. Engerman. 2000. Institutions, Factor Endowments, and Paths of Development in the New World. Journal of Economic Perspectives—Volume 14, Number 3—Summer 2000—Pages 217–232
Spiller P. y M. Tomassi, 2003. The Institutional Foundations of Public Policy: A Transactions Approach with Application to Argentina. Journal of Law, Economics, & Organization, Vol. 19, No. 2 (Oct., 2003), pp. 281-306.
Spiller P. y M. Tomassi. 2008. Political Institutions, Policymaking Processes, and Policy Outcomes in Argentina. Chapter 3 in E. Stein y M. Tomassi (eds) with P. Spiller and C. Scartascini (2008). Policymaking in Latin America. How Politics Shapes Policies. Inter-American Development Bank. David Rockefeller Center for Latin American Studies. Harvard University
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ver Bolt, J. and J. L. van Zanden (2014). The Maddison Project: collaborative research on historical national accounts. The Economic History Review, 67 (3): 627–651)

En prevención de consumos problemáticos

Vivimos en sociedades en las cuales predominan características donde todos somos consumidores de objetos, servicios y hasta de otras personas.

En estas sociedades hay una prolongación de la adolescencia en términos de años, además de la tendencia a gratificar instantáneamente las demandas, teniendo anomia y desesperanza, con carencias de figuras de identificación positiva, con medios cargados de mensajes contradictorios, violencia y falta de trascendencia, generando crisis de referentes y familias, con ausencia de espacios de dialogo, aislamiento y falta de redes sociales de contención, decadencia sistemática de los métodos educativos y tratamiento inadecuado de estos temas en los medios de comunicación.

Además hay una naturalización del uso de sustancias psicoactivas, con mayor oferta de las mismas y la aparición de nuevas y más baratas. La forma conservadora tradicional, enfoca el tema exclusivamente desde la perspectiva de las adicciones o dependencias, sobre todo a drogas ilegales, como lo único sobre lo cual habría que preocuparse.

También puede llevar a pensar que alguien se convierte en adicto solamente por entrar en contacto con una droga prohibida; lo cual, deja de lado muchos consumos no adictivos que ponen en serio riesgo a la salud (como el consumo excesivo de alcohol, aunque no se trate de alcoholismo). También desde este enfoque tradicional, suelen soslayarselos problemas de salud relacionados con actos compulsivos que son aquellos que las personas no pueden dejar de practicar. Entre ellos se cuentan los juegos de azar (bingos), el comer compulsivamente, el trabajar sin descanso, entre otros actos, que algunas personas pueden llegar a realizar de manera adictiva.

Otra de las dificultades que presenta este enfoque tradicional es el hecho de que se coloque el acento del problema únicamente sobre las drogas prohibidas. Esto sucede mientras que se deja avanzar y hasta se incentiva -desde la publicidad y los medios de comunicación-, el consumo de medicamentos sin indicación médica, o alimentos con altos contenidos de grasas saturadas o azúcares, bebidas alcohólicas en todo momento y para todos, entre otros, que pueden ocasionar graves daños a la salud dependiendo de cómo se los utilice. La llamada medicalización de la vida cotidiana halla expresión en el uso cotidiano de todo tipo de medicamentos para paliar el dolor, la gripe, la ansiedad, la depresión, la falta de energía, etc. Este fenómeno guarda relación con el recurso de las sustancias tanto legales como ilegales en la vida cotidiana de las personas. La promoción de la felicidad a través del consumo de alcohol y la publicidad de una serie de medicamentos que alivian “totalmente el dolor” o “definitivamente el sufrimiento”, proponen soluciones rápidas e instantáneas a cualquier problema. Esta propuesta, a la que subyace la idea que “para cada situación existe una sustancia o un consumo adecuado”, afecta al conjunto de la sociedad: está extendida y generalizada en todos los sectores sociales y grupos de edades de la población, independientemente de cuál sea el objeto o la sustancia que se consume.

En suma, la situación ha dado como resultado un aumento en los problemas en salud relacionados con los consumos problemáticos de sustancias psicoactivas y de otros. Las personas hacen uso de objetos y sustancias psicoactivas, la mayoría las usan en forma recreativa socialmente, otros hacen abuso y los menos generan dependencia de las mismas.

Con respecto al tema de la adicción propiamente dicha (dependencia), cabe aclarar que es una enfermedad, compleja y tratable, que afecta el funcionamiento del sistema nervioso, además del comportamiento y de los vínculos con el entorno.

No hay un solo tratamiento que sea apropiado para todas las personas por igual, el mismo debe estar fácilmente disponible en todo momento y abarcar las necesidades diversas de la persona, además es esencial que el paciente lo continúe durante un periodo adecuado de tiempo. Las terapias como la individual, de grupo,  psicofarmacología, de conducta, son las formas de tratamiento más comunes y con grado de eficacia comprobado. Es aconsejable que los  tratamientos sean evaluados periódicamente para, de ser necesario, modificarlos dado el grado de comorbilidades de los pacientes. Los programas deben incluir exámenes para el VIH/SIDA, la hepatitis, la tuberculosis y otras enfermedades infecciosas. El trabajo terapéutico con las familias y referentes de los pacientes es fundamental para generar mayor grado de contención y modificar vínculos patológicos.  Desde el primer momento se debe incluir la estrategia de socio educativa del “proyecto de Vida” para descubrir habilidades y anhelos que sostengan a la persona en el tratamiento y posteriormente. Por último cabe aclarar que las recaídas son parte de las vicisitudes del  tratamiento.

A continuación un simple bosquejo de herramientas para la contención de los riesgos en la tematica:

 A nivel preventivo:

  1. Mediación y estimulo para el acercamiento entre la población (general y afectada) a los sistemas socios sanitarios: hacer de nexos y puentes entre la instituciones y la gente, visualizando servicios y acompañando.
  2. Propiciar modos de vida saludables, generando procesos dinámicos de acciones singulares y sociales en relación con alimentación saludable, actividades físicas, entornos saludables, evitación del consumo de tabaco, alcohol y otras compulsividades, mayor uso de agua.
  3. Campañas para disminuir la estigmatización, segregación y exclusión de las personas que practican «usos de sustancias psicoactivas» (en adelante «USP»),
  4. Brindar orientaciones a:referentes, jóvenes, escuela, barrio,
  5. Charlas, talleres, debates sobre comunicación, descubrimiento de habilidades, mayor autonomía, resolución de conflictos en forma positiva.

A nivel de generar Intervenciones Tempranas:

  1. Acogida y empatía con las personas usuarias y sus referentes.
  2. Visualización de las consecuencias negativas del consumo entre el operador socio sanitario y las personas usuarias con sus referentes. Consensuar cuales son los riesgos en términos de generar dependencia, enfermedades crónicas, accidentologia, ruptura vinculares, costos económicos, desmotivación labora o educativa.
  3. Búsqueda de motivaciones para el cambio (con rangos que van de leve, moderados y altos), que consisten en manifestar deseos y obrar en consecuencia en la disminución de los riesgos del consumo. Apoyar cada gesto de disminución de riesgos.
  4. Encuentros de búsqueda de acciones positivas (realistas y propias) alentándolas. Visualizar las habilidades y cualidades: físicas, de calidad de vida (reconocimiento, autonomía, contacto con los demás), en relación a conductas consigo mismo y con otros, ideales socio culturales, red vincular, como desarrolla su creatividad, como se comunica, manejo de ciertos conflictos, actividades al aire libre, etc.
  5. Búsqueda de metas. En relación con el USP (días, cantidad, horarios, ingesta de comida, velocidad, que cosas o situaciones hace que no consuma) y con otros temas (retomar acciones abandonadas, reencuentros, renovación de vínculos, inicio de perfeccionamientos, autocuidados alimenticios e higiene y descanso, etc).
  6. Identificación de situaciones de riesgo, como ser: ansiedades, momentos negativos, diversión, lugares, estar en determinados horarios con ciertas personas, etc
  7. Intervención con los referentes de la persona que USP, acompañándolos en el manejo de las responsabilidades y en resolución de conflictos, como así en la participación en las instituciones y organizaciones locales.
  8. Que hacer en una Urgencia o Crisis: proteger, avisar a la emergencia zonal y acompañar, nunca dejar sola a la persona. Ver su estado de conciencia, si respira, como está el pulso, si hay heridas, tranquilizarlo e informarle lo que estás haciendo. Ver si hay dolor en el pecho, sudor frío, mareos o ha habido pérdida de conocimientos, dificultad para hablar, síntomas que se desencadenan en forma rápida, vómitos con sangre.
  9. Como desarrollar y utilizar una Red contenedora frente al USP u otras temáticas.

A nivel del Sostenimiento

  1. La presencia, el apoyo, la comprensión y la escucha son fundamentales para acompañar a las personas que USP y sus referentes.
  2. Es necesario hacerlo porque dichas personas y sus Referentes tienen dificultades en seguir las prescripciones de los equipos socio sanitarios, algunas veces no van a las entrevistas programadas, sobrevaloran los efectos secundarios del USP, tienen desinterés o distorsión de su propia salud, dificultades en pedir ayuda, inadecuada interpretación de las realidad y baja resolución de los conflictos e integración vincular.
  3. El acompañamiento puede ser presencial a los servicios socio sanitarios, en el barrio o en su domicilio. O en forma virtual (teléfono, watsapp).

A modo de conclusión cabe aclarar que las políticas públicas sobre la temática en la Argentina, desde 1973 hasta la fecha, son muy dispares, con presupuestos insuficientes, con marcos regulatorios vigentes, contradictorios (leyes nacionales 23.737 y 26.657).

Con una fragmentación de la Red Preventiva – Asistencial muy desproporcionada, entre Nación, provincias, municipios, Obras Sociales, instituciones Prepagas, ongs, sin que nadie cumpla la función de “torre de comando” para que los pacientes, sus referentes, la población general y los financiadores, se dirijan a una mejor calidad prestacional preventiva – asistencial.

A pesar de esto…. sobrevivimos, gracias a la voluntad de miles de personas (profesionales, técnicos, familiares y algunos funcionarios) que tienen pensamientos y acciones inclusivas.

PD: Esta nota fue elaborada por el Lic. Aldo Domanico (aldodomanico@gmail.com) a quien se le agradece particularmente. La misma está relacionada también con la sección el cuidado y la prevención, y los ejemplos de políticas públicas, en general, están vinculados con el caso argentino. Para enfoques en otros países, véase esta nota del diario El País de España, sobre el caso de Islandia.

Y la educación de nivel medio

La educación en la Argentina se ha venido deteriorando, tal como lo demuestran distintas evaluaciones (desde las que hace el Estado hasta las pruebas PISA), y en la escuela pública de nivel medio sólo egresa el 30%.

Frente a esto hay experiencias concretas que van revirtiendo esta situación. En una nota del diario Clarín se comenta la experiencia de la Escuela ISPI 9073 José M. Estrada, de Santa Teresa, una localidad de 3.000 habitantes ubicada a 55 kilómetros de Rosario, en la provincia de Santa Fe. Allí se expresa como «en esa secundaria no hay más clases magistrales: el aprendizaje está centrado en los alumnos. Es que desde 2016, se implementó un nuevo sistema de educación donde los adolescentes trabajan en proyectos colaborativos, asisten a talleres y son evaluados de manera integral, sin exámenes convencionales, tomando en consideración competencias que van desde cuestiones teóricas de contenidos hasta, por ejemplo, habilidades interpersonales. Los resultados están a la vista: la escuela mejoró todos sus indicadores y las evaluaciones nacionales Aprender del año 2017 la ubican por encima de la media nacional».

El motor de esta iniciativa fue su rector, Ariel Alberto Rotondo (51), quien «comenzó a investigar en profundad la situación y pensar alternativas. “Fueron cinco años de documentar estadísticas, concientizar sobre la necesidad de un cambio a toda la comunidad educativa, avanzar a prueba y error. Hasta que hace más de dos años, con el apoyo de los docentes, decidimos dar el gran paso”, señala el directivo. Modelos educativos de Finlandia (ver imagen de la entrada) o el de Horitzo 2020, un proyecto de la Fundación Jesuitas de Educación (FJE) de Cataluña, fueron referencia obligada, pero “sólo como inspiración, porque no creo que se pueda trasladar o replicar modelos”, aclara el rector.

El sistema implementado en la Estrada se basa en tres pilares: aprendizaje centrado en el estudiante, transparencia administrativa y pedagógica, y liderazgo distribuido. En una primera instancia, la idea para aplicarlo fue elaborar un proyecto por curso. Estaban vinculados con la salud, la violencia o la comunicación, entre otros tópicos. En 2017, segundo año bajo el nuevo sistema, llegaron a tener 50 proyectos. Mientras que este año concentraron todo en seis troncales: Nuestro Cuerpo, Nuestra identidad, Nuestro lugar, Nos comunicamos, Matemática al 100%, Administramos nuestro hogar, nuestro negocio y nuestra empresa

“Antes del cambio de sistema, más del 80% de los alumnos no sabía qué hacer al egresar del secundario. Según los resultados de las evaluaciones Aprender 2017, ahora el 88% sabe lo que quiere seguir, y más del 80% considera interesantes los contenidos que recibe”, informa Rotondo.»

En otra nota del mismo periódico se informa que la Argentina ha adoptado un enfoque y práctica de política pública educativa desde 2019 y hacia 2025, como el que se acaba de mencionar. Al respecto se indica que «el próximo 1° de noviembre de 2018, cada una de las provincias deberá presentar ante el Consejo Federal de Educación su plan de implementación de la nueva secundaria, que deberá arrancar en 2019, con la gradualidad que cada una elija. Pero todas están obligadas a completar el total de sus escuelas hacia el año 2025. Algunos distritos ya empezaron. Por ejemplo, Río Negro lo hizo en forma completa desde 2017. O la Ciudad de Buenos Aires, que arrancó este año con los primeros años de 19 escuelas y proyecta incorporar 25 colegios más el año que viene». Esto irá acompañado de una nueva forma de enseñar matemáticas basada en el modelo de Singapur.

Las experiencias como las de los Jesuitas de Educación (en Catalunya, España) o las políticas públicas implementadas en países como Finlandia (ver acuerdo de Argentina con este país) han sido inspiradoras de esta política pública sobre la escuela secundaria en Argentina. Seguramente, si se implementa bien, nos ir acercando al arquetipo de estado de bienestar de los países nórdicos y a un mundo mejor en el campo educativo que luego se podrá extender a otras dimensiones socioeconómicas.

PD: En el marco de lo señalado, y desde una perspectiva más general, es interesante esta nota de María Eugenia Estenssoro, así como este link.

Sobre las ongs

El asociativismo ha tomado y toma distintas modalidades. Entre ellas están las que se enfocan en modalidades «sin fines de lucro«. Unas de ellas son bajo la forma del mutualismo y de emprendimientos cooperativos, y otras son como asociaciones civiles y fundaciones que, en general, se las denomina organizaciones no gubernamentales, y se las incluye como parte del «tercer sector«.

Respecto de las políticas públicas hacia ellas podemos decir que la fundamental es una regulación que posibilite su creación y desarrollo para el cumplimiento de sus fines, y que los mismos no se distorsionen. Para ello la regulación y la organización del estado debe velar por un control adecuado. Las organizaciones no gubernamentales an Argentina están reguladas por el Código Civil y Comercial, y la ley de asociaciones civiles. En cuanto a las personas que hacen tareas de voluntariado social la ley que las rige es la 25855. Cabe destacar que en el mundo hay normativas muy avanzadas en este campo como las de España o Italia, y que son dignas de emular.

Hay distintos tipos de ongs en cuanto a su finalidad, organización, metodologías y alcance territorial. Más allá de su libre funcionamiento y autonomía en una sociedad democrática, se considera que sería deseable un cierto nivel de coordinación entre las que tienen finalidades y territorios similares a fin de no sólo evitar la rivalidad (en especial por recursos escasos) sino más bien para optimizar su accionar.

En lo que se refiere a la relación con el Estado, hay dos dimensiones a considerar:

  1. en el marco de las responsabilidades indelegables del estado y de la autonomía de las ongs, sería útil que se promoviera un enfoque de esfuerzos compartidos entre ambos en el ámbito nacional (en el caso de Argentina por ejemplo en el CENOC, que vayan más allá de su registración) y en particular en provincias y municipios, en acciones de desarrollo, de promoción social, en la salud, en la educación (por ejemplo en ayuda escolar), en recreación (por ejemplo en música y deporte), en medio ambiente….por citar sólo algunas de las dimensiones.
  2. el estado debe garantizar los recursos para las políticas sociales y de derechos a ser garantizados. Pero, en determinadas ocasiones, por razones de eficacia y eficiencia, la gestión estatal no es posible o conveniente de realizar y se puede requerir el auxilio de organizaciones sociales (evitando el clientelismo) para su prestación, con los debidos controles.

Por último cabe destacar que el desarrollo de plataformas como el de la ong quiero ayudar en Argentina, es un ejemplo para posibilitar articulaciones de ongs, una pluralidad de opciones de voluntariado así como de distintos aportes solidarios y de acciones orientadas al bien común en un lugar y sector concreto. Promover la participación ciudadana de diferentes maneras, no sólo espontáneas o informales, sino a través de organizaciones no gubernamentales, nos ayuda a converger hacia un mundo mejor.

PD: En países de lengua inglesa también se las denomina «charity organizations» (organizaciones de caridad), bajo la forma de asociaciones civiles o fundaciones.

Entre lo urgente y lo importante

Los juegos muestran muchas de nuestras características humanas y también son una fuente de aprendizaje. Algunas leyendas, según esta fuente, sitúan el origen del juego del go «al Emperador Yao (2337-2258 a. C.), quien solicitó a su consejero Shun que diseñara un juego que enseñara disciplina, concentración y equilibrio a su hijo Dazhu, quien se supone era desjuiciado. Otras teorías sugieren que el juego fue inventado por generales y jefes del ejército chino, quienes usaban piedras para señalar posiciones de ataque en mapas, o que los elementos usados actualmente para el juego fueron alguna vez usados para realizar lecturas de la suerte…. En términos de la teoría de juegos, go es un juego de suma cero, de información perfecta, juego de estrategia determinista, colocándolo en la misma clase que el ajedrez, las damas y el reversi. Sin embargo, difiere de estos en la forma en que se juega. Aunque las reglas son simples, la estrategia del go es extremadamente compleja». La complejidad alude a abordar lo que finalmente es importante (*) y no caer en la tentación de atender sólo lo urgente, como muestra la imagen de la entrada.

En otra nota, que mencionamos la pirámide de Maslow, abordamos todas las dimensiones que, según este autor, son importantes para satisfacer todas las necesidades humanas, comenzando por la urgente de alimentarnos. Algo similar pasa con un país, donde -dentro de lo importante- hay cuestiones más urgentes y otras de mediano y largo plazo. Esta temática también la hemos encarado en una nota sobre si lo importante es sólo el corto plazo. A continuación intentaremos dar algunos ejemplos del caso argentino:

  • frente a la situación económica de mediados del año 2018 es urgente atender las necesidades básicas -como la alimentación- de los sectores más vulnerables. Esto, además de ser urgente, es muy importante,
  • a mediano plazo es muy importante encontrar un sendero de desarrollo con equidad, de una economía donde el peso no genera confianza como reserva de valor (el problema de la inflación), con déficit fiscal y de balance de pagos, impuestos regresivos, un estado con servicios de baja calidad (abultado en determinados sectores de baja o nula productividad y deficitario en otros), con dificultades para eslabonar cadenas de valor agregado y generar empleo, una alta economía informal y pobreza, una sustentabilidad en cuestión del régimen jubilatorio a mediano y largo plazo…,
  • una educación -en general- de muy baja calidad, con un alto presupuesto pero con bajos salarios docentes,
  • una justicia que -en la mayoría de los casos- actúa tarde y muy deficientemente,

entre otros elementos. Al respecto es interesante la opinión de Guillermo Rozenwurcel en el panel de C5N del minuto 14,28 en adelante de este link.

Trabajar con seriedad y profesionalidad la complejidad de estas dimensiones urgentes e importantes, y encararlas en un marco de creciente confianza mutua, nos puede conducir a un mundo mejor.

(*) Agradezco la reflexión de Ignacio Warnes que he tomado acerca del significado del go vinculado con esta temática.

 

Suecia ¿país ideal?

Los seres humanos buscamos arquetipos con los cuales identificarnos. Esto sucede, muchas veces, también con grupos de personas en los países que -más allá de querer desarrollar sus propios caminos- se plantean «ideales» sobre aspectos globales o parciales de historias de otros países. En el caso argentino esto fue claro a comienzos del siglo XIX cuando se «importaron» y adaptaron ideas como democracia, república, ideales de la revolución francesa (libertad, igualdad, fraternidad), o del libre comercio (en especial desde Inglaterra)… a una población que no tenía -mayoritariamente- esa tradición.

En la historia reciente argentina también se ha mencionado, en alguna oportunidad, el caso de Alemania, o poder ser parte de los países de la OCDE, sólo como algunas referencias. Aquí desarrollaremos el caso de uno de los países escandinavos (*), como Suecia. De sus antecedentes históricos sólo queremos destacar estos (en negrita y cursiva lo que incidió más en el origen de la experiencia socialdemócrata), según esta fuente: «si bien su proceso de industrialización se desarrolló lentamente, la agricultura experimentó cambios importantes debido a las innovaciones tecnológicas y al crecimiento de la población. Estas innovaciones incluían programas del gobierno de cercamiento, sobre-explotación de las tierras agrícolas y la introducción de nuevas semillas de cultivo como la de la patata. Debido al hecho de que los campesinos suecos habían sido explotados como en ningún otro lugar en Europa, la cultura granjera sueca adquirió un papel protagónico en los procesos políticos, característica que se ha mantenido en el tiempo, con el Partido Agrario, (actualmente llamado Partido del Centro). Entre 1870 y 1914, comenzó el proceso de desarrollo de su economía industrial que perdura hasta hoy. Durante la segunda mitad del siglo XIX, se produjeron movimientos sociales y sindicales importantes, así como de grupos abstinentes y religiosos independientes, que comenzaron a presionar por un Estado democrático. En 1889 se fundó el Partido Socialdemócrata Sueco. Estos movimientos llevaron al país hacia una moderna democracia parlamentaria, alcanzada en la época de la Primera Guerra Mundial. Como la Revolución Industrial avanzaba durante el siglo XX, la población rural comenzó a migrar hacia las ciudades para trabajar en las fábricas y así poder ser eventualmente incluidos en los sindicatos. En 1917 tuvo lugar una revolución socialista que fracasó, la cual fue seguida en 1921 por el establecimiento de una monarquía parlamentaria de tipo democrático».

Al final de esta cita podemos visualizar que en el mismo año de la revolución rusa, hubo una revolución similar en Suecia que fracasó. Podemos decir que la burguesía sueca, tomando la frase de Borges de que «no nos une el amor sino el espanto«, visualizó -a partir de lo anterior- que era mejor ir en un sendero de compartir el excedente económico -en especial vía impuestos progresivos– con los trabajadores y población en general, e iniciar un camino de paz y bienestar que llega -con vaivenes- hasta nuestros días (1). También tuvieron la inteligencia de propiciar un desarrollo industrial con altos salarios. Seguramente, sin haber pasado por esta experiencia histórica, es difícil trasladar este sendero o «ideal» de modelo económico a otros países o economías (de todos modos siempre podemos desarrollar la capacidad de aprender de otras experiencias).

Hay notas críticas como esta que señalan que ya no es más un país tan igualitario como en el siglo pasado. Seguramente en ello han influido la caída de la Unión Soviética (como modelo alternativo y «amenazante») y la emergencia de China y las economías asiáticas en la globalización actual que la han afectado. De todos modos de la fuente señalada quisiéramos destacar dos aspectos principales:

1. A favor: «Suecia es, según OXFAM Intermon, el país mejor situado en el indicador C.R.I., que mide el Compromiso con la Reducción de la Desigualdad. Alemania es el número 5 del ranking, Francia el nº 8, Italia el 16, Reino Unido el 17 y España, entre Argentina y Hungría, ocupa el puesto 27″

2. En contra: «Según otra estadística oficiosa, en 2017 hay 112.00 suecos con un patrimonio neto (excluida la primera vivienda) por encima del millón de dólares, 3.300 suecos con más de 10 millones de dólares y 1.430 suecos con propiedades por un valor superior a los 30 millones de dólares. Hay también 188 personas en Suecia con un patrimonio superior a los 100 millones de dólares y 21 con propiedades por encima de los 1.000 millones. Todos ellos tendrán un alto nivel de consumo y bienestar, seguro, pero eso no significa que todos tengan poder de decisión, porque no es lo mismo tener que controlar. Con unos pocos millones de dólares se vive muy bien, pero de controlar la economía, poca cosa».

La historia y la cultura sueca es muy rica y variada, en un contexto de un clima duro en gran parte del año. Ha sido captada por cineastas como Ingmar Bergman y han tenido una particular manera de experimentar la libertad (o la «emancipación humana» desde una perspectiva individualista). También se ha señalado una alta tasa de suicidios, pero según esta fuente, no es de las mayores. Sin duda, como en toda experiencia humana, han habido luces y sombras. De ella lo que quisiéramos rescatar que es posible articular satisfactoriamente la equidad (o una gran igualdad) con impuestos progresivos a las personas y un gasto público muy eficiente, promoviendo trabajo calificado en un sendero de desarrollo y prosperidad. Lo mencionamos en un contexto donde en países como la Argentina se está experimentando un ajuste, discerniendo y actuando sobre su gasto público, aún no sobre la progresividad de sus impuestos (ver en esta nota sobre los límites vinculados a la posible «confiscatoriedad» en su aplicación) y si hay o no un plan de desarrollo con equidad de ahora hacia el futuro, como han tenido los suecos (2).
Así como decíamos al principio que a comienzos del siglo XIX se importaron y adaptaron ideas que «no estaban en nuestra tradición», ¿será posible en el siglo XXI tomar los rasgos esenciales de experiencias exitosas de equidad y desarrollo de comienzos del siglo XX de otros países y tratar de adaptarlas progresivamente a nuestro caso particular? ¿ser serios y eficaces con los recursos y servicios del Estado y aplicar impuestos progresivos a las personas (no a las empresas) está vedado en nuestro menú de opciones de políticas públicas?. ¿Tendrá que ser necesario pasar previamente por el espejo del espanto -como fue el caso de los suecos- o podremos obviar esa etapa? Nuestra naturaleza humana tiene rasgos que no nos permiten ser muy optimistas, pero es bueno apelar a articular sentimientos, razón y valores en línea con nuestra capacidad de aprender y dar un salto evolutivo que nos ayuden a converger hacia un mundo mejor.

(*) cabe destacar que la Argentina tiene firmado un acuerdo con Finlandia sobre la cuestión educativa. Por lo tanto se puede inferir que estamos tomando como «ideal» a estos aspectos de países escandinavos, lo cual se considera bueno.

(1) sobre la cuestión fiscal es interesante esta nota.

(2) respecto de la cuestión sanitaria vinculada con el COVID-19 y la comparación que hizo Alberto Fernández con el caso de Suecia, se puede afirmar que es difícil hacer comparaciones, o tal vez habría que hacerlas a final de un proceso. como señala este comunicado de la Embajada de Suecia.